¿Qué hay detrás del transhumanismo?

Este artículo es continuación de los dos anteriores: “El fin de la maternidad natural” y “El imperio de la pederastia”. Por tanto, para su mejor comprensión, recomiendo que se lean ambos antes de comenzar con este.

La palabra transhumanismo no aparece en el diccionario de la lengua española de la RAE (Real Academia Española), sin embargo, sí aparece su definición en Wikipedia: el transhumanismo es un movimiento cultural e intelectual internacional que tiene como objetivo final transformar la condición humana mediante el desarrollo y fabricación de tecnologías ampliamente disponibles, que mejoren las capacidades humanas tanto a nivel físico como psicológico o intelectual”. Esta definición adolece de algunas imprecisiones como, por ejemplo, que además de cultural e intelectual es, sobre todo, un movimiento científico que, como veremos, afectará a todo y a todos, y tampoco es cierto que dichas tecnologías de mejoramiento de las capacidades del ser humano estarán ampliamente disponibles pues, por su alto coste, sus principales “ventajas” solo estarán disponibles para unos pocos.

En términos más claros, el objetivo principal del transhumanismo básicamente sería la eliminación de los aspectos no deseados de la condición humana, como son la enfermedad, el sufrimiento, el envejecimiento e, incluso, la mortalidad. Por tanto, se podría decir que, mediante la fusión de las tecnologías con la biología y el acceso restringido de unos pocos a sus mejores “ventajas”, podría generarse una Humanidad a dos velocidades, que distanciaría rápidamente a esos pocos de la gran mayoría, pudiendo dar lugar a una definitiva brecha que separaría a los que podríamos llamar superhumanos (muy mejorados artificialmente) respecto a los infrahumanos (mejorados únicamente para ser controlados). No obstante, de aquí a que esto ocurra, nos tratarán de seducir con la falacia de que los avances tecnológicos para nuestro mejoramiento biológico y mental estarán ampliamente disponibles para la Humanidad en general.

Sin ir más lejos, en EEUU y Reino Unido ya se han presentado los primeros candidatos políticos a sus respectivos comicios electorales para formar gobierno, basándose fundamentalmente en la declaración transhumanista que fue creada originalmente en 1998 por un grupo internacional de autores de reconocido prestigio, teniendo dicha declaración cada vez más seguidores. Su segundo enunciado dice lo siguiente: “Creemos que el potencial de la humanidad aún no se ha realizado. Hay posibles escenarios que conducen a condiciones humanas mejoradas maravillosas y que merecen la pena”. Y en España, muy recientemente, ya se ha creado el partido político Alianza Futurista presentándose en su web del siguiente modo: Alianza Futurista es un partido político transhumanista español que trabaja para alcanzar la abundancia tecnológica material e inmaterial, la longevidad radical, la promoción de la razón, la ciencia y la educación, y la abolición del sufrimiento, tanto humano como no humano”.

El filósofo y escritor estadounidense Zoltan Istvan, en 2016 fue el pionero en presentarse como primer candidato presidencial transhumanista de la Casa Blanca, iniciando un debate popular acerca del derecho de los ciudadanos a retrasar su propia defunción, llegando incluso a ofrecer la posible inmortalidad física en un futuro próximo. Como podemos intuir, si esto fuese posible, lo sería solo para unos pocos “privilegiados”, al menos en principio. Aunque habría mucho que debatir sobre las posibles ventajas e inconvenientes de una sociedad donde pudieran convivir seres humanos físicamente inmortales junto a otros que no podrían o no querrían serlo, se daría la paradoja de tener que aprender a defender los derechos de unos y otros. Si viviéramos en una sociedad futurista de este tipo siendo mortales ¿votaríamos a las personas inmortales? Y, si pensamos en nuestras próximas elecciones, ¿votaríamos a quienes desean y pueden mejorar tecnológicamente sus cuerpos retrasando su envejecimiento hasta la propia inmortalidad, mientras nos prometen que trabajarán para que todos salgamos beneficiados? Ahí quedan las preguntas para que podáis responderlas ahora, o mejor aún, cuando finalicéis de leer éste artículo.

Respecto a lo dicho hasta ahora, Yuval Noah Harari, posiblemente el antropólogo más influyente de este siglo, dijo en una entrevista lo siguiente: “Creo que en el futuro habrá un auge de tecnoreligiones surgidas en Silicon Valley. Éstas harán las mismas promesas que las religiones tradicionales, pero con una diferencia importante: el paraíso no estará detrás de la muerte, sino en la vida”. Lo que significa, a mi modo de ver, que a través del transhumanismo se está tratando de crear una nueva religión mundial que intentará relevar a las grandes religiones del mundo, a través de unas nuevas promesas sobre el futuro “paraíso” en la Tierra para los inmortales “dioses” transhumanos, posthumanos o postbiológicos. Al parecer los actuales transhumanistas ven en la biología y lo natural algo problemático, deseando superar las limitaciones físicas e intelectuales mediante el control tecnológico que les permitan elegir su propia evolución hasta llegar a convertirse en posthumanos y postbiológicos. Un posthumano sería la culminación del proceso transhumanista donde biología y tecnología estarían perfectamente fusionadas en un cuerpo físico gracias a la biónica y con soporte en la inteligencia artificial (IA). Podría gozar de una prolongación de la vida sin deteriorarse, tendría mayores capacidades físicas e intelectuales, con un cuerpo físico conforme a sus deseos y pudiendo engendrar clones de sí mismo. Y, como culmen de la evolución posthumana, en teoría se podría llegar a la era de los seres postbiológicos, donde la mente o la consciencia no necesitarían de los cuerpos biológicos, pudiéndose prescindir de la biología e, incluso, desterrarla en el olvido.

Regresando al momento presente y después de lo expuesto hasta ahora, los primeros pasos del transhumanismo se están viendo reflejados en numerosas personas que se presentan al mundo como cíborgs o biohackers. El primer hombre ciborg reconocido como tal por el gobierno británico es Neil Harbisson, quien da conferencias por todo el mundo, siendo la primera persona de la historia que tiene implantada una antena en su cerebro, proporcionándole entre otras ventajas la conexión directa y permanente a internet. Harbisson llega a decir “Yo no uso tecnología, soy tecnología”. Por otro lado, como biohackers he encontrado a la joven escocesa Lepth que se autoimplantó 50 chips y varios imanes para mejorar los sentidos de su cuerpo, al norteamericano Tim Cannon que también experimenta con su propio cuerpo insertándose microprocesadores y Aaron Traywick que falleció en octubre-2017 tras aplicarse un tratamiento génico experimental.

¿Qué hay detrás del transhumanismo?
Neil Harbisson

Y ahora, antes de explicar qué se oculta detrás del transhumanismo, voy a dar un rápido repaso a cuáles pueden ser los próximos hitos que marcarán la evolución tecnológica de la humanidad, principalmente, a través del proyecto avatar y a través de las predicciones del “profeta tecnológico” Ray Kurzweil.

El Proyecto Avatar o Iniciativa 2045, son los nombres con los que se conoce el gran proyecto transhumanista para alcanzar la ansiada inmortalidad física del ser humano. Fue en marzo de 2012, cuando el multimillonario ruso Dimitry Itskov lo presentó en el entorno del Global Future 2045 International Congress celebrado en Moscú. Meses después, volvía a recibir atención mediática tras la carta abierta que dirigía a las personas más ricas del mundo integrantes de la lista Forbes, en la que Itskov les proponía participar en el proyecto. El mismo constaría de cuatro fases:

Avatar A: En esta fase del proyecto, a desarrollar entre 2015 y 2020, se intentará construir un robot totalmente controlado a través de la mente humana (esta fase ya está lograda).

Avatar B: En ésta, a conseguir entre 2020 y 2030, se pretenderá trasplantar con éxito el cerebro de una persona a punto de fallecer en un cuerpo totalmente robótico.

Avatar C: A desarrollar entre 2030 y 2035, en esta fase se intentaría conseguir volcar el contenido de un cerebro humano (se experimentará con personas voluntarias a punto de fallecer) en un soporte artificial, es decir, transferir toda la información de la personalidad con todas sus memorias a un avatar totalmente robótico, es decir, una especie de androide-humano.

Avatar D: Para el año 2045, como punto final del trayecto, se intentaría lograr una existencia “holográfica” o, dicho de otra manera, una vida virtual en la que cualquier persona pudiera existir y desarrollar su vida íntegramente en el interior de un sistema computerizado, sin necesidad de un sustrato físico individualizado.

¿Qué hay detrás del transhumanismo?

Todo lo anterior suena a ciencia ficción, pero si lo comparamos con las “profecías” de Ray Kurzweil,  podemos ver que hay muchas coincidencias en relación a los logros y en los plazos. En una reciente entrevista dijo “No creo que los humanos tengan que ser biológicos”. El señor Kurzweil, de quién hace algún tiempo me leí “Cómo crear una mente: el secreto del pensamiento humano”, un prolijo libro que no me dejó buen sabor de boca puesto que habla de lo próxima que está la conquista de la inteligencia humana por la IA, que dará a las futuras máquinas unas capacidades de pensamiento autónomo y, por tanto, de toma de decisiones, lo que las dotará de una especie de “libre albedrío”, pudiendo llegar incluso a simular perfectamente las emociones humanas.

Ray Kurzweil, director de ingeniería de Google, también dirige la Singularity University que, según define Juan Martínez Barea (su embajador para España) en su libro “El mundo que viene” (que también me leí junto al de Ray): “Es una universidad disruptiva liderada por los gigantes tecnológicos NASA y Google” o como él mismo dice en wikipedia Imaginen un híbrido entre la NASA y Teresa de Calcuta, y obtendrán Singularity University. Tecnología a lo bestia, inmensa ambición e idealismo y altruismo a raudales”. Pues bien, en 1990 Kurzweil escribió un libro titulado “La era de las máquinas inteligentes” en el que realizaba 147 predicciones con una tasa actual de aciertos del 86%, lo que me lleva a pensar que sus predicciones futuras también podrían cumplirse en su mayoría. Todas ellas las basa, según dice, en que “la capacidad de crecimiento de la tecnología sigue una trayectoria predecible y exponencial”. Como aciertos más significativos están: el haber acertado con las fechas de inicio del uso masivo de internet a nivel mundial, mucho antes de su explosión comercial y, su predicción casi exacta con siete años de antelación de la fecha en la que un ordenador sería capaz de derrotar a los mejores jugadores de ajedrez del mundo. Así ocurrió en mayo de 1997 cuando el entonces campeón mundial, Gary Kasparov, fue derrotado por Deep Blue. Y ahora vayamos con las próximas predicciones más importantes del “profeta tecnológico”:

En 2029 la IA superará el famoso Test de Turing, considerándose entonces que la IA habrá superado a la inteligencia humana.

Antes de 2030 seremos capaces de imprimir en 3-D básicamente todo. Conforme la impresión 3-D se comercialice a gran escala y en código abierto, “seremos capaces de vivir extremadamente bien e imprimir todo lo que necesitemos.” De hecho, en la actualidad ya se puede imprimir casi de todo: casas 3-D (construidas en 24 horas), órganos humanos, sistemas protésicos y puentes (en 2016 se instaló en un parque de la localidad Alcobendas-Madrid el primer puente 3D del mundo). En la próxima década será raro el hogar que no tenga una o varias impresoras 3D.

Antes de 2040, “nanobots” conectarán nuestro cerebro con la nube y prolongarán nuestras vidas. Estos nanobots, nos darán “una inmersión total de realidad virtual desde dentro de nuestro sistema nervioso”. En otras palabras, nuestros cerebros estarán conectados a la nube. Del mismo modo, los nanorrobots podrían reforzar el trabajo del sistema inmunológico derrotando a cualquier enfermedad, incluso al cáncer. Esto conduce a lo que los futurólogos del transhumanismo llaman la extensión radical de la vida, que en palabras de Kurzweil sería: “la muerte es una enfermedad que puede ser curada y los nanobots son una de las formas de curarla”.

En 2045 llegará la Singularidad Tecnológica (“curiosamente” la misma fecha en la que finaliza el Proyecto Avatar). Es la fecha más importante para Kurzweil. Ese es el año en que ocurrirá lo que los futuristas llaman la Singularidad, el momento en que la tasa de crecimiento de evolución biológica será superada por la IA, siendo su potencia de cálculo hasta mil millones de veces superior a la de la inteligencia humana. En su libro “La singularidad está cerca”, Ray dice: “La Singularidad es un período futuro durante el cual el ritmo del cambio tecnológico será tan rápido y su impacto tan profundo, que la vida humana se transformará irreversiblemente. Aunque, ni utópica ni distópica, esta época va a transformar los conceptos en los que nos apoyamos para dar sentido a nuestras vidas, de nuestros modelos de negocio para el ciclo de la vida humana, incluyendo la muerte”. Muy curioso cuando habla de “modelos de negocio” para la vida humana, incluida la muerte, con lo que ya se puede entrever hacia dónde nos quieren dirigir: hacia la mercantilización total de la vida de la gran mayoría de seres humanos desde el nacimiento hasta la muerte, convirtiéndonos en ganado cibernético humano, manipulable y robotizado, es decir, reduciéndonos a la condición de seres infrahumanos, meramente instrumentales, como si fuésemos simples bienes de consumo.

Después de la Singularidad, seremos capaces de “subir” nuestra mente a las computadoras. De acuerdo con este argumento, podremos transferir nuestra conciencia de seres basados en el cerebro a seres basados en el ​​ordenador. Incluso Stephen Hawking cree que esto es posible: “Creo que la mente es como un programa en el cerebro, así que teóricamente es posible copiar el contenido del cerebro en un equipo y así proporcionar una forma de vida después de la muerte”.

Cada ser “humano” podría tener distintos cuerpos virtuales. Si nuestra mente puede ser subida a alguna computadora y la realidad virtual es totalmente envolvente, entonces no cabe duda que nuestros cuerpos también van a ser virtuales. “Los cuerpos virtuales serán tan detallados y convincentes como los cuerpos reales”, dice Kurzweil. “Nosotros necesitamos un cuerpo, nuestra inteligencia está dirigida hacia un cuerpo, pero no tiene por qué ser un cuerpo frágil, biológico, que esté sujeto a todo tipo de fallos”. Así que, parece que seremos capaces de vivir, básicamente, en un mundo virtual al estilo de la película Matrix y cambiar de cuerpos a nuestro antojo del mismo modo que ahora podemos cambiar de videojuegos.

¿Qué hay detrás del transhumanismo?
Ray Kurzweil

Hasta aquí, he explicado lo que considero más superficial y conocido sobre el transhumanismo. Ahora toca desvelar con mayor profundidad qué más hay detrás. Lo que narraré a partir de ahora, es la continuación de los dos artículos mencionados en el primer párrafo. Así que, respirad profundamente, y continuad leyendo.

Aunque la mayoría no conozcáis el término que ahora voy a emplear, os puedo asegurar que en estos momentos toda la población mundial está inmersa en una guerra de 5ª generación o llamémosle 3ª guerra mundial silenciosa. En mi primer libro La Huelga Tranquila, publicado en 2010, explico que el título del mismo me surgió tras conocer otro término de guerra que, al parecer, se declaró a la Humanidad después de finalizada la 2ª guerra mundial: la guerra tranquila. En esta guerra silenciosa todavía estamos inmersos la mayoría de los seres humanos que, de manera superficial, se escenificó mediante la llamada guerra fría que tanto miedo provocó a buena parte de la población mundial. Vaya por delante que las dos guerras mundiales y la guerra fría fueron financiadas en su totalidad, para todas las partes implicadas, por la misma élite oculta. Y quede claro, también, que estoy muy tranquilo de que no ocurrirá una 3ª guerra mundial atómica, como tantas veces han intentado hacernos creer para meternos miedo, pues sus intereses son otros como ahora veremos. En cuanto a la mencionada guerra tranquila, lo más importante para quienes la declaran es que no sea conocida por la gran mayoría, porque así podrán seguir utilizando impunemente sus sofisticadas armas silenciosas, a saber, la incitación al consumo desmedido dentro de un perverso e insostenible sistema competitivo capitalista, la inducción al endeudamiento perpetuo y el adoctrinamiento religioso, político, económico y social, principalmente.

La guerra de 5ª generación, también conocida como guerra sin límites es, a diferencia de las guerras de 1ª, 2ª, 3ª ó 4ª generación, la estrategia bélica y tecnológica más avanzada que jamás se haya empleado contra la Humanidad. Ya no se trata de ganar o perder una batalla para conseguir unos objetivos materiales, que también, sino, sobre todo, se trata de la Gran Conquista Final: el control absoluto de las mentes de todos los seres humanos del planeta, sin excepción. ¿También las de los humanos de la élite oculta? Pues sí, también las mentes de ellos que, por cierto, fueron las primeras mentes plenamente conquistadas. Después lo explicaré mejor. Pero, por favor, sigue leyendo con la mente abierta y el corazón sereno.

Mediante la guerra sin límites o guerra total tratan de manipular y controlar las mentes de todos y cada uno de nosotros y, mientras más seamos, más poder para ellos, por eso no les interesa reducir la población mundial drásticamente con una guerra atómica. Desean convertirnos en consumidores aborregados, sumisos, incapaces de comprender, dormidos ante la evidencia que ahora os estoy contando y, por tanto, faltos de motivación y de fuerza para poder salir de la matrix-prisión-mental en la que la gran mayoría ignora vivir. De hecho, ya estamos tremendamente manipulados y controlados mentalmente, como nunca antes lo habíamos estado y cada vez más, gracias a los avances tecnológicos. Como hemos visto, tratan de conducirnos, como si fuésemos ganado cibernético, hacia un mundo digital de vida virtual donde la IA supuestamente tomaría el control sobre la especie humana y sobre todo el planeta. Si las predicciones de Ray Kurzweil son ciertas, quedaría muy poco para que la especie humana en general quede sometida a la “voluntad” de las máquinas: tan solo 10 años.

Si en 2029 la IA supera a la inteligencia humana y ésta llega a centralizarse por la actual élite oculta, podría empezar a tomar decisiones por sí misma sobre los sistemas de abastecimiento de energía y de comunicaciones del mundo entero. Y entonces sí que tendríamos un grave problema, porque además una IA centralizada podría llegar a controlar y fabricar los sofisticados y mortíferos arsenales militares de ejércitos autómatas (como por ejemplo drones y aviones teledirigidos, misiles, satélites espías, sistemas globales y locales de vigilancia, vehículos militares autónomos, armas climáticas y bacteriológicas, androides, nanorrobots, etc.). Parece pura ciencia ficción, tal y como muchas películas y series de TV nos muestran continuamente pero, como podéis imaginar, éstas películas y series también forman parte del perfecto plan de manipulación mental y desinformación de masas con el que continuamente nos están bombardeando, en este caso dirigidas por la industria cinematográfica: Hollywood principalmente.

¿Qué hay detrás del transhumanismo?

Pero no os desaniméis. Tened confianza, porque mucho se puede hacer todavía de aquí al 2029. En el Desenlace Final que expondré en el próximo artículo, diré qué podemos hacer cada uno de nosotros al respecto. En principio, la cuestión no está en tratar de impedir que la IA supere a la inteligencia humana. Esto será inevitable. Aunque no será así a nivel de sentimientos y emociones, cualidades éstas muy exclusivas de los seres humanos y otros seres biológicos. Lo que debemos conseguir, y conseguiremos, es que la programación de la IA esté bajo el control de seres humanos de buena voluntad y gran sabiduría. De esta forma la IA estará a nuestro servicio y no al revés. Afortunadamente, ya hay miles de magníficos hackers informáticos y expertos en IA de buen corazón, repartidos por todo el mundo, que trabajan para conseguirlo. El problema está en que la mayoría de ellos actualmente trabajan para las poderosas compañías del sector tecnológico, que lideran, recopilan y unifican los mayores logros en cuanto a IA se refiere, sin que por ahora sean totalmente conscientes de cuáles son los fines últimos que persiguen los máximos líderes y dueños de tales compañías.

Aunque estoy seguro que el pulso silencioso que actualmente está ocurriendo entre ambos bandos tecnológicos, se equilibrará en los próximos dos lustros, de manera que la balanza termine decantándose finalmente a favor de la raza humana en particular y de la vida planetaria en general. Y entonces, la última gran guerra, la guerra de 5ª generación, habrá terminado y la co-creación de un Nuevo Mundo para una Nueva Humanidad prevalecerá a partir de entonces, por primera vez, frente al mundo distópico construido hasta ahora. Cosa muy distinta sería la desaparición definitiva del Mal sobre este planeta que, según intuyo, irá disminuyendo lenta y progresivamente hasta que a finales de este siglo pierda todo su poder sobre todas las personas de Buena Voluntad de la Tierra que, en su inmensa mayoría, habrán crecido enormemente a nivel consciencial y espiritual. Pero, para que esta intuición que se manifiesta a través de mí se cumpla, es necesario que una masa crítica de los seres humanos actuales despertemos y actuemos en consciencia. Pero sobre todo esto, diré algo más en la conclusión de este artículo y mucho más en el Desenlace Final del próximo.

A estas alturas, supongo que muchos os habréis preguntado lo siguiente: ¿Para qué una reducida élite humana querría crear una IA con capacidad de dominar el mundo si también corren el riesgo de ser dominados ellos mismos? La respuesta está en que todos los miembros de dicha élite ya están perfectamente programados y controlados desde muy niños (incluso desde que estaban en el vientre materno), como si fuesen robots, para cumplir el diabólico plan de servir a los fines de la agenda oculta Illuminati que desde hace siglos vienen persiguiendo, es decir, tratar de consolidar definitivamente el gobierno mundial o el nuevo orden mundial de manera total y absoluta, sobre una población de más de 8.000 millones de habitantes, bajo el yugo del transhumanismo que, como ya he comentado, daría como resultado a dos clases de seres humanos: unos pocos superhumanos mejorados tecnológicamente, frente a los innumerables infrahumanos. Tal minoría elitista nos trataría a la gran mayoría como si fuéramos simple “ganado biológico”, explotándonos y estrujándonos vitalmente al máximo, al igual que se hace en los campos de concentración de animales destinados a la alimentación humana, pero en nuestro caso sin darnos cuenta de esto, puesto que todo el planeta Tierra, y quizás también otros planetas, serían usados como gigantescos campos de concentración de infrahumanos, siendo lo más valioso para ellos: la energía mental y emocional de la “infrahumanidad que, según hemos visto, a partir de 2045 podría incluso llegar a encapsularse en máquinas de realidad virtual.

Ahora bien, tened muy en cuenta que dicha minoría de “superpoderosossuperhumanos de la élite oculta (unos pocos miles) son y serán siempre mucho más esclavos y estarán mucho más controlados que la gran mayoría (miles de millones) de nosotros. Ellos han sido, son y seguirán siendo víctimas de programación y control mental mediante trauma (“control duro”), mientras no se atrevan o no sepan salir de la cárcel mental de máxima seguridad en la que están. El resto de nosotros (programados mediante “control mental blando”), estamos en mejores condiciones para buscar y encontrar la solución ideal a este “eterno” problema, puesto que nuestros “barrotes mentales” son más fáciles de eliminar. Por tanto, si seguimos considerando que ellos son las fuerzas del Mal y nosotros las fuerzas del Bien, poco avanzaremos hacia la solución definitiva. Realmente ellos son las mayores víctimas del Mal, mucho más que nosotros. Si nos damos cuenta que dichas fuerzas (Bien y Mal) viven dentro de ellos, al igual que dentro de cada uno de nosotros y, por tanto, dejamos de luchar contra ellos, también estaremos dejando de luchar contra nosotros, y entonces sí que estaremos avanzando hacia la solución ideal que plantearé al final del próximo artículo.

Lo que expongo a continuación trata de explicar el porqué de la distopía (sociedad indeseable por la gran mayoría) en la que actualmente vivimos. ¿Por qué unos pocos tratan de realizar una disgenesia (degradación de la especie) con la gran mayoría que la sufre y una eugenesia (mejoramiento de la especie) para ellos mismos? Está claro que esto solo puede ser el resultado de una psicopatocracia tiránica congénita que abarca todas las civilizaciones del pasado y del presente, es decir, como consecuencia del poder ejercido por unos pocos psicópatas (o múltiples, como después veremos) que desean continuar sometiendo de manera tiránica a la Humanidad, tal y como lo vienen haciendo desde hace milenios. Y esto, solo lo pueden hacer unas mentes muy programadas de seres totalmente insensibles que ayudan a perpetuar esta situación insostenible para la vida tal y como la conocemos. Por tanto, veamos ahora porqué existen estas mentes contra natura.

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Hoy día la hipocresía está muy generalizada y la franqueza parece ser una grosería. Una cosa es ser coherente con lo que pensamos, decimos y hacemos, siendo sinceros y empáticos a la hora de comunicarnos y actuar y, otra muy distinta, la escisión brutal entre el decir y el hacer que hoy domina. Como veremos, esta hipocresía, esta escisión, nos lleva al corazón del sistema dominante, al abuso ritual de sexo y sangre, y a la disociación mental que esto produce. Este es el contexto ideal que la élite oculta promueve para que siga perpetuándose la escisión entre el decir y el hacer del que hablamos. Y esto solo puede ocurrir cuando nuestras mentes están disociadas, siendo el ejemplo más paradigmático el de las personas conocidas hoy día como múltiples.

Actualmente, el trastorno mental de personalidad múltiple se conoce en la psicología y en la psiquiatría modernas como trastorno o desorden de identidad disociada (TID o DID), porque consideran que en una persona solo puede existir una mente y una personalidad y, por tanto, un único ser humano que la utiliza. Sin embargo, es posible la fragmentación ilimitada de la mente en múltiples pedazos o compartimentos que, cuando son estancos, pueden manifestarse a través de identidades distintas dentro de la misma personalidad, sin que la mayoría de las veces unas sepan de la existencia de las otras. Además, está comprobado que la perfecta división de la mente como si se tratara de un disco duro de un ordenador, solo se produce cuando ocurren traumas muy severos en la vida de la persona. Se trata de un maravilloso mecanismo  de defensa que, de alguna manera, impide a la víctima tener que recordar y revivir los insoportables traumas padecidos, que de otra manera podrían paralizarla y derrumbarla psicológicamente. De este modo, estas personas pueden llevar una vida más o menos normal hasta que estén preparadas para resolver el conflicto interior causado por los traumas relegados al “olvido”.

Las distintas identidades de un múltiple, pueden emerger a la luz de la consciencia (algunas podrían no emerger nunca) en determinadas circunstancias. Tales identidades, algunas independientes y otras interdependientes que conviven en una única persona, producen pensamientos, emociones y comportamientos, generalmente muy distintos, según sea la identidad frontal que emerja, existiendo identidades muy ocultas que se pueden programar para que nunca emerjan o sólo en muy raras ocasiones. Y de este conocimiento se sirve y se ha venido sirviendo siempre la élite oculta. Ellos saben perfectamente como desestructurar, desintegrar o compartimentar la mente para que el cerebro no funcione como una unidad. Siempre han usado este conocimiento para fragmentar el núcleo (o “core”) de la mente en los fetos, bebés y niños menores de 6 meses, para posteriormente subdividirlos en muchos fragmentos más a partir de los dos años de edad, que es cuando se empieza a formar el “yo” o “ego”. Y lo hacen mediante trauma, claro está, porque no hay otra forma de conseguirlo.

En la web aparece un extenso e interesante artículo con el título El control mental basado en el trauma, por Adonay Nunes, que dice lo siguiente: “A través de los traumas y su estructuración, en un niño pequeño se puede crear un ser humano con varias personalidades y que muchas de ellas ni tan siquiera sepan la existencia de las demás. Cuanto más fuerte es el trauma más fuerte son las paredes que se crean. Estas paredes de amnesia permiten la creación de personalidades múltiples”.

La tendencia natural de un niño sano que nace y vive en un entorno cálido, amoroso y respetuoso es la de mantener y desarrollar una única identidad, que puede mantenerse durante toda la vida si de adolescente, joven o adulto no sufre traumas o miedos que le subdividan su mente, cosa improbable hoy día porque la inmensa mayoría somos, en cierto modo, cuasi múltiples (aunque no exista amnesia entre las distintas identidades o roles que frecuentemente ejercemos en determinadas circunstancias) debido al “control mental blando” al que estamos sometidos desde que nacemos. No obstante, la “programación mental blanda” es más fácil de eliminar que la “dura”, como ya hemos dicho y seguiremos viendo.

¿Qué hay detrás del transhumanismo?

Cuando una identidad o álter de un múltiple actúa de manera manipuladora, insensible, sin empatía y perjudicando gravemente la vida de otros seres vivos, podríamos llamar a esa parte identidad psicópata. Incluso podría darse el caso de que puedan emerger en el múltiple de manera alternativa distintas identidades psicópatas. Esto desmitifica la figura del psicópata puro que nace como tal, puesto que dentro del aparente psicópata siempre existe una identidad básica, más otras posibles identidades sensibles, sufrientes y empáticas pero que, sin embargo, quedan soterradas ante la fuerza preeminente de la parte psicopática cuando ésta tiene el entorno apropiado donde desarrollarse. Esto significa que, si las circunstancias de un múltiple son propicias, la recuperación de la unidad del “yo” mediante la integración de todos sus fragmentos sería totalmente posible si se consiguen derribar todos los muros de amnesia que lo mantienen dividido. Esto desde luego no es tarea fácil, pero cada vez existen más terapeutas profesionales que están consiguiendo “desprogramar” a múltiples muy fragmentados. Pero antes de conocer cómo se está logrando esto, conozcamos un poco la historia sobre la programación mental mediante trauma sacada de la memorable Conferencia de Greenbaum, impartida por el psicólogo norteamericano Corydon Hammond, y del artículo “Proyecto Monarca: Control Mental Nazidel profesor británico Ron Patton, experto en control e ingeniería de sistemas inteligentes y director del laboratorio C&ISE de la universidad de Hull.

Tanto el Dr. Hammond como el profesor Patton hablan del proyecto Paperclip, que empezó justo antes de que finalizara la segunda guerra mundial. Esta operación de inteligencia británico-estadounidense fue iniciada para permitir escapar a Josef Mengele (médico y oficial alemán de la “SS” en el campo de concentración de Auschwitz) junto a la élite nazi y otros científicos y médicos. El presidente de los EEUU, Harry Truman, aceptó autorizar el proyecto Paperclip, con el objetivo de importar científicos alemanes para trabajar en América durante la “Guerra Fría”. Mengele desapareció de Auchwitz en enero de 1945. A decir verdad, viajó por todo el mundo, trabajando para el Instituto Tavistock en Londres y en los Estados Unidos, donde era conocido como el Dr. Green o Greenbaum. La Inteligencia Militar de EEUU limpió previamente las referencias nazis y, por el año 1955, más de 760 científicos alemanes se convirtieron en ciudadanos norteamericanos, otorgándoles posiciones prominentes en la comunidad científica internacional. Muchos de ellos habían sido miembros del Partido Nazi y la Gestapo y habían realizado terribles experimentos con humanos en los campos de concentración.

Los registros oficiales que detallaban la investigación de control mental de Mengele en Alemania fueron llevados a EEUU al final de la guerra, permaneciendo los millones de hojas de papel sobre tales experimentos con humanos en el Anexo Suitland de Washington DC, donde son mantenidos bajo estricta seguridad. La mayor parte de la investigación de Mengele en los campos de concentración todavía está clasificada. Inspirados en estos descubrimientos nazis, la CIA comenzó su propio proyecto sobre el control mental, llamándolo proyecto MK Ultra.

Durante los diez años de vida del MK Ultra, se investigaron técnicas hasta entonces no exploradas mediante trauma para el control del comportamiento humano sobre esclavos mentales. Supuestamente MK Ultra dejó de estar operativo sobre 1963, aunque parece ser que ha continuado hasta la actualidad como proyecto de control mental de masas o MK Ultra Social, tal y como plantea el periodista español Rafael Palacios en su reciente libro “La locura moderna: MK Ultra Social”. Desde entonces han existido y se han desarrollado otros programas de control mental, siendo el más conocido por el número de víctimas, el proyecto Monarca.

Por otro lado, en la conocida conferencia de Greenbaum, el Dr. Corydon Hammond, psicólogo profesional de la hipnosis clínica, profesor de la Universidad de Utah y ex presidente de la Sociedad Americana de Hipnosis Clínica, empieza diciendo que es terrible pensar que “existen proyectos de alto nivel de desarrollo y coordinación en los que la mente humana es hackeada y compartimentada como si se tratara de un simple ordenador”. Dicha conferencia marcó un antes y un después en el mundo de la psicoterapia por la forma en que se planteó abordar y tratar la problemática de la desprogramación mental sobre las personas que iban escapando de la magnética influencia de las estructuras de la élite oculta. Tuvo lugar el 25 de junio de 1992 en el Hotel Radisson Plaza, de Alexandria, en Virginia (EEUU), y fue impartida por el citado Dr. Hammond con el título “Hipnosis en MPD: Abuso Ritual” que en aquellos momentos llevaba muchos años trabajando con pacientes con MPD (Desorden de Personalidad Múltiple), hoy día TID o DID. La conferencia la dirigió a profesionales de la hipnosis clínica y a psiquiatras con experiencia en hipnosis, basándose en sus experiencias de desprogramación con pacientes que habían sufrido una programación sistemática e intencionada para crear alter-egos capaces de realizar acciones que escapan por completo de su voluntad en estado consciente. El Dr. Hammond ofreció pautas a otros terapeutas, que trabajaban a ciegas con este tipo de pacientes, para poder desprogramar mejor a estas personas sin causarles daño, llegando incluso hasta el núcleo más profundo de la programación para desactivarla por completo.

¿Qué hay detrás del transhumanismo?

En 2017 se estrenó la película “Múltiple” donde claramente se ve lo que desea transmitirnos la industria cinematográfica acerca de este tipo de personas. En determinado momento del filme, la doctora Fletcher, quién conoce perfectamente las 23 identidades que conviven en su paciente Kevin, explica en una conferencia acerca de los alters de un múliple que: “Ellos son lo que creen que son” o “Es posible que ahora ellos puedan hacer cosas que nosotros no podemos” o “Según los escáneres cerebrales un individuo con TID puede cambiar la química de su cuerpo con la mente (según pruebas científicas esto es cierto): una identidad puede tener el colesterol alto o ser alérgica a la picadura de las abejas y las otras no” o “La diferencia entre distintas identidades puede ser tan grande como la que existe entre dos personas distintas. Distinto cociente intelectual y distinta fuerza física (esto también está comprobado) o “Quizás esos individuos a través de su sufrimiento hayan logrado desarrollar todo el potencial de la mente”. El personaje Kevin fue maltratado y abusado cuando era niño y, por tal motivo, desarrolló 23 identidades donde las más débiles quedan tapadas o protegidas por las más fuertes. El caso es que la identidad más fuerte hasta ese momento, Dennis, quién rapta a tres adolescentes, se verá superada con la llegada de “la bestia”, la identidad número 24, un hombre muy fuerte y veloz que es capaz de no sentirse dañado por las balas (esto representaría al futuro superhumano que nacerá del transhumanismo), pero que tiene un deseo incontrolable de comer carne humana de chicas puras (no así de la tercera adolescente que fue abusada y torturada cuando era niña)”. Está claro el mensaje, ¿verdad?

Un “alter” por definición es una parte disociada del cerebro que el programador desarrolla dándole una identidad, una historia, una ocupación y un lugar en la mente para crear una aparente personalidad completa. El propio alter se disocia del dolor, miedo y recuerdos de la tortura creando un fragmento en la propia mente que, sin embargo, siempre estará asociado a un trauma. Una persona disociada puede sentirse mal, sin que sepa por qué, cuando simplemente toma contacto con un objeto igual o parecido al que fue usado para su tortura, o bien, porque entra en un lugar donde hay colores, olores o sonidos iguales a los que había en el lugar donde fue abusada. Estas memorias se alojan en el subconsciente y solo emergen cuando hay ciertos detonantes o disparadores que los traen a la luz de la consciencia que, en el caso de los programados sistemáticamente mediante trauma, son sus programadores quienes mejor los conocen (una palabra, una frase, un gesto, un toque, un símbolo, …) y quienes pueden hacer emerger tales memorias o alters cuando quieran y como quieran.

En los casos más extremos, como el de las personas integrantes de la élite oculta, pueden existir miles de alters en la misma persona, debido a los miles de traumas que han tenido que sufrir a lo largo de sus vidas, desde el vientre materno hasta la adultez. De hecho, el núcleo mental de un feto o de un bebé se puede dividir (y siempre se divide en los seleccionados por la élite oculta) antes de que se forme su yo o personalidad base, según cuenta Svali Waldrop en “Rompiendo la cadena”, para luego ser subdivididos cada uno de ellos en otros muchos e, incluso, tales subdividisiones podrían subdividirse aún más. Lo que hace que la mayoría de los traumas queden muy escondidos y sumergidos en rincones muy perdidos del subconsciente.

Para los programadores mentales, el conjunto de miles de alters forman un sistema, es decir, el mundo interno de la persona. Dependiendo del futuro cargo de esa persona, el formato del sistema se puede configurar de una u otra forma. Normalmente, para ser más fáciles de manejar, los alters están agrupados en clusters. Cuando se pretende que uno de esos alters tome el control de la persona se lo llama mediante el disparador correspondiente para que la programación subconsciente pase a dominar a la mente consciente y así el “robot” reemplace al humano.

¿Qué hay detrás del transhumanismo?

En cuanto a la programación de masas o “control mental blando”, éste se viene ejerciendo desde siempre por una élite de “marionetas o robots” humanos, víctimas de víctimas, que necesitan mucha comprensión y ayuda por parte de las personas más despiertas y menos programadas para que tales víctimas de la élite puedan tener la oportunidad de salir definitivamente del “agujero negro” donde se encuentran y, por tanto, para que dejen de atraer a otros hacia ese mismo “agujero”.

Decir también, que hay grandes corporaciones internacionales desde las que se diseñan las mejores estrategias de control mental para la población, como son los servicios de inteligencia nacionales y otros análogos a nivel internacional, siendo el instituto Tavistock el principal referente mundial (según afirma David Icke en su libro “El mayor secreto”), creado en Londres en 1947 precisamente poco después de finalizada la segunda guerra mundial y tras la fuga de cerebros nazis con el Dr. Mengele a la cabeza.

Está claro que el Mal mueve todo el sistema, pero tiene que enmascararse tras un frente aparentemente bueno. Con este doble juego es como siempre han tratado de engañarnos, sobre todo, a través de las religiones de masas, siendo estas las más eficaces en cuanto al adoctrinamiento y el control mental de la población, porque es más fácil esconder el Mal detrás de la falsa bondad de las más altas instituciones y autoridades religiosas: papas, cardenales, obispos, rabíes, imanes, brahmanes, lamas, etc., aunque he de decir que dentro de las distintas religiones, mayoritariamente en los niveles inferiores, hay maravillosas personas de buena voluntad que hacen una gran labor social, humanitaria y espiritual.

Según Cisco Wheeler (ex programadora Illuminati procedente de la familia Wheeler, una ramificación de una de las 13 dinastías más poderosas del mundo) y Fritz Springmeier (investigador, escritor y periodista), autores del libro La fórmula Illuminati utilizada para crear un esclavo de control mental indetectable, aparte de los niños Illuminati de linaje generacional que empiezan a ser programados desde que están en el vientre materno (mediante trauma al feto o a la madre), también son metódicamente programados y maltratados, en centros especiales repartidos por el mundo, los hijos de muchos empleados (principalmente de altos cargos), siempre que pertenezcan a alguna de las siguientes organizaciones: Inteligencia de los distintos ejércitos de EEUU, Comisión de Energía Atómica, Inteligencia británica MI5 y MI6, Instituto Tavistok, la CIA, el FBI, la Iglesia de  Satán, la Iglesia de la Cienciología, grupo Walt Disney, departamentos de Justicia, distintas organizaciones de la Masonería, Inteligencia alemana SHABACK, Hollywood, la MOSSAD de Israel, la NASA, la NSA, la iglesia Mormona, Neo-nazis, la KGB, la USAF, etc, etc, etc (en el libro aparecen más de 50 organizaciones que envían a los hijos de sus trabajadores a centros de programación mental dura para que más adelante puedan estar preparados para relevar a sus padres).

Está claro que la élite oculta actual (Illuminati) es la organización terrorista más sofisticada, refinada y poderosa que existe, y que ha hecho del terror y del sadomasoquismo una verdadera ciencia del control mental. Su inhumanidad a la hora de actuar se puede resumir en dos palabras: sadismo sublimado.

Como conclusión de este extenso artículo, puedo afirmar que el transhumanismo es la última vuelta de tuerca de un proceso milenario de programación, control y dominación mundial. Que el terrorismo estructural de la élite oculta atraviesa toda su organización de cabo a rabo y, por extensión, sus tentáculos de poder y de maldad alcanzan, penetran y traspasan al resto de las estructuras organizacionales humanas más importantes en todas las partes del mundo. Por otro lado, también me atrevo a afirmar que todos y cada uno de los seres humanos más poderosos del planeta son múltiples o, dicho de otro modo, que “sus manos derechas no saben lo que hacen sus manos izquierdas y viceversa”. Por tales motivos, los Illuminati se han convertido en la secta más poderosa del mundo. Sin embargo, por muchos conocimientos que ellos posean, y aunque crean que sí, realmente no saben quiénes son ni las profundas consecuencias que tienen sus actos sobre sí mismos y sobre los demás. Carecen de una consciencia unificada que les guíe. Y, además, no saben qué es el Amor Incondicional. Nunca lo han experimentado. De ahí la famosa frase de Jesús de Nazaret cuando estaba siendo crucificado: “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen” -Lucas 23-24- (y Jesús no solo se refería a los romanos que lo clavaron en la cruz, sino también a quienes previamente le condenaron, a los que posteriormente lo celebraron y al pueblo judío en general).

Por último, solo me queda decir que, más que esperanza, tengo plena confianza en el Desenlace Final que pronto terminará liberando a la Humanidad del yugo de los múltiples más poderosos que, como veremos en el último artículo de esta serie, también cumplen una función esencial para la evolución de toda la Humanidad y de la Vida sobre este planeta.

Reflexión final:

“Sé tú el cambio que quieres ver en el mundo

Mahatma Gandhi.

El imperio de la pederastia

El fin de la maternidad natural

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