Últimamente se habla mucho de las adicciones a las redes sociales, de la influencia de esta sobre los más jóvenes, de cómo ha cambiado el mundo en función de Internet, todas estas preguntas y estos comentarios nos hacen pensar si, a día de hoy, estamos preparados para vivir sin Internet.
Realmente esta pregunta puede resultar un tanto absurda, cómo podemos plantearnos ahora vivir sin Internet, después de tantos años, la evolución de Internet y como ha ido introduciéndonos en nuestra vida, de tal forma que para muchos ahora internet ha dejado de ser un recurso más para ser el centro de su vida. Es más, volvemos a repetir la pregunta, ¿estamos preparados para vivir sin Internet?
No hablamos de unas vacaciones en las que, por decisión propia o por la situación del destino con baja cobertura o sin Internet nos obliga a estar diez días desconectado del resto del mundo, hablamos de qué pasaría si, en nuestro país o en todo el mundo, Internet dejara de funcionar y nunca más volviera a existir.
Con el paso del tiempo, como decíamos, lo que empezó siendo un recurso, ha ido ganando aplicaciones para que, día a día, la necesidad del usuario por Internet sea mucho más amplia.
Antes, cuando buscábamos trabajo, preparábamos nuestros CV y pateábamos nuestra ciudad repartiéndolos, ahora, si quieres hacer esto, prácticamente en ninguna empresa te lo aceptan y siempre bajo la misma excusa, “Disculpa, no aceptamos CV, puedes enviarlo a través de nuestra web”.
Ahora, las plataformas de empleo son aquellas que “mueven” el cotarro para encontrar trabajo y muchas veces acabas pensando que es tu única salida para volver al mercado laboral.
Al igual que la comunicación con nuestros amigos y familiares, las cartas de correo ordinario quedaron totalmente en el olvido, quién escribe ahora una carta a mano, compra un sello, un sobre y espera, pacientemente, a que le llegue a su destinatario.
Ahora, con el correo electrónico, esto es instantáneo y gratuito, así que el correo ordinario queda relegado para cosas puntuales como regalos, tarjetas de cumpleaños, etc. Por no comentar que ahora prácticamente todos los móviles ya llevan conexión a Internet y hasta las llamadas telefónicas casi han quedado también en el olvido gracias a apps como Whatsapp.
¿Recuerdas esas colas kilométricas en el banco para pagar un recibo, o solucionar cualquier incidencia con tu sucursal o tu cuenta bancaria? Esto también quedó en el olvido con Internet, ahora todos los bancos ofrecen a sus clientes servicio Online con unas coberturas realmente interesantes que ayudan a ahorrar tiempo (lo único que realmente es verdad cuando los bancos hablan de ahorro para el pueblo).
Pero ¿qué me dices de la opción de poder hacer la compra en tu supermercado a través de Internet, seleccionar el día del envío y la hora de recepción en tu domicilio?, evitando el desplazamiento hasta el supermercado, cargar con toda la compra como si el mundo acabara mañana y estuvieras preparando un bunker anticrisis o la incompatibilidad de horarios que dificultan el básico proceso de hacer la compra.
Todo ha cambiado, antes, al finalizar el día, te sentabas con tu familia, con tu pareja en el sofá, te tapabas calentito debajo de la manta y disfrutabas de su compañía mientras veías tu programa de televisión favorito. Ahora, con las redes sociales, ver tu programa favorito con miles de twitteros en tu sofá, bajo tu manta, entre tú y tu pareja, es posible. Ya no queda ningún programa que durante su emisión no muestre el Hashtag para que, mediante Twitter, saques punta a todos los momentos más importantes del programa, debatas con otros usuarios sobre lo ocurrido, etc.
Todo está orientado a Internet, ¿cuantas veces has escuchado esta frase? “Entra en nuestra web y descubre las ofertas especiales que tenemos online para ti”. Las compañías telefónicas ofrecen promociones mucho más interesantes a través de web que en sus puntos de venta físicos o, incluso, por teléfono. Empresas de comida a domicilio que ofrecen cupones de descuento para pedidos online que no valen para pedidos telefónicos y, mucho menos, para pedidos en punto de venta.
Y, como esto, podríamos seguir poniendo mil ejemplos. La verdad, podríamos vivir sin Internet porque lo hemos hecho durante muchísimos años, pero, ¿qué necesidad hay de volver hacia atrás en el tiempo si, a día de hoy, Internet nos facilita la vida de una forma extraordinaria?.
Además, lo mejor de Internet es que es algo opcional, nadie te obliga a acceder a Internet y que puedes vivir sin él siempre que quieras, eso sí, piensa que muchas veces, vivir sin Internet, te dejará sin unas fascinantes, crujientes y calentitas patatas fritas de regalo con tu pedido online de hamburguesa 😉
vale, es cierto que internet no tiene vuelta atrás (excepuando holocautos no probables, espero); pero hay algo que internet se va cargando y, si nadie hace nada al respecto, terminará desapareciendo: la literatura epistolar. Empezando con las mismas cartas que se escriben amigos y familiares cada vez menos. Hay que decir -hay que decírselo a las nuevas generaciones- que una carta no es un e-mail. Es más.