Las servidumbres, esas cadenas de lealtades que colisionan con la esencia democrática: la voluntad ciudadana. Que tergiversan el propósito último de este sistema político: resolver las dificultades que soporta el conjunto de la población. Los operadores del sistema: Justicia, Parlamento, Ejecutivo, están comprendidos en la calificación de Instituciones. Claro que, en esta enumeración, debemos incluir una institución con difícil utilidad, para que encaje en la comprensión de los españoles: la Monarquía.
Una Institución no es otra cosa que una Pauta Social. Como tal, debe ser instrumento de los procesos de adaptación para satisfacer las necesidades generales de la sociedad que las contiene. Por ello los ciudadanos sospechan del funcionamiento de la Justicia, cuando aprecian la manipulación que de ella hace el poder político. Se desnaturaliza su finalidad y se convierte no en una garantía para resolver los conflictos de la vida cotidiana. Los ciudadanos la aprecian confusos, cuando instituciones como el Ministerio Fiscal actúa desmesuradamente en unos casos y permisivamente en otros.
La justicia es para los ricos me suele decir mi carnicero. Su opinión me importa. No está sometida a ningún condicionante. Al menos es más libre que el ejercicio de muchos magistrados. Debo confesar que tampoco creo en la efectividad de las Comisiones Parlamentarias. Al menos, frente a un partido que amenaza con ir a una justicia que, para evitar someterse al control democrático, está colonizando descaradamente.
¿Es diferente el caso de los diputados? ¿Para quién legislan? El informe sobre la riqueza en el mundo en 2014, elaborado por Capgemini y la sociedad de gestión patrimonial RBC Wealth Management, detecta a las personas que disponen de más de un millón de dólares en activos susceptibles de inversión, sin incluir su residencia habitual o los bienes de consumo duradero.
España toda tiene los mismos problemas estructurales previos a la crisis. Ninguno de ellos se afrontó en estas legislaturas. Todo hace suponer que el único objetivo de Rajoy es mantenerse en el gobierno a cambio de cumplir ajustadamente las directivas de Berlín.
En uno de sus últimos informes refleja que esta cifra ha crecido en 16.000 personas en España hasta las 161.000. De este modo, la economía española escala dos posiciones y se sitúa en el decimocuarto lugar de la clasificación, superando a Rusia e India. La lista está encabezada por EEUU, con 4,1 millones de millonarios. Esto supone 570.000 más que en 2012, lo que supone un crecimiento del 16,6%.
El segundo puesto está Japón, el país con un mayor incremento relativo entre el grupo de los 20 (22,3%), donde la cifra llega a 2,3 millones. En tercera y cuarta posición aparecen Alemania y China, con 1,1 millones y 758.000. Entre los cuatro países aglutinan a 8,2 millones de millonarios, lo que supone el 59,9% del total mundial (13,7 millones).
Hacienda somos todos… ¿No Sr. Montoro? ¿Los diputados del PP votaron en función del interés general cuando aplicaban mayorías sin debate? ¿Se ha puesto en marcha una acción parlamentaria para la regulación de las grandes defraudaciones y elusiones fiscales en esta legislatura de minorías? Tal vez sea que, en lugar de gestionar el bien común, se va a misa en búsqueda de absoluciones.
Los ciudadanos esperaban de sus señorías algo más que los silencios, la pasividad cómplice, o la mediocridad como expresión de una labor por la que los votantes no les dieron su apoyo. A ellos debían lealtad
El aparato del PSOE se encuentra en la acción de apoyo en la búsqueda de resolver sus disputas para que el candidato Pedro Sánchez pueda aplicar su programa. Que sería recomendable que sea el que anunció en la campaña de primarias. Aunque pareciera que no se enteran de las urgencias que acosan a España.
Da pena la cortísima visión política de estas personas. Consideran que el conjunto ciudadano es idiota. Aún hoy, la transparencia está lejos del aparato del PSOE. ¿Y de sus diputados que podemos decir? Revisemos algún caso. Dejando de lado la abstención, resulta frecuente que un diputado de Galicia o Asturias, con cuyos votos lograron el escaño, actúen en las Cortes de Madrid con un comportamiento que se ajusta a intereses lejanos de esa legitimidad conferida por sus votantes.
Se evidencian contradicciones para un partido republicano como el PSOE. Recordemos conductas como las defendidas en la votación del proceso de abdicación y designación de Felipe VI. Respondieron más a un partido monárquico que a lo que caracterizó a sus orígenes ideológicos. Entonces, bajo presiones y amenazas de castigo, se logró una votación que le será recordada cuando se escriba la historia. Claro que, para presiones y claudicaciones las previas a la abstención. Entonces, la función opositora debió haber cumplido con una labor de protección de la mayor parte de aquellos votantes que les permitieron ocupar su sillón, y que esperaban verse beneficiados también por los precios de una cafetería subvencionada como es la de las Cortes. Acéptenme la metáfora.
Se han dilapidado los pocos recursos que aún quedaban en aras del beneficio de un sistema financiero y corporativo que no añade riqueza al bolsillo de la mayoría de españoles.
El sistema de privilegios de parlamentarios, altos cargos y otros, como los aforados, deben tener fecha de caducidad. Menos coches oficiales y más comedores infantiles.
Los ciudadanos esperaban de sus señorías algo más que los silencios, la pasividad cómplice, o la mediocridad como expresión de una labor por la que los votantes no les dieron su apoyo. A ellos debían lealtad, no a los “permanentes” funcionarios de partido ya implicados en puertas giratorias o pactos contra natura. Las curiosidades del devenir nos traen a un presente en el que estos diputados que se sientan en estas Cortes, sigan actuando como si ellos no tuviesen nada que ver con todos aquellos entresijos que permitieron el mayor despojo a las libertades y derechos de la breve historia democrática de España. La abstención en la votación del aforamiento real no es asumible.
Las cuestiones personales no deben confundirse con las institucionales. Si se confunden es que estamos perdidos. ¿Para quién gobiernan los diputados que los mantienen?
España toda tiene los mismos problemas estructurales previos a la crisis. Ninguno de ellos se afrontó en estas legislaturas. Todo hace suponer que el único objetivo de Rajoy es mantenerse en el gobierno a cambio de cumplir ajustadamente las directivas de Berlín. Evitó la intervención porque fue el él interventor fiel de esas directivas. Pero, de gobernar, poco.
La conflictividad irá en aumento y las personas se auto organizarán de manera cada vez más efectiva en la procura de las soluciones que, desde los partidos tradicionales no les dan.
Sin embargo, poco a poco, están perdiendo poder. Tal vez, porque parecen no apreciar que los votantes, que ya reconocen entre un huevo y una naranja, no aceptarán fácilmente el tradicional engaño de fiesta a cambio del endeudamiento de las generaciones futuras. Aquí, precisamente aquí, es en donde comienzan las grandes cuestiones. Lo veremos en el período que se avecina. La realidad se nos caerá encima. Se han dilapidado los pocos recursos que aún quedaban en aras del beneficio de un sistema financiero y corporativo que no añade riqueza al bolsillo de la mayoría de españoles.
La conflictividad irá en aumento y las personas se auto organizarán de manera cada vez más efectiva en la procura de las soluciones que, desde los partidos tradicionales no les dan.
Unidos Podemos necesita articularse en un trípode que, además del eje político, que básicamente es parlamentario, y del eje social, con los movimientos correspondientes, se apoye en un nuevo sindicalismo que le plante cara a las corporaciones empresariales. Sin ese apoyo, puede terminar convirtiéndose en un mero movimiento de protesta sin efecto práctico alguno. Menos medallitas y más reformas.
Necesitamos estadistas. Personas con grandeza y proyectos. Nuevos modos de hacer. De ejercer la honestidad. En tanto eso no se presente, estamos dirigiéndonos a un escenario atemorizador. Como suelo decir: deseo fervientemente estar equivocado.
Es lamentable ver como la Democracia se ha ido fracturando con el deterioro etico de las Instituciones gubernamentales. Los Jueces y Fiscales (en su mayoria), al igual que en Argentina-lamentablemente- no actuan con rectitud ni mucho menos porque no velan por el Pueblo sino por sus propios intereses.
Sin la autonomia de los Poderes del Gobierno, es imposible que exista Justicia o bien que se aplique para los mas desposeidos.
Quiero conservar la esperanza. Casi espero un milagro!