Por Martín Legonía
Caracas, Venezuela. Falta poco para el cierre de este año 2014, el cual, sin duda alguna, ha sido uno de los más movidos en el territorio venezolano, donde uno de los hitos que marcó este año fue el de las protestas por parte del movimiento estudiantil. Es por ello que conviene recordar lo que representó este gran acontecimiento.
Bien es cierto que las protestas iniciadas el 4 de Febrero en la ciudad de San Cristóbal del estado Táchira y el 12 de Febrero en la ciudad de Caracas, se comenzaron a generar por la alta delincuencia, el nivel de inflación que para ese entonces estaba por las nubes y por la escasez, por no decir la total desaparición de productos básicos que el ciudadano común necesita en su día a día. Dichas protestas, que en principio tenían el objetivo de manifestar el descontento que se tenía por la situación que vivía el paísconllevando a convocatorias en distintos puntos de la ciudad de Caracas, se agravaron por la muerte de Basil Da Costa y Juan Montoya, quienes fueron las primeras de tantas víctimas ,en lo que sería una lucha por el despertar de un pueblo el cual, sin lugar a dudas, ha sido denigrado hasta decir basta.
Resultó interesante ver como el gobierno, en un intento desesperado de controlar la situación que se estaba presentando en distintas zonas del país, dictaminó que las manifestaciones estarían prohibidas si las mismas no tenían permiso, a la vez que convocó a la calle a simpatizantes del gobierno exclamando una declaración de guerra: “Tengan cuidado gringos y fascistas”. De ahí en adelante, de la mano del artículo 68 de la Constitución Nacional que garantiza el derecho a protestar y prohíbe el uso de armas para el control de manifestaciones pacíficas, salieron a la calle los llamados grupos de “Resistencia”, los cuales eran brutalmente reprimidos por parte de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) y la Policía Nacional Bolivariana (PNB) quienes, sin vergüenza alguna, lanzaban bombas lacrimógenas vencidas del año 1999, y utilizaron cartuchos para perdigones cargados con metras, los cuales disparaban a quemarropa a diferentes estudiantes de las distintas casa de estudio que tiene el país.
Fue agobiante pensar que a pesar de todas las violaciones que sufrieron los estudiantes, fueron pocos los medios que registraron tales hechos, puesto que el presidente Nicolás Maduro pasó un comunicado a cada una de las señales de canales nacionales e internacionales que la emisión de imágenes de protestas violentas en los medios de comunicación estaba prohibida, en razón de la ley de comunicación de Venezuela (Ley de Responsabilidad Social en Radio y Televisión) y causó que la señal de cable del canal internacional NTN24 fuera sacada del aire, puesto que era la única en trasmitir la situación de las protestas, quedando como último medio de comunicación sin censura las redes sociales, que a pesar de todo, sufrieron una parcial censura de imágenes, las cuales fueron bloqueadas por parte del gobierno para poder tener a la población en total desinformación.
Con la creación de los llamados “Campamentos Libertad”, las protestas crecieron de manera descomunal, principalmente en el municipio de Chacao, donde cada uno de los miembros de la resistencia pertenecientes a Juventud Activa Venezuela Unida (JAVU)pasaban el día a día respirando gas lacrimógeno y recibiendo perdigones, los cuales en las peores situaciones eran pedazos de metras que ponían en riesgo la vida de cada uno de los campistas, haciendo que los paramédicos voluntarios conformados por estudiantes del área de medicina tuvieran trabajo, incluso hasta altas horas de la noche e inclusive de la madrugada, quienes a pesar de estar en favor de la resistencia atendían a miembros de la GNB o PNB que salían heridos en las protestas.
Fue en la madrugada del 8 de mayo, aproximadamente a las 3:30 am, cuando fue acordonado el campamento de Chacao por efectivos de la PNB e igualmente el campamento de Altamira por efectivos de la GNB, quienes sin mediar palabra alguna aprendieron a 243 estudiantes, los cuales fueron trasladados al comando central de la PNB y al CORE 5, donde se vivió un proceso de registro de huellas, toma de datos, fotos, declaraciones y juicio que duró 3 días. Cabe destacar que las pertenencias que se tenían en los campamentos jamás fueron devueltas, demostrando una vez mas que en Venezuela hay ladrones con uniformes de guardias y policías.
Es penoso saber que después de estas detenciones que se suscitaron a nivel nacional, donde se levantaron los campamentos de Chacao, Altamira, Santa Fe y Las Mercedes, el sentir de la protesta terminó demostrando que la lucha empleada por estos incansables guerreros fue en vano, pues no se volvió a ver manifestación alguna y es aquí donde uno se pregunta ¿Por qué a pesar de estar pasando penurias como las de Caín, aún seguimos conformes con las sobras que el gobierno nos da? Quizás algún día el pueblo de Venezuela abra los ojos y entienda que si no se levanta ante este gobierno corrupto lo antes posible, el día que lo decida ya será muy tarde para hacerlo.