Pablo Iglesias en Cataluña

Reconozco que con este título solo pretendo llamar tu atención. He sido un poco tramposo, pero como este muchacho está tan de moda y tenemos la cuestión catalana hasta en la sopa, lo creí conveniente. No obstante, el motivo de mi diatriba está relacionado, por lo que tampoco he sido falso del todo.

La razón de titular este artículo como “Pablo Iglesias en Cataluña” viene referida a mi sorpresa por sus declaraciones, en las que admite que le gustaría que siguiesen perteneciendo a España. Me llama la atención, ya que los grupos políticos de izquierdas en este país andan tan desencaminados creyendo que la independencia, el soberanismo y el nacionalismo están relacionados con la libertad y el derecho de los pueblos a decidir no se muy bien qué. Nada más lejos de la realidad.

Hasta donde llegan mis entendederas, la izquierda, efectivamente, siempre ha defendido la libertad y la igualdad de las personas. No entiendo muy bien su defensa independentista. Creo que la maquillan con frases del tipo “por la libertad del pueblo”. Pero, ¿a qué libertad se refieren? ¿En serio creen que una Cataluña, Euskadi o Serranillos del Portón de Abajo independientes van a hacer de sus ciudadanos individuos libres? ¿Acaso no se dan cuenta de que en esa hipótesis, lo único que hacen es un cambio de cromos? No creo que cambiar a Mas por Rajoy mejore mucho el panorama para los catalanes ni para nadie, sinceramente.

Personalmente, he manifestado en más de una ocasión mi indiferencia y hastío sobre cuestiones independentistas. Los problemas identitarios están muy claros. Te gobierne quien te gobierne, todos los días irás a trabajar, tributarás para administraciones públicas y tendrás una familia y amigos cercanos que son tu verdadera patria y cultura, más allá de territorios, fronteras y aduanas.

Por todo esto, me sorprende una izquierda española incapaz de ver que la libertad del individuo no está ni de lejos en el independentismo. Si de verdad buscan defender a los débiles de los poderosos y darles una identidad, háganlo con la unión de culturas, el entendimiento y los canales de comunicación abiertos. Eduquen a los niños en la comprensión y el enriquecimiento a través de las diferencias, no de con rivalidad y sordera.

No se si Pablo Iglesias dice lo que dice por oportunismo político o porque realmente lo cree. No obstante, en este asunto, me quito el sombrero. Es absurdo seguir desunidos, pues solo damos razones a los poderosos. Creo en una Cataluña en España. Una España en Europa y una Europa en el mundo. Creo en la unión de los pueblos, el enriquecimiento de las diferencias y la comunicación entre culturas. Y solo a través de la educación y el conocimiento se puede llegar a eso.

Un pueblo unido es muy poderoso. Eso da pánico y miedo patológico a las grandes corporaciones y gobernantes. La historia lo ha demostrado. Pero nosotros, erre que erre, seguimos haciendo válido aquello de que cada uno vaya a la suya. Les dejamos que hagan y deshagan, que nos manipulen y nos inciten en pro de su beneficio propio, aceptando políticas educativas vergonzosas, despilfarro de talento y mediocres en cargos de gran importancia corrompiendo todo el sistema. Mientras miramos la cuestión catalana, ellos hacen su “agosto”.

A ti, que crees en la independencia, la libertad de los pueblos y el derecho a decidir, te digo: echa un ojo al tercer mundo. Observa sus fronteras en línea recta. ¿Quién les preguntó si querían pertenecer a Kenia, Brasil o la India? ¿Tuvimos en cuenta los europeos las diferentes etnias y culturas para decidir qué países se formaban? ¿Hemos hecho algo por potenciar los derechos de esa gente? No obstante, no les importan las barreras o territorios, les interesa comer y vivir, diga lo que diga su carnet de identidad. Ellos son más libres que nosotros, pero se mueren de hambre.

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