«Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada». Efectivamente, este es un artículo de la Constitución española de 1978. Se supone, que todo ciudadano español y todos los poderes públicos, están sujetos a ella. Y se supone que todos, tanto ciudadanos como poderes públicos, están sujetos a sus derechos y a sus deberes. Y digo se supone, porque al final parece ser, que el principal argumento sobre el que se debería sustentar la sociedad de este país, es interpretado por cada uno a su libre albedrío.
«¿Qué situación se tiene que dar, para que cojas a tu familia, padres, hijos, y decidas abrir o tirar abajo una puerta, de un sitio que no conoces, en el cual no puedes lavarte, encender una luz, y tragándote todo tu orgullo, entrar y decirles a tus hijos que a partir de ahora ese va a ser su nuevo hogar?»
Ha saltado a la palestra la noticia que unas cuantas familias que no disfrutaban de una vivienda digna, ni mucho menos adecuada, han sido realojadas en pisos de carácter público propiedad de la junta de Andalucía. Y este hecho ha provocado una crisis de insospechadas consecuencias entre los dos partidos gobernantes.
Toda esta situación viene dada porque unas familias malvivían ocupando un piso de propiedad bancaria, en este caso propiedad de una caja. Y sí, digo mal vivían, porque me cuesta imaginar lo duro que debe ser vivir dos años sin agua y sin electricidad (antítesis de una vivienda digna y adecuada). Me cuesta imaginarlo, porque no nos vamos a engañar; el hecho de poder costear las inhumanas facturas de electricidad y agua, no me deja ir más allá a la imaginación y sentir ni por un segundo lo que han debido pasar estas familias. Eso es una cosa, que solo ellas pueden narrar, y seguro que si las escucháramos, nos haría plantearnos muchas cosas de esta sociedad. Una sociedad en la que está muy mal visto el asunto de buscar un techo, en las condiciones que sea, para poder dormir ni que sea bajo cobijo.
«A veces no es tanto sufrir las incomodidades uno mismo, que ver sufrir a tus seres más queridos»
Dos años. Se dice rápido y pronto. Quizá deberíamos parar un momento, y reflexionar. ¿Qué situación se tiene que dar, para que cojas a tu familia, padres, hijos, y decidas abrir o tirar abajo una puerta, de un sitio que no conoces, en el cual no puedes lavarte, encender una luz, y tragándote todo tu orgullo, entrar y decirles a tus hijos que a partir de ahora ese va a ser su nuevo hogar? Cómo les explicas a tus hijos, que a las 7 de la tarde cuando sea de noche en invierno, ya no van a poder jugar si no es a la luz de una vela, cómo le explicas a tus padres que tendrán que aguantar ese frío que sienten porque no tienes más mantas que ponerles, y no puedes encender una mísera estufa, cómo les dices tantas cosas. Cómo las vives.
A veces no es tanto sufrir las incomodidades uno mismo, que ver sufrir a tus seres más queridos, y tener que reconocer que en esta vida no has podido hacer más, reconocer que a lo mejor has fracasado, y no por culpa de uno mismo, sino porque unos cuantos han decidido que hay una crisis mundial en la que tú no cuentas ni vales nada, que todo es culpa tuya, mientras otros se van llenando los bolsilllos a dos manos. Algunos tildaran este párrafo de demagogia, yo lo tildo de realidad, esa del día a día, y esa que están viviendo muchas personas, a pesar que la marca España sea tan reconocida a nivel mundial, como dicen algunos.
«Estamos en un país que ha perdido su amor propio, su orgullo, y en el que el egoísmo reina por todos lados»
Pues bien. En una sociedad, que parece un robot a las órdenes de Don Dinero, en la que parece ser que el slogan es “sino lo puedes pagar te aguantas”, y que plagada de egoísmo proclama que te busques la vida, un partido político, gobernante en la zona, y que como poder público está sujeto a la Constitución del 78, ha decidido darle un repasito a tan proclamado documento para unas cosas, y tan olvidado para otras, y ha dado con el artículo que dice que todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada, y ha decidido aplicarlo con estas familias.
Y el resultado ha sido una crisis política. Una crisis, en la que el partido que se encargaba de las competencias de vivienda, ha sido apartado de su labor, simplemente por aplicar un artículo de la constitución. Es sorprendente percatarse como los partidos políticos, o los representantes públicos, son criticados y hasta castigados cuando defienden alguno de los derechos más básicos recogidos en la constitución, y en cambio son aclamados por los grandes poderes económicos cuando estos derechos son dejados de lado.
Creo que debería ser básico preservar los derechos de las personas, y sobretodo proteger su dignidad, y más aún cuando la situación es tan complicada. Creo que es en esos momentos cuando se demuestra que personas están preparadas para ejercer una labor política y sobretodo que interés tienen en los ciudadanos que los han votado. Me parece lamentable castigar al que defiende los derechos de los ciudadanos.
«léanse la constitución, un ejercicio que ya deberían haber hecho hace mucho tiempo»
Estamos en un país que ha perdido su amor propio, su orgullo, y en el que el egoísmo reina por todos lados, hasta para conseguir mantenerse en el poder dejando de lado los derechos más básicos de las personas. Así que desde aquí mi máximo reconocimiento a todas las personas que han hecho posible el realojo de estas familias, proporcionándoles una vivienda digna y adecuada, que bastante han sufrido ya, y aún a sabiendas de las nefastas consecuencias que iba a traer tal decisión, han sido capaces de seguir adelante y primar los valores y derechos de los ciudadanos antes que una miserable silla de poder.
Mi admiración por tal valentía y porque todavía hayan personas en este corrupto ámbito de la política que aún pueda levantarse por la mañana, mirarse al espejo, y sonreir. En cuanto al resto, por favor, léanse la constitución, un ejercicio que ya deberían haber hecho hace mucho tiempo, y pónganse de una vez al servicio de la gente que representan, que tienen que defender, y no se olviden, de la gente que les paga el sueldo que ustedes declaran mes a mes.
Y sobretodo, recuerde. «Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada»