La noche me enseñaba secretos fascinantes. Durante la madrugada, experimentaba una situación tan real como fantasmagórica. Despertaba, levitando. Miraba a mi alrededor, mi habitación. La primera vez que me vi, me sobrecogí. Iniciaba mis viajes. Me desplazaba sin limitaciones, sin restricciones. Pero esta última vez… me alejé demasiado… Con terror, me percaté de que se cortó accidentalmente el cordón de plata…