Las ganas de conocerse han desaparecido, las estafas de perfiles aumentan incansables, la gente dedica la mitad de su tiempo libre, o todo, a hablar con las pantallas de ordenadores, con personas que ni ven ni sienten. Ya no utilizamos la tecnología como una puerta a la cultura, a la facilidad de poder saber, si no como un medio que, sin ninguna duda, idiotiza a las masas.
Creo que una primera intención se puso en aprender de otra forma, en poder tener la oportunidad de comunicarte con alguien que no pudiese estar a tu lado frecuentemente, en contactar con gente que abriese tu mundo laboral desde la otra parte del mundo, cosas inimaginables que ahora podemos hacer y no apreciamos.
Los niños ya no piden una Barbie o un coche teledirigido, no, piden un móvil, una Tablet, lo que sea que pueda estar conectado a internet. Se dejan los ojos pegados en juegos inútiles, que, a su favor, de vez en cuando no viene mal para aflorar su imaginación, pero como es tanta la obsesión, la pierden por completo.
¿Y los adolescentes?, sin duda, si alguien puede disfrutar tanto con estas tecnologías engañosas son ellos. Pasan las horas mirando el móvil, el WhatsApp, el Facebook, el Instagram, o simplemente ven algún video en YouTube de alguien criticando a alguien. ¿Dónde están los pasatiempos de bajar con tus amigos y estar la tarde en el banco comiendo pipas?, se aprendía bastante más ahí, se creaban más ilusiones, conocías a tus amigos, los tocabas, jugabas con ellos, te divertías. Pero supongo que es algo que ellos no tienen intención de probar y cambiar por un ordenador.
Todos saben qué haces día a día, todos quieren saberlo y tu quieres que lo sepan, pero no te conocen, ni quieren conocerte y mucho menos quieres conocerlos tú.
CUANTA RAZÓN
Hola Alba,
Dentro de no mucho tiempo, y al paso que vamos, mirarse a la cara en los transportes públicos será poco menos que un acto subversivo.
Hola Alba,
Dentro de poco, y al paso que vamos, mirarnos a la cara en los transportes públicos será poco menos que un acto subversivo.