El discurso de ayer de Puigdemont fue un clásico del manipulador emocional.
– Prejuicios: Un relato de una supuesta humillación al pueblo catalán.
– Confusión: DUI que sí y a la vez qué no.
– Provocación: Con un punto de ilegalidad que busca realimentar el conflicto, la secuencia de acción reacción en que se basa su procés.
Es decir, estimular indignación, confusión, inseguridad y revancha con un tono sosegado que intenta ocultar la violencia que contiene. El doble mensaje típico del manipulador:
– mensaje emocional: victimismo, confusión, provocación, temor
– mensaje formal: queremos diálogo, buena relación…
Lo de siempre, la increíble y triste historia del cándido pueblo y de sus dirigentes desalmados. Un manipulador maltratando a su pueblo.
Y así llevamos 40 años…
P.S.: Quienes se indignan ante la supuesta falta de respuesta de Rajoy, quienes le meten prisa, quienes le exigen que acepte el diálogo-trampa ¿acaso no están entrando al juego del manipulador?