Para hacer política es necesario conocer sus orígenes y los conceptos básicos. La política (del latín politicus y ésta del griego antiguo πολιτικός (“civil, relativo al ordenamiento de la ciudad o los asuntos del ciudadano”) es una rama de la moral que se ocupa de la actividad, en virtud de la cual una sociedad libre, compuesta por personas libres, resuelve los problemas que le plantea su convivencia colectiva. Es un quehacer ordenado al bien común, según la RAE. En este sentido señala Antonio Gramsci, podría ser entendida como la actividad de quienes procuran obtener el poder, retenerlo o ejercitarlo con vistas a un fin que se vincula al bien o con el interés de la generalidad o pueblo.
Es la ciencia que se encarga del estudio del poder público o del Estado. Siguiendo con esta definición la política es el ejercicio del poder que busca un fin trascendente. Promueve la participación ciudadana al poseer la capacidad de distribuir y ejecutar el poder según sea necesario para garantizar el bien común en la sociedad.
El Zoon politikón (del griego ζῷον, zỗion, «animal» y πoλιτικόν, politikón, «político (de la polis)», «cívico») El significado literal de la expresión es «animal político» o «animal cívico» y hace referencia al ser humano, el cual a diferencia de los animales posee la capacidad de relacionarse políticamente, es decir, crear sociedades y organizar la vida en ciudades (ciudad se dice «polis» en griego),según Nauel Oddone, Carlos. Cuando Aristóteles definía al hombre como zoon politikón, hacía referencia a sus dimensiones social y política. El hombre y el animal por naturaleza son sociales, pero solo el hombre es político, siempre y cuando viva en comunidad. Por tanto, la dimensión social ayuda a constituir la base de la educación y la dimensión política contribuye a la extensión de esa educación.
Aristóteles se preocupó tanto por la naturaleza del ser humano como por sus relaciones sociopolíticas, creía que el individuo sólo se puede realizar plenamente en sociedad, que posee la necesidad de vivir con otras personas (civismo). También expresó que aquellos que son incapaces de vivir en sociedad o que no la necesitan por su propia naturaleza, es porque son bestias o dioses.
Según la Teoría política de Platón, éste propone un Estado basado esencialmente en la ética y la condición del hombre como un ser que solo puede vivir en una sociedad organizada, la ciudad-estado.
A Platón no le interesaba dedicarse a estudiar un gobierno en particular, sino que su interés se centraba en lo que deberían ser todos los Estados en general. Por eso, en su libro “La República” trata de proponer un Estado ideal, como un modelo que todos los estados deberían imitar.
Platón estaba convencido que todo gobernante de un Estado ideal debe saber en qué consiste el arte de gobernar y qué es lo que debe hacer, porque si no lo sabe, o no tiene la habilidad para ejercer eficazmente esa función, puede hundir tanto al Estado como a sus ciudadanos, de acuerdo con “Colección Grandes Pensadores” de Planeta DeAgostini.
Según, Smith, Tatalovich, Bobbio, Lukes et alter, el concepto de izquierda política es una clasificación sobre las posiciones políticas que agrupa a estas que tienen como punto central la defensa de la igualdad social. La izquierda política se divide en una multitud de ramas ideológicas. El término izquierda política, como el de derecha política, tiene su origen histórico en la votación que tuvo lugar el 11 se septiembre de 1878 en la Asamblea Constituyente surgida de la Revolución Francesa la que se discutía la propuesta de un artículo de la nueva Constitución en la que se establecía el absoluto del rey a las leyes aprobadas por la futura Asamblea Legislativa. Los diputados que estaban a favor de la propuesta, que suponía el mantenimiento de hecho del poder veto absoluto del monarca, se situaron a la derecha del presidente de la Asamblea. Los que estaban en contra, y defendían que el rey sólo tuviera derecho a un veto suspensivo y limitado en el tiempo poniendo por tanto la soberanía nacional por encima de la autoridad real, se situaron a la izquierda del presidente. Así el término «izquierda» quedó asociado a las opciones políticas que propugnaban el cambio político y social, mientras que el término «derecha» quedó asociado a las que se oponían a dichos cambios, de acuerdo con Peronnet, M.
«Ser de izquierda es, desde que esa clasificación surgió con la Revolución Francesa, optar por los pobres, indignarse ante la exclusión social, inconformarse con toda forma de injusticia o, como decía Bobbio, considerar una aberración la desigualdad social.»
Se conoce como derecha al segmento del espectro político que acepta o promulga las diferencias sociales como algo secundario frente a la izquierda, que persigue una mayor igualdad o participación de la sociedad. No existe una definición estricta de derecha aunque dadas un conjunto de dicotomías como el individualismo frente a colectivismo, confesionalidad frente a laicismo, propiedad privada frente a propiedad pública de ciertas actividades económicas, igualdad de oportunidades frente a igualdad de resultados, tradicionalismo frente a reformismo social, frente a progresismo, la derecha se decanta estadísticamente por la primera de ellas en mayor proporción que la izquierda. Actualmente, el discurso político de la mayor parte de fuerzas de derecha habla favorablemente de la riqueza a través de la libre competitividad.
En la actualidad el “poder” lo detentan aquellos que propugnan su “bien común”, no el del pueblo soberano; se trata de prohombres de las finanzas, empresarios, banqueros, multimillonarios que nada quieren saber de la solidaridad con el pueblo, con la gente; la pobreza, el paro, el umbral de pobreza, la pobreza energética, el hambre de niños y mayores son según ellos males necesarios para incrementar la riqueza de unos pocos. Propugnan a través de la Iglesia los comedores sociales, los bancos de alimentos regentados por ONGs, en general, dependientes de los poderes eclesiásticos, o de algunas personas honestas y solidarias.
Por otro lado, algunos políticos se han convertido en los “gestores” del “poder” y están al servicio de las oligarquías financieras, de las multinacionales, del TTIP que pretende liquidar el estado del bienestar, los estados, el medio ambiente, la agricultura, potenciar los productos transgénicos agrarios, etc. Ciertos políticos son los “gestores” del neoliberalismo y están al servicio del mismo, de la propiedad privada. Sus mensajes, hoy, son producto de reuniones con los oligarcas. ¿Para qué sirven?, para recibir órdenes que favorezcan sus intereses, para legislar aquellas leyes que beneficien al “poder”, para legislar leyes de las que “Dios ahoga pero no aprieta”, para posteriormente pasar la factura y entrar en los Consejos de administración de determinadas entidades, formando lo que se denomina “puertas giratorias”; de recortes de Sanidad, de Educación, de Dependencia, reformas Laborales, etc. son otros tantos, entre otros, recursos de los “gestores”; mientras tanto, la gente se conforma con puestos de trabajo de un día, de una semana, de un mes, de un trimestre veraniego, por aquello de “menos es nada”, por todo ello, la precariedad laboral está al orden del día.
Según Oxfam Intermón, “el 1% más rico de la población mundial posee más riqueza que el resto; de las 200 empresas más grandes del Planeta al menos 188 tienen presencia en paraísos fiscales; la inversión desde España hacia paraísos fiscales creció un 2.000% el último año; 62 personas poseen la misma riqueza que los 3.500 millones de personas más pobres del Mundo; el año pasado, Oxfam advirtió que en el año 2016 la concentración de la riqueza mundial estaría en unas pocas manos, y así está siendo. Una economía al servicio del 1% pone de manifiesto que, desde 2010, los ingresos de la mitad más pobre de la población han caído un 38%, mientras que la riqueza de las 62 personas más ricas del planeta ha aumentado en más de 500.000 millones de dólares”.
De acuerdo con la misma fuente, “en España, los datos son alarmantes: el patrimonio de las 20 personas más ricas crece un 15%, mientras que la riqueza del 99% más pobre cae también un 15%. La desigualdad se debe principalmente a la combinación de una enorme brecha salarial con un sistema fiscal regresivo que grava poco a quienes más tienen; los presidentes de las empresas del Ibex 35 cobran 158 veces más que un trabajador medio”.
“En lugar, señala Oxfam Intermón, de tener una economía que esté al servicio de todas las personas, vivimos en un modelo económico que beneficia a una élite; los paraísos fiscales, el “poder” y los privilegios se están utilizando para manipular el actual sistema económico y ampliar la brecha”
Estos “gestores del poder” están dominados por el Club Bilderberg, formado por los más influyentes oligarcas que manejan el capitalismo a su antojo, imponiendo sus “leyes” a los Gobiernos y éstos acatan sus órdenes. Banqueros, políticos, miembros de la realeza, financieros internacionales o dueños de los principales medios de comunicación, son ejemplos de los miembros del club Bilderberg. El mayor atractivo de estas reuniones es que sus participantes tienen la oportunidad de debatir abiertamente entre ellos y saber qué opinan las personas más poderosas del mundo, según Étienne Davignon, presidente del Club Bilderberg, de acuerdo con The Economist.
Según Félix Martínez en el libro !Es la economía, estúpidos ¡ (Endebate), tomado de la Página Web http://books.google.es/books?isbn=8499921671, señala lo siguiente: “Lo que está sucediendo en Europa es un auténtico golpe de Estado financiero por parte de los mismos que causaron la crisis” opina Marshall Auerback, economista de la Universidad de Wisconsin. El mismo autor dice: “El poder financiero quiere tener a los suyos en los puestos de decisión política porque se juegan mucho; no es exagerado hablar de una dictadura financiera disfrazada”, de acuerdo con Alejandro Inurrieta (Félix Martínez), del Instituto de Estudios Bursátiles.
Es verdad que hay políticos que quisieran ser los “gestores” del pueblo soberano que los ha elegido para intentar entre todos mejorar las condiciones de trabajo, para luchar contra la corrupción, contra la pobreza, contra el paro, contra todos aquellos desmanes originados por el “neoliberalismo”, luchar por la igualdad, la libertad, contra la pobreza, luchar por la independencia de los jueces, creando condiciones para que de “nuevo” exista División de Poderes. No obstante, observamos, en este país, que a estos políticos se les veta, se les desprecia y desde los poderes del “poder” se pretende acabar con ellos, sólo porque pretender gobernar y legislar en beneficio de la mayoría. Es lamentable, que entren en este “juego descalificador” ciertos activistas de la llamada “izquierda”. Activistas políticos que aparentan ser lo que no son.