En la mayoría de los casos, nuestro entorno ejerce una gran influencia sobre nosotros. Puede ser un gran aliado o nuestro peor enemigo. Un entorno suma, anima, deprime o intoxica. En algunas ocasiones no puedes prescindir de ese entorno pero, está en tí, elegir el adecuado para desarrollarte como persona. Un espacio pequeño favorece las relaciones de confianza, por contra un espacio más abierto, es más frío, impersonal. Una decoración cálida da sensación de bienestar. Una fría, en la que predominan materiales como el mármol, o el cristal, da sensación de profesionalidad y no contribuye a fomentar las relaciones personales. En el trato humano ocurre lo mismo, una persona que sonríe, que no se queja, que es positiva, que está motivada, equilibrada y desprende bondad. Si es conocedora de sus carencias, se formará para vencerlas. Tendrá una actitud ganadora. Resulta positivo rodearse de ellas, aunque muchas veces no las tengamos en cuenta. Al otro lado, está la gente que forma parte de nuestro entorno. Personas que, por circunstancias, no podemos eludir. Es el caso de la familia, compañeros, vecinos. Si son tóxicas, podemos minimizar su efecto, con el único fin de que nos perjudiquen lo menos posible.
Este pensamiento, refleja la idea:
» El gran peligro de estar alrededor de gente no excelente es que empiezas a volverte como ellos sin siquiera darte cuenta” Robin Sharm
Sin duda, es una tarea que no se debe descuidar. Las personas entran en contacto e interactúan, al igual que toda la información que está al alcance: webs, redes sociales, medios de comunicación. Esos contenidos, en exceso, producen lo que se denomina “infoxicación”. Por ello, es importante que ser selectivos con los contenidos, con el entorno y con las personas que se decide que formen parte de nuestro círculo. La moda no es ajena a todo esto. Asó lo dice Jim Ronh: “… nos convertimos en una mezcla de las 5 personas con las que más tiempo pasamos, así podemos adivinar el nivel de ingresos, nuestra salud incluso cómo nos gusta ir vestidos, solemos imitar la manera de vestirse de nuestro grupo, porque genera tranquilidad y sentimiento de aceptación”.
Hay que ser un verdadero líder para llevar algo «especial» que se salga de las normas del colectivo de pertenencia Lo contrario es “desentonar”. Un claro ejemplo de ello lo tenemos en los adolescentes. Este colectivo, con sus diferentes tribus, tienden a imitar las tendencias del grupo, de lo contrario están fuera del rebaño. Así se reafirman en su deseo de “pertenecer”. Otro ejemplo de que la moda está influenciada por el entorno, es el resurgimiento de la ropa » casual» o » sportwear», se debe a un cambio hábitos a favor de destinar más tiempo al ocio y tiempo libre. Sin embargo, se pueden realizar muchas tareas para alimentar la mente de manera positiva. Así se esquivará ese entorno que es contraproducente para nosotros. Entre estas actividades se encuentra: se puede hacer ejercicio, leer, meditar, desaprender y aprender después, para activar la imaginación. Para ser libres.
La lectura, por ejemplo, no cabe duda que es una de las mejores herramientas, para salir del entorno. Es un medio “caliente”, implica a quién lee. Por eso, en estos tiempos de imagen televisiva, medio “frío” donde los haya, porque no obliga a quien observa a esforzarse por comprender, los índices de lectura en España son tan bajos. La pereza intelectual homogeiniza, mediocriza, achata las conciencias y los librealbedríos. En el estudio del CIS de este año, se asegura que el 40% de la población, no ha leído ningún libro. El hábito de la lectura en cierta medida, tiene que ver con los que nos rodean, se debe fomentar en la familia, amigos y colegios. Parece que se proponen detener al pensamiento y detener la libertad de elegir, en muchos ámbitos, y también en la moda.
Por ello, para concluir, la pregunta es…….. ¿Serán capaces de detenernos?