Suena a ciencia ficción, pero de lo que yo hago referencia no es a un tipo con capa negra-roja con colmillos sangrantes, sino a esas personas que, a veces sin saberlo, nos absorben la energía que nosotros tenemos.
Sabréis de lo que hablo si habéis sufrido una o varias situaciones después de hablar con otra persona y encontraros cansados y a veces el mal rollo que nos ha dejado con lo que nos ha provocado su cercanía durante un rato.
Puede ser en cualquier ámbito de nuestra cotidiana vida, desde el trabajo, amigos, familiares incluso pareja o ex-pareja, la sensación de agotamiento mental nos deja en un estado de desánimo y de cansancio como si se arrastra un gran peso.
Sé que muchos no creen en que tengamos un cuerpo energético al igual que otras especies animales incluso del reino vegetal, ya que en la educación que nos ha instruido no se habla de ella, solo nos dicen que somos cuerpos biológicos.
Yo no sólo creo en ello, sino que además lo he comprobado.
De la misma manera que las situaciones de alegría y de bienestar nos dan un buen subidón como decimos coloquialmente, lo que estamos experimentando es una subida de energía.
Los vampiros energéticos están alrededor nuestro y muchos no son conscientes de que lo son. Os suena esa persona que nunca aporta soluciones a los problemas diarios y sólo se queja y te llora a ti para que lo arregles todo. No incluyo a los niños, ellos son personas en aprendizaje y necesitan nuestra ayuda.
Y en el trabajo desde compañeros quejosos a superiores tóxicos, que nos van robando con cada contacto un poco de nuestra vital energía que necesitamos para tener nuestra mente tranquila sin miedos que nos perturbe y nos paralice para razonar con claridad.
También desgraciadamente nuestros niños tienen contacto con estos personajes, no olvidemos que están entre todas las personas que conocemos y también son víctimas. Por eso he estado siempre muy en contra de chillar o menospreciar y mucho menos insultarlos cuando estamos en una situación de autoridad frente a ellos, ya que lo que creo que se consigue es precisamente el bloqueo mental a través del miedo y la inseguridad.
Tenemos que intentar limpiarnos después de sus ataques. Relajarnos mentalmente unos minutos, escuchar una música agradable, buscar un espacio que nos quite ese instante desagradable que hemos percibido. Respirar con calma a veces ayuda.
A veces también veo sujetos así en el televisor, cambiando de canal se arregla diríais, pero la indignación y el mal cuerpo ya te lo han provocado.
Yo no hablo de enfado esto va más allá es una sensación de desánimo que afecta a la fuerza física y al discernimiento mental.
Necesitamos rodearnos de agradables situaciones, reírnos siempre que se nos provoque o escuchar música que nos relaje, en una frase, cuidar nuestra energía y limpiarla de los tóxicos ataques que nos rodean diariamente, así evitaremos por los menos las mordidas de estos vampiros ya que con cabezas de ajos y crucifijos no funciona.