Con ilusionante ánimo nos disponemos la mayoría de las veces a presionar el botoncito de encendido de nuestro flamante televisor cada más fino y provisto de tantas pulgadas como nos permitan las dimensiones del respectivo salón. Las mismas que van en proporción directa a la paupérrima calidad de su contenido. Un ánimo que va decayendo con la misma velocidad que pulsamos las teclas de un mando a distancia revelador de una programación en la que prima una gula desmedida por el “share”; santo grial de cualquier productora, que tendrá como objetivo único, atraer el mayor número de televidentes a su particular tela de araña, que atrapará a sus víctimas sin que éstas se percaten del poder hipnótico de: enervantes realitys, condicionados noticieros, y demás obnubilantes aberraciones televisivas que acabarán instaurándose como lo normal; lo que está bien por el simple hecho de aparecer en una gran medio de difusión audiovisual, el cual es dueño y señor de hipnotizar a sus parroquianos como mejor le plazca sin establecer ningún tipo de parámetro regulador de contenidos que respete la inteligencia, dignidad, o incluso aspectos más delicados como; la voluble asimilación de valores de los más jóvenes. Presas fáciles que harán las delicias del productor con ánimo de lucro y sin ánimo de emitir y sobre todo difundir, ( misión principal de este tipo de medios), contenido de calidad que aporte un necesario componente cultural que ni debe estar reñido de ningún modo con grandes datos de audiencia, ni debe ser incompatible con el lógico y casi obligado papel lúdico de este ente audiovisual.
Despertemos y hagamos un ejercicio de responsabilidad apretando ese botoncito que antes nos conducía por una retahíla de canales listos para embaucar a todo hijo de vecino, y perpetremos un más que digno fundido a negro que nos conduzca por otros derroteros más edificantes que los que hasta ahora la antes llamada caja tonta, ahora su descendiente mucho más estilizada nos propone, convirtiéndonos en un número más en su estadística de cuota de pantalla.