La caverna española tiene un tamaño y unas profundidades difíciles de dictaminar. Es una estructura oscura, en la cual no puede entrar nadie, y mucho menos se puede explorar.
Oscura, con un laberinto difícil de seguir y mucho menos de explicar, y con seres vivos con una mentalidad oscura e inexplicable. Unos seres que viven y sirven a otros superiores. Que sin ellos no serían nadie, no existirían, su vida sería un sinsentido.
La caverna española, a la más mínima amenaza activan su ejército, como las abejas cuando deciden defender a su reina.
Son altavoces, ecos de la voluntad de los que les dan de comer. Son su voz, su escudo. Ellos atacan, defienden, proclaman, e intentan arrasar sin piedad todo el que amenaza su coto privado, a sus defendidos.
A la más mínima amenaza activan su ejército, como las abejas cuando deciden defender a su reina. Una comunidad bien avenida movida por un interés común, ofendan a quien ofendan y aunque hagan un daño irreparable a su colmena. Su reina es lo más cercano a un dios, y todo lo que amenace su trono ha de ser eliminado, por la voz, por la imagen, por la proclamación, por la ofensa, por la descalificación.
Ahora mismo están acechando, están nerviosos. Han subestimado al enemigo. Su reina peligra. Ha aparecido un enjambre nuevo, con una gran cantidad de trabajadores, que no de soldados, y que con la ilusión y el esfuerzo están poniendo en peligro el trono de su reina.
Y no les ha gustado.
La caverna española ha decidido lanzarse al ataque, sin concesión, sin piedad. Pensaban que su enemigo era otro, el de siempre, pero este estaba demasiado debilitado, ofuscado. No eran capaces de construir ni una triste tienda de campaña, como para poder levantar un enjambre en condiciones, con una reina nueva, y una estructura renovada.
Son una lacra con la que tenemos que vivir, y que por desgracia, por la permisividad de aquellos a quien defienden, llegan a mucha gente
Esperaban hundirlos, acabar con ellos, rememorar los viejos tiempos de victorias aplastantes, sin más argumento que la mentira. Pero como todo en esta vida, una construcción con unos cimientos de mentiras está condenada a caer.
Lo que no se imaginaban es que los nuevos obreros, jóvenes, maduros, con ganas de hacer, de construir, aportando cada uno lo mejor de su ser, conseguirían construir una colmena al lado sólida, con unos cimientos fuertes, argumentados, sinceros.
Su colmena está amenazada, y salen todos sus obreros pero sin sentido, como locos, buscando tumbar todo lo que se les cruce en su camino, atentando contra las normas más básicas de su comunidad, la que viven, y la que están fundando sus vecinos a base de esfuerzo, ideas y tesóon.
Lo que está acaeciendo estos días contra la formación política Podemos y contra su principal exponente, Pablo Iglesias, me parece una averración. Es una falta de respeto a toda la sociedad española en toda regla.
Muchos son los calificativos imperados a esta formación. Frikis, el coletas, comunistas, bolivarianos, extrema izquierda y hasta comparaciones con Hitler y todo lo que el representaba.
Son numerosos los calificativos despectivos y ofensivos que se están prodigando hacia su persona y su formación, y de rebote, a todas aquellas personas que les votaron en las últimas elecciones europeas. La gente de este país es libre por derecho de votar aquella opción que les parezca más adecuada, o que encaje mejor con sus ideales. Y esa libertad, nadie, repito, NADIE, la puede juzgar, criticar y mucho menos faltar.
Todo lo que está haciendo este grupo de “personas”, que podemos denominar la caverna española, es faltar al respeto a más de un millón de personas que han tomado como opción política e ideológica a la formación Podemos. Esto no tendría que estar permitido en un estado democrático. Es faltar a un derecho constitucional de los ciudadanos.
Muchos son los calificativos imperados a esta formación por parte de la caverna española. Frikis, el coletas, comunistas, bolivarianos, extrema izquierda y hasta comparaciones con Hitler y todo lo que el representaba. Es indignante como este tipo de especie vaga impune por la sociedad y la opinión española, sin ningún tipo de consecuencias ni represalias, amparados bajo el beneplácito de su reina, y descalificando a aquellos elegidos democráticamente, sin amenazar, sin violencia, y sin engañar a nadie, no como hicieron aquellos que ellos defienden.
No soportan a gente con ideas, con ilusión, con ganas de hacer. Recurren a lo fácil, al recurso de pobres intelectualmente, incultos, ignorantes.
Ustedes son unos pobres personajes que lo único que hacen, es daño a nuestro país.
El insulto, la descalificación, la falta de respeto. Quizá deberían analizarse a ellos mismos, verse, darse cuenta de como están atacando el estado democrático en el que viven, todo porque su reina está amenazada, está asustada, y sin ella, a ellos se les acaba todo el lujo de su colmena.
Señores, dejen a la gente en paz, que vote lo que considere oportuno, que piense como sienta su corazón.
Ustedes son unos pobres personajes que lo único que hacen, es daño a nuestro país.
Son una lacra con la que tenemos que vivir, y que por desgracia, por la permisividad de aquellos a quien defienden, llegan a mucha gente, que se dejan guiar por su odio hacia todo lo que no piense como ustedes.
La caverna española está haciendo daño, y lo que es peor, generando una situación muy peligrosa, en la que mucha gente se puede amparar para justificar actitudes nada democráticas, y que gracias a ustedes las considerarán de lo más normal.
Totalmente de acuerdo, creen que el poder les pertenece a ellos y les aterra la posibilidad de perderlo ante un partido que ofrece claridad y sinceridad y sobretodo en el que el ciudadano se ve representado con personas de a pie, no suena tan descabellado, no?