Parece que a todo el mundo ha cogido por sorpresa la presentación de la candidatura por parte de Patxi López para liderar el PSOE.
Algo, que da la sensación, o nos quieren hacer ver, que no estaba planeado ni pensado. Una candidatura que apareció contra pronóstico del día a la mañana. Sin más.
Un episodio más del esperpento que se está viviendo dentro del PSOE, y un indicador más de hasta donde son capaces de llegar los representantes del núcleo duro del PSOE con tal de mantener sus cuartos traseros bien aposentados en sus correspondientes tronos de hierro.
De todos es sabido, que al núcleo fuerte del partido les encantaría escoger a Susana Díaz por voto directo y sin intervención ni de bases ni de militantes.
Antes de empezar a desgranar los argumentos que me llevan a desgranar esta idea que puede parecer enmarcada dentro del concepto de “conspiración” (aunque llegados al punto que estamos en este país, créete tú quién obra de buena fe o por ideales), me gustaría destacar dos conceptos que son claves para esta determinación:
- El candidato que salga electo, tiene que hacerlo mediante unas primarias en las que puedan votar los militantes. Importante, ya que aunque a muchos les encantaría que no fuera así, romper con este ejercicio democrático provocaría un cisma entre el PSOE, militantes y votantes imposible de reparar. Y hablamos de “coser”, ¿verdad?
- Para ganar elecciones, se necesitan votos. Y para conseguir votos, entre otras cosas, se necesita credibilidad.
Cierto. Pueden parecer ideas muy simples y muy vistas, pero fundamentales a la hora de escoger al siguiente candidato que lidere la institución socialista.
Susana Díaz se encuentra en una situación en la cual, no es capaz ni de resolver los problemas que asedian la comunidad autónoma que gobierna
Con lo cual, dicho esto, hoy no voy a dedicar más tiempo a introducir un tema ya conocido por todos, y voy a atacar la cuestión de lleno, y de cara, como a mí me gusta.
De todos es sabido, que al núcleo fuerte del partido les encantaría escoger a Susana Díaz por voto directo y sin intervención ni de bases ni de militantes.
Una persona a las órdenes del establishment, que prodiga que es socialista y que actúa como tal, pero que sigue “confiando” en Chaves y Griñán y que tiene a Andalucía patas arriba. Una persona que actúa como una auténtica neoliberal y que ha sido la máxima instigadora de la rebelión que acabó con Pedro Sánchez.
Que es una buena amiga de sus amigos, y no una buena representante del pueblo ni de los valores de la institución que representa.
Pedro Sánchez que cuenta con un gran apoyo por parte de la militancia y que allá por donde ha pasado, ha triunfado, tanto a nivel cibernético como a nivel presencial.
Una señora que ha ido subiendo escalafones a costa de los demás, y que emplea un discurso que de despeñaperros para arriba muy contadas personas se creen. Y que tiene el apoyo sin condiciones de un Felipe González que destaca más por su vida actual como miembro de una multinacional (ya no queda ni sombra de Isidoro) y de pesos pesados que cada día despiertan menos simpatía en sus votantes.
Tiene la simpatía de los que mandan, pero no la de sus votantes, ya que no representa los ideales socialistas tan necesarios en los tiempos que estamos viviendo.
Resumiendo, Susana Díaz se encuentra en una situación en la cual, no es capaz ni de resolver los problemas que asedian la comunidad autónoma que gobierna (dígase la sanidad) y pretende gobernar un país, defendiendo abstenciones al PP y con un proyecto más centrado en sus intereses que en los de sus votantes y de la sociedad en general.
La gestora y el núcleo duro no son tontos, y saben que es muy difícil que la sevillana salga elegida si se presenta a unas primarias en las que los militantes tienen muchas cuentas pendientes con la que consideran una de las principales responsables (sino la principal) de que ahora mismo estemos sufriendo un gobierno de Rajoy y su camada, y que se haya vivido un espectáculo tan bochornoso como el Comité Federal que acabó con la salida de Pedro Sánchez y la instauración de una gestora con la que tampoco casi nadie congenia.
Hay que buscar una solución. ¿Cuál? La de incluir a un tercero en la pugna, que no esté muy manchado por parte de ninguno de los dos “bandos” y que sea conocido.
Frente a este gran dilema, nos encontramos a un Pedro Sánchez que cuenta con un gran apoyo por parte de la militancia y que allá por donde ha pasado, ha triunfado, tanto a nivel cibernético como a nivel presencial.
Un Pedro que para una gran mayoría de la militancia, sí que representa los valores socialistas, y que luchó hasta el último momento para que Rajoy no fuera presidente del gobierno. Un Sánchez que destaca en todas las encuestas como el vencedor de unas primarias. Y un núcleo duro que no lo quiere ver ni en pintura, ya que “se les podría acabar el chollo”.
Eso, y que es la única persona que entiende que el voto de la masa social de izquierdas está dividido, y que si el PSOE quiere volver a gobernar en España, tendrá que buscar apoyos, sino pactos, con el resto de fuerzas de izquierdas de este país.
Patxi López aparece de la nada. De decir aquello de “mí momento ha pasado para liderar al PSOE” a presentarse como el salvador. El reconciliador.
De hecho fue cuando tomó la iniciativa el momento decisivo que provocó su dimisión, o mejor dicho, cese forzado adornado con palabras, para hacer menos dolorosa la situación.
Frente a esta situación, es muy difícil coser nada. Y el riesgo es muy grande.
Con lo cual hay que buscar una solución.
¿Cuál? La de incluir a un tercero en la pugna, que no esté muy manchado por parte de ninguno de los dos “bandos” y que sea conocido.
Alguien que se podría definir como “madurit@ pero resultón/a”. Que sea conocido, pero que no se le pueda situar de manera clara en ninguno de los bandos, pero que por el contrario, sea manejable.
Un candidato de 57 años, para que no parezca falto de experiencia, ni tampoco mayor para que se asocie a González, y perteneciente al PSE hasta 2014, para alejarlo también de Zapatero, Rubalcaba y demás.
Que no muestre una personalidad arrolladora y que a pesar de su ideología, cumpla con lo que le dicten. Es decir, lo que hoy día se define como “una persona de estado” (magnífico eufemismo para definir a aquella persona que se presenta con un programa y luego hace lo que le viene en gana, siempre por la estabilidad y bien del país).
Y ahí entra en juego Patxi López.
Patxi López aparece de la nada. De decir aquello de “mí momento ha pasado para liderar al PSOE” a presentarse como el salvador. El reconciliador.
El que no está en un bando ni otro. El que mira por el socialismo y por el partido.
Casi se podría decir, que ha llegado un “galán” a las primarias del PSOE, el que de un día para otro, se ha hartado de esta situación y ha decidido coger el toro por los cuernos.
El que quiere el voto de la militancia para alzarse victorioso en la carrera por Ferraz. Con una puesta en escena extraordinaria, a lo “William Wallace”, aquí estoy yo, y os voy a liberar de esta dolorosa situación. Yo soy el único que puede regenerar el partido, convertir esa institución en un auténtico partido de “izquierdas”.
Un candidato de 57 años, para que no parezca falto de experiencia, ni tampoco mayor para que se asocie a González, y perteneciente al PSE hasta 2014, para alejarlo también de Zapatero, Rubalcaba y demás.
Presidente del Congreso en la legislatura más breve de la historia de la democracia de España, situación que le ha permitido estar en el frente mediático en los últimos meses, dándole un protagonismo que no disponía anteriormente. Vamos, una cara conocida, madura pero joven, experta pero no carca.
Patxi López fue Lehendakari gracias al PP. Patxi López fue presidente del congreso gracias al apoyo del PP.
Casi se podría decir, que ha llegado un “galán” a las primarias del PSOE, el que de un día para otro, se ha hartado de esta situación y ha decidido coger el toro por los cuernos. El que ha dado un golpe en la mesa y ha dicho “basta de tanta tontería”. La persona que se sacrifica en pos del partido, y de sus creencias.
Pero, ¿sabes cuál es el problema? Que ya no es tan fácil engañar a la gente que ha visto el juego de los mandamases del PSOE en los últimos meses y está un tanto resabiada.
Patxi López fue Lehendakari gracias al PP. Patxi López fue presidente del congreso gracias al apoyo del PP. Patxi López defendió el no a Rajoy, y no es que lo defendiera, sino que afirmó “el no a Rajoy está asegurado, había mucha gente que pensaba que íbamos a cambiar de posición, y estamos viendo como la estamos manteniendo” para concluir “que era una cuestión de principios” (declaraciones a Gonzo, en el Intermedio el 6/09/2016). Una persona que afirma querer regenerar el PSOE en base a unos principios, los cuáles hoy son unos y mañana otros. Actitudes que aún hacen más célebre aquella frase de “estos son mis principios y si no le gustan, tengo otros”.
La jugada de la gestora, que es la misma que la del núcleo duro, acomodado y neoliberal del PSOE es clara.
¿Esto es el futuro del PSOE?
La jugada de la gestora, que es la misma que la del núcleo duro, acomodado y neoliberal del PSOE es clara.
Presentar a Patxi López como el salvador, para evitar que Pedro Sánchez se presente a las primarias, o en su defecto, mermar sus apoyos. Vuelve a hacer valer aquel principio del gatopardismo “cambiar todo para que nada cambie”.
Es triste que en un partido como el PSOE, se pretenda dar gato por liebre de esta manera. Es necesario que aparezca una candidatura a las primarias que contrarreste esta falsedad.
Pedro Sánchez es joven.
Tiene que volver a intentarlo porque se lo debe a sus militantes y a sus votantes.
Presentar a Patxi López como el salvador, para evitar que Pedro Sánchez se presente a las primarias, o en su defecto, mermar sus apoyos.
A toda aquella gente que confió, apoyó y defendió su NO a Rajoy. Y, estimados lectores, si les soy sincero y alguien ha llegado hasta estas líneas, es necesaria una candidatura que englobe a personas del nivel y calado de José Antonio Pérez Tapias u Odón Elorza.
¿Es capaz de imaginar el socialismo una candidatura formada por estas tres personas (entre otras)? Esto sí que se asemejaría más a una regeneración del PSOE.
La candidatura de Patxi López no ha sido circunstancial. No ha sido accidental. Es una jugada estudiada. Ahora la pregunta que habría que hacerse es, ¿Patxi López quiere ganar, o se presenta (o lo presentan) para que gane Susana Díaz?
Saquen sus propias conclusiones.
Me gustaría saber si es posible que salga todo bien en la próxima asamblea