El Procés: la trama al desnudo

Tras cinco años de locura emocional, va desvelándose al fin la lógica partidista subyacente al Procés. La trama de intereses se empieza a mostrar con cierta claridad.

Hagamos revisión.

Todo empezó en 2012, con el arranque de la primera legislatura de Rajoy. Artur Mas debió encontrarse entonces en una situación de inestabilidad. Quizá por tensiones de liderazgo entre Mas y Oriol Pujol, el temor a un acercamiento del PP catalán (abrazo del oso), la necesidad de capear la crisis o los casos de corrupción que afloraban en su partido. O quizá debido a una mezcla de todos ellos.

Lo importante para nuestro caso es que Mas buscó una salida apoyándose en los excesos publicitarios de CiU: el Procés. (1)

Tras décadas de eficaz propaganda nacionalista, los propios cuadros del partido se había creído sus mensajes y nadie en CiU pudo evitar que Mas utilizase la estrategia del ‘conductor al abismo’: afianzarse como líder mesiánico dispuesto a desarrollar la propaganda hasta sus últimas consecuencias.

El Procés: la trama al desnudo

De esta forma, Mas arrastró a CiU desde su posición tradicional de nacionalismo pactista, hasta un secesionismo antisistema más característico de partidos como ERC. (2)

El Procés: la trama al desnudo

El Procés: la trama al desnudo

ERC se frotó las manos y preparó la estrategia para hacerse con el electorado de CiU, a la que luego dejaría tirada. Se lo ponían en bandeja.

Básicamente necesitaba:

– arrastrar al nacionalismo a posiciones secesionistas radicales en las que votar a ERC resultase una opción aceptable, la más coherente incluso.

– empujar a CiU hacia objetivos imposibles de sostener (DUI) para que se rompiese por sus propios excesos ideológicos. Para esto último ERC se apoyó en la CUP, a la que ofreció un ‘festín de radicales’: izquierda y antisistema se darían un banquete aprovechando el desvarío de la derecha nacionalista. (3)

Es decir, mientras CiU creía arrastrar a la sociedad hacia un abismo de poder controlado por ellos mediante la manipulación emocional, iba en realidad directo hacia un muro (el Estado) contra el que se ha estrellado su partido, no Cataluña.

Esta es la trama del Procés: la radicalización autodestructiva de CiU apoyada por ERC en su propio beneficio. Y casi se ha consumado. 

¿Qué pasos faltan en los planes de ERC?

Queda consolidar la jugada. Reducir en lo posible las consecuencias judiciales del Procés y conseguir el 21-D unos resultados que posibiliten un gobierno de izquierdas con ERC de líder. Un tripartito ERC-Podemos-PSC probablemente.

Ahí se encuadrarían las últimas declaraciones de Gabriel Rufián, repentinamente sensato y moderado… aceptable para el PSC-PSOE.

Una estrategia que casa con el esquema tradicional de intereses que ha servido de sostén al nacionalismo durante décadas. Y que tiene grandes posibilidades de ser aceptado de nuevo por la izquierda catalana en general. (4)

El Procés: la trama al desnudo

Hasta aquí la trama subyacente al Procés. Pero… ¿qué viene después?

Si la jugada le sale bien a ERC, esta locura del Procés no servirá para sanear Cataluña de los prejuicios nacionalistas. El efecto benéfico de reacción al prejuicio (manifestaciones en defensa de España) y freno a la permisividad (el 155 marca un precedente que conviene mantener) podría disolverse como ocurrió en el País Vasco tras la reacción al Plan Ibarretxe (tras la manifestación de San Sebastián de diciembre de 2003… no ha vuelto a verse una sola bandera de España en Euskadi).

Y la reacción es necesaria, las sociedades catalana y vasca llevan más de 35 años de inmersión con gobiernos nacionalistas o filonacionalistas. El mantenimiento de prejuicios tan fuertes (frentistas), tan extendidos (educación, medios de comunicación, cultura, deporte…) y durante tanto tiempo, es perjudicial y tiene alto riesgo, como hemos podido comprobar con el Procés (5)

El Procés: la trama al desnudo

El peligro estará ahora en los cantos de sirena desde el nacionalismo hacia la izquierda filonacionalista y desde ésta hacia el resto de la izquierda española. Se ofrecerá moderación a cambio de reforzamiento de los prejuicios nacionalistas (nación de naciones…), mantenimiento de la permisividad ante los incumplimientos de la ley y debilitamiento de las defensas del sistema frente a la manipulación emocional (blindaje de la educación en Cataluña, referéndum de autodeterminación, «más autogobierno»…)

Un juego manipulador frente al cual los partidos no nacionalistas tendrán que responder con inteligencia y mesura. Evitando tanto la cesión ante la presión filonacionalista (respuesta pasiva) como la reacción en los mismos términos con la que se presionará desde el antinacionalismo (respuesta agresiva) (6)

El reto sigue en marcha y yo mantendré mi bandera en la ventana. Vendrá bien para recordar que hay muchas zonas de España en las que no hay libertad para lucirla. En las que el prejuicio anti-España es ley. (7)

¿Hay un nacionalismo español?

Elecciones tras la DUI y 155

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