Si Roxette hubiese compuesto Sleeping in my car en la actualidad la hubiesen titulado Sleeping in my bike, sí, porque ser ciclista es ser como Dios, están en todas partes, no existe la ética ni la ley y no hay normas que cumplir, el carril derecho es de los ciclistas, el izquierdo también, las aceras todas suyas, el mundo es una gran glorieta con prioridad para las bicicletas.
Cada vez que veo uno de esos carteles a modo de matrículas en una bicicleta donde pone ¡carril bici ya! a mí me sube un instinto homicida desde la planta de los pies hasta muy arriba, porque en mi localidad no hay un carril bici, ni dos, ni tres… A no ser que yo esté muy equivocado esas kilométricas líneas de color verde o rojas, según la zona, que cruzan despiadadamente las aceras, a veces obligando a los peatones a desarrollar alas para poder circular, con un carril para cada sentido y unos ridículos pasos de peatones son carriles bici ¿por qué no circulan por ahí?
He pensado yo que sí nadie utiliza esos kilométricos carriles bicis, que al menos en mí localidad son kilométricos, insisto, igual un día de estos subo yo mí coche a ellos, porque yo tengo que llegar a los sitios y si el Ayuntamiento se ha gastado dinero en hacerlos alguien debería utilizarlos.
Creo recordar que fue un tal Ripley el inventor de la bicicleta estática y una vez leí que 2 de cada 3 de éstos chismes acaban cómo tendederos para la ropa, y es una lastima, con la de nóminas que tiene que firmar un sector así, tan desconocido, por eso yo quisiera recuperar éste deporte tan olvidado en el que se puede pedalear por Montmartre en París, Mala Strana en Praga o en Bombay en hora punta sin gastar un céntimo, sólo con imaginación o una croma y un proyector si se quiere.
Esta noche tuve un sueño. Soñé que el domingo cuándo arranque el coche y salga a una carretera comarcal no habrá un pelotón de ciclistas ataviados con sus magot, sus gafas de sol y sus cascos pedaleando con toda la parsimonia posible, y los carriles bici serán kilométricos jardines donde pasear sin ser atropellado. Y circularemos por la carretera en nuestros vehículos de tracción a motor sin reñir con nadie más que el loco que creé estar en un grand prix y el que parece haber comprado el coche sin acelerador y circula por el carril central por debajo de la velocidad mínima, pero eso da igual, porque en el coche llevamos radio y podemos cantar voz en grito Sleeping in my car mientras la ropa se seca sobre la bicicleta estática.
Interesante reflexión.. sin desperdicio.. sobre todo porque ciclistas con macacos encima todavía no he visto ninguno.