La
Gran Banca española se habría convertido en un parásito hematófago
(chinche doméstico), organismos chupópteros que no viven
permanentemente sobre su hospedador o víctima sino que sólo se
acercan a él para alimentarse y tras succionar hasta la última gota
de sangre los abandonan exangües y desahuciados. Así, a pesar de
los bajos tipos de interés, del varapalo de las cláusulas suelo,
del descenso del crédito de más de 500.00 millones desde el 2008,
y de una reducción drástica de los presupuestos para obras
sociales, (un 60% menos desde el 2008), según las estimaciones de
los analistas, la gran Banca española (Santander, BBVA, CaixaBank,
Bankia y Sabadell) habría obtenido en el ejercicio del 2017 un
beneficio neto cercano a los 15.000 milones € gracias al oneroso
aumento de las comisiones del 9% y al incesante goteo de cierre de
sucursales. Mientras según el FROB, cerca de 167.000 afectados por
la venta irregular de preferentes de Bankia, NCG Banco o Catalunya
Banc no podrán recuperar ni tan siquiera un pequeño porcentaje de
su inversión al tiempo que se producirían 100 desahucios diarios y
del parque de viviendas viviendas vacías que podrían destinarse al
alquiler social, un mínimo de 600.000 serían propiedad de entidades
financieras o del Banco malo según un informe de la PAH (Plataforma
de Afectados por la Hipoteca).
La
mutación de la Banca
Tradicionalmente,
la finalidad de la banca era canalizar el ahorro privado hacia la
inversión, pero dada la ausencia de cultura de ahorro doméstico y
público, ha originado que el proveedor de recursos para dinamizar la
economía en forma de inversiones se haya trasmutado en un parásito
hematófago que succiona todas las ubres del Estado para saciar el
apetito insaciable de sus accionistas y altos cargos directivos. La
casta dirigente bancaria se habría transmutado así en una camarilla
de poder (equivalente a un miniestado dentro del Estado), que
utilizaría el nepotismo para perpetuarse en el poder con carácter
vitalicio, recurriendo a los llamados «contratos blindados» para
asegurarse un retiro dorado.
Así,
los casos más sangrantes serían el del ex vicepresidente y
consejero delegado del banco Santander Central Hispano (SCH),Ángel
Corcóstegui quien cobró en 2002 la indemnización récord de 106
millones de euros, seguido en el ranking de la ignominia por José
María Amusátegui, que recibió como «compensación a su pensión»
la friolera de 43,8 millones de € . Recordar que la indemnización
media de un trabajador por cuenta ajena por despido en España no
alcanzaría los 8.000 €, por lo que el anterior Gobierno de Rajoy
se vio obligado a aplicar medidas cosméticas para penalizar los
contratos blindados de los altos directivos que superen los 700.000
euros. Por último, no dudarán en asentar sus reales en paraísos
fiscales (centros offshore) para escapar a los tentáculos de la
Hacienda española. Así, según el informe elaborado por el
Observatorio de la Responsabilidad Social Corporativa, 33 de las 35
empresas que componen el Ibex tenían presencia en dichos paraísos
fiscales (lo que representa el 94 % de las compañías que operan en
el selectivo español y un repunte del 8% con respecto al 2010), no
siendo casualidad que el Banco Santander lidere el ranking de
sociedades en dichos paraísos fiscales, seguido de BBVA.
La
obsesión paranoica de la Banca
La
obsesión paranoica de la Banca española por maximizar los
beneficios debido al apetito insaciable de sus accionistas al exigir
incrementos constantes en los dividendos, provocó que muchas de
ellas se transformaran en corporaciones transnacionales y no dudaran
en endeudarse peligrosamente en aras del gigantismo, conjugando las
OPAS hostiles en la compra de Bancos extranjeros como plataforma de
entrada en dichos países con el miope aldeanismo de apertura
desbocada de sucursales en otras Comunidades Autónomas. De ello
serían paradigma Caja Madrid (adquisición del 100% del del City
National Bank of Florida (CNB) por un monto cercano a los 750
millones de Euros en el 2008) y Caja Navarra (CAN) (apertura de una
oficina de «banca cívica» en Washington en el 2008), proyectos
de miope ingeniería financiera que les llevó a ambas entidades a su
desaparición como marca autónoma (intervención estatal en el caso
de Caja Madrid tras convertirse en Bankia y absorción por Caixabank
de la CAN, otrora buque insignia de la marca NAVARRA). Estaríamos
pues asistiendo a una auténtica plaga de chinches domésticos ante
la que las Autoridades Sanitarias habrían recomendado a la población
la adopción de medidas profilácticas como la fumigación periódica
de los nichos donde se alojan dichos parásitos hematófagos en un
vano intento de acabar con ellos.
GERMÁN
GORRAIZ LÓPEZ- Analista