El capitalismo del siglo XXI utilizaría la dictadura invisible del consumismo compulsivo de bienes materiales para anular los ideales del individuo primigenio y transformarlo en un ser acrítico, miedoso y conformista que pasará a engrosar ineludiblemente las filas de una sociedad homogénea, uniforme y fácilmente manipulable mediante las técnicas de manipulación de masas.
Así, el sociólogo y filósofo alemán Herbert Marcuse, en su libro «El hombre Unidimensional (1.964), explica que «la función básica de los medios es desarrollar seudo-necesidades de bienes y servicios fabricados por las corporaciones gigantes, atando a los individuos al carro del consumo y la pasividad política».
Por su parte, Hermann Hesse en su libro «El lobo estepario» (Der Steppenwolf,1.927), critica mordazmente la sociedad burguesa ( «la decadencia de la civilización») que estaría integrada por individuos Unidimensionales sedados por el consumismo compulsivo de bienes materiales y que habría implementado una nueva religión en la que el dios sería el dinero y el consumismo compulsivo su profeta y de lo que serían paradigmas las bacanales consumistas del Black Friday y de las Navidades.
Germán Gorraiz