Desgraciadamente, es raro el día que las noticias no nos informen de malos tratos, asesinatos y violencia contra las mujeres.
Hoy 25 de Noviembre gritamos a la Sociedad que estamos cansadas, hartas, tristes, desilusionadas e impotentes de ver como se insulta, se discrimina, se ofende y se denigra a las mujeres por el sólo hecho de serlo.
Desde los tiempos más remotos la mujer ha sido «domesticada» por el hombre, la ha utilizado en su beneficio personal.
Las mujeres hemos luchado mucho para salir de ese estado de dependencia- esclavitud a que nos tenían sometidas los hombres y que en la actualidad en muchos países la mujer sigue siendo un objeto más, sometida al hombre, primero al padre, después al esposo.
Durante miles de años la mujer no ha tenido derechos, sólo deberes.
No tuvo derecho a la cultura, ni a viajar sola, ni a heredar, ni a decidir…sólo a obedecer a su padre, a su marido, a cuidar de la casa y de los hijos.
Muchas mujeres sufrieron malos tratos de sus padres y también en el matrimonio, pero debían estar calladas pues su marido tenía todo el derecho sobre ellas.
Hasta no hace muchos años la fuerza física imperaba sobre la inteligencia.
Hubo una época en que mujeres valientes dieron el primer paso para que la mujer se sintiera persona, fuese independiente, tuviese dignidad y sobre todo poder defenderse de sus opresores y éstas mujeres nos mostraron el camino para defender nuestros derechos.
Derecho a decidir sobre nuestras vidas, derecho a que se nos respete, derecho a la cultura, derecho a votar, derecho a decidir nuestra profesión…en una palabra derecho a los mismos derechos que tienen los hombres.
Esta lucha se viene realizando durante muchos años y miles de mujeres han dejado su vida en el camino, miles de niños han visto cómo sus madres eran agredidas, insultadas y asesinadas por la persona que decía que las quería.
Los hombres han vivido muchos años el machismo con el ejemplo de sus progenitores y también por buena parte de la Sociedad.
Afortunadamente, en la actualidad el hombre se ha dado cuenta que la mujer tiene las mismas capacidades, la misma inteligencia, los mismos valores y por tanto debe tener los mismos derechos.
Pero existe una parte de la Sociedad (hombres y mujeres) que son machistas, que están anclados en siglos pasados y siguen pensando que la mujer es inferior al varón, que debe seguir siendo un objeto de placer, un ama de casa, que tenga hijos, que cuide la casa y atienda a su esposo y a sus hijos, no admiten que la mujer sea una compañera que comparta con su pareja la educación y el cuidado de los hijos y el hogar.
Mientras la mujer aguanta los insultos, las infidelidades y los malos tratos de su pareja, parece que todo funciona bien, pero si la mujer se resiste a ser vejada, anulada y sometida, su pareja se enfada y comienzan las amenazas, los malos tratos físicos, sicologicos y en muchos casos el asesinato de ella o de lo que éstas más quieren, sus hijos.
Todos los años miles de mujeres, de todas las edades, jóvenes, mayores y hasta ancianas, mueren a manos de su pareja , marido o ex marido.
¿Por qué?
Nadie pertenece a nadie, cada persona es única, independiente, no pertenece a ningún hombre, aunque haya estado casada muchos años con él.
El amor tiene un comienzo y puede tener un final cuando uno de los dos quiera.
El machismo debe terminarse, educando a los niños en la Igualdad, en los colegios, en los institutos, en la Universidad, y sobre todo con el ejemplo que reciban en casa.
No podemos consentir que mueran más compañeras, debemos protegernos unas a otras y pedir al Gobierno que legisle leyes más duras contra el machismo, los maltratadores deben ser reconocidos en sus ciudades para que todos puedan proteger a las víctimas.
Las leyes hasta ahora no han funcionado, hay que avanzar más, hay que centrarse más en los agresores, deben estar vigilados las 24 horas del día, mediante policia, microchip y si es necesario en arresto domiciliario y alejados totalmente de las víctimas, a las cuales hay que proporcionar casa, trabajo para que sean independientes.
Lo más doloroso es oír a mujeres insultar, vejar a compañeras, como hemos visto en el Congreso, me parece mentira que existan mujeres tan poco empáticas, tan mal educadas y que falten el respeto a otras mujeres.
Es vergonzoso.
Hay que acabar con esta lacra social, o terminamos con ella o terminaremos muriendo nosotras.
Los jueces deben cumplir a rajatabla las leyes que protegen a las mujeres contra el machismo y la violencia de género.
Ni una más ni una menos.
Nos queremos todas vivas.
Ana García Díaz