La actriz Chus Lampreave nos ha dejado. En el papel de La tía Paula de Volver de Pedro Almodóvar les gritaba a su sobrinas al abandonar el pueblo: “que tengáis cuidaíco”, una de las tantas frases emblemáticas pronunciadas por esta enorme actriz.
También recuerdo con una sonrisa a la portera de Mujeres al borde de un ataque de nervios, la testiga de Jehová que no podía mentir o la madre de La Flor de mi secreto que sufría de gases y le increpaba a su hija dónde había puestos los pimientos.
Chus sólo necesitaba pronunciar una frase para arrancarnos una carcajada, inundar la pantalla y convertir un minuto de cine en una eternidad. Una actriz cómica muy seria que hacía gracia a todo el mundo, porque no conozco a nadie que no adore a esta actriz. Sin duda mi momento preferido es cuando como madre de una Marisa Paredes abatida por la ansiedad le dice: “Es que vas como vaca sin cencerro”, y en el siguiente plano aparece la cara de su hija que, a pesar de la tristeza que la tiene estirada en la cama, no puede evitar sonreír al oír semejante maravilla. Y es que es una actriz que desbordaba una autenticidad que desconocíamos en la pantalla.
Cuántos momentos eternos nos ha regalado esta enorme, única e irrepetible comicaza en mayúsculas.
En relación a nuestra Chus yo tengo un deseo, que es que un buen samaritano algún día o muy pronto a poder ser, monte todas sus frases en una película. Sería un largometraje perfecto, deseado, delicioso, desternillante para todos los admiradores de esta actriz. Oír de nuevo interpretar, como sólo ella sabía, todas sus “perlas” seguidas desde que debutó en el cine de la mano de Marco Ferreri en El Cochecito y El pisito.
Sus frases de la trilogía de Berlanga de la Escopeta Nacional sumadas a las de la maestra llamada Tránsito de El año de las Luces de Trueba, para acabar con las de las tías, madres y abuelas entrañables de las cintas del manchego Almodóvar.
Desde aquí pido encarecidamente que algún cinéfilo sabio en tecnología audiovisual monte y cuelgue el vídeo en Youtube, como homenaje perfecto a la Chica Almodóvar secundaria que se comía o robaba los planos en un abrir y cerrar de boca.
Chus Lampreave siempre será la voz del campo, la voz de la sabiduría sencilla y la expresión de los afectos de la manera más básica convertida en genialidad. Siempre será nuestra abuela, nuestra tía nuestra madre. Esa voz realista y sin artificios de la Madre Tierra, que ahora desde el cielo nos dirá a todos: “Que tengáis cuidaíco”