Nuevas profesiones o nuevos empresarios

Este es el desafío. No es posible gestionar el talento disponible si no se comprende el alcance de la transformación que ha venido para profundizarse. ¿Cómo buscar talento en nuestros proveedores si desconocemos que talento añadirá valor a la gestión de nuestras empresas? La mayoría de los grandes proveedores ya disponen de los medios tecnológicos como para servir las necesidades del cliente final sin contar con nuestras micropymes. Tienen los datos acumulados, disponen del Know How que les permite trabajar con un nivel de certeza, del que nuestras empresas carecen porque no hemos amanecido al desafío digital. Se habla, por ejemplo de crear App`s, pero por mi experiencia en la gestión de aplicaciones para micro y pequeños empresarios, no se comprende cabalmente el verdadero potencial de dichos canales. Muchos gestores están anclados en los noventa y aún no se están preparando para la revolución que trae consigo el 5G: “El Internet de las Cosas”.

El Internet of Things, o IoT. O el ​ IdC, por sus siglas en castellano,  es un concepto que se refiere a una interconexión digital de objetos cotidianos con Internet. ​ Es, en definitiva, la conexión con más objetos que con personas. ​Esto también se suele conocer como «Internet de todas las cosas» o «Internet en las cosas». El concepto fue propuesto en 1999por Kevin Ashton, en el MIT,  Instituto de Tecnología de Massachusetts.

Por ejemplo, si los libros, termostatos, refrigeradores, la paquetería, lámparas, botiquines, partes automotrices, entre otros, estuvieran conectados a internet y equipados con dispositivos de identificación, no existirían, en teoría, artículos fuera de stock o medicinas caducadas. Así sabríamos exactamente la ubicación y cómo se consumen. También el extravío pasaría a ser cosa del pasado, y sabríamos qué está encendido y qué está apagado en todo momento. ​El «Internet de las Cosas» debería codificar, en teoría, de 50 a 100 000 millones de objetos y seguir el movimiento de estos. Se calcula que todo ser humano está rodeado, al menos, por un total de aproximadamente 1000 a 5000 objetos. ​Por un lado, según la empresa Gartner, en 2020​ habrá en el mundo aproximadamente 26 mil millones de dispositivos con un sistema de conexión a internet de las cosas. Otros afirman que para el mismo año existirán 30 mil millones de dispositivos inalámbricos conectados a internet.

Un porcentaje creciente de los dispositivos IoT ya son creados para el consumo y aplicación de este cambio de paradigma. Algunos ejemplos de aplicaciones de consumo incluyen: automóviles conectados, entretenimiento, automatización del hogar, tecnología en indumentaria, salud conectada y electrodomésticos como lavadoras, secadoras, aspiradoras robóticas, purificadores de aire, hornos, refrigeradores que utilizan Wi-Fi para seguimiento remoto. Cambiarán los Sistemas de Compra inteligentes. Por ejemplo, podrían seguir los hábitos de compra de un usuario específico rastreando su teléfono móvil. A estos usuarios se les podrían ofrecer ofertas especiales con sus productos preferidos o incluso guiarlos hacia la ubicación de los artículos que necesitan comprar. Estos artículos estarían en una lista creada automáticamente por su nevera inteligente en su teléfono móvil. Pueden encontrarse más casos de uso en aplicaciones que se encargan de la calefacción, el suministro de agua, electricidad, la administración de energía e incluso sistemas inteligentes de transporte que asistan al conductor. Otras aplicaciones que puede proveer el internet de las cosas es agregar características de seguridad y automatización del hogar. Las neveras podrán efectuar el pedido de alimentos a los market-place, por ejemplo.​Por ello, se ha propuesto el concepto de un «internet de las cosas vivas». Se están investigando distintas alternativas que necesitan menos energía y que resultan más económicas. ​Imaginen el inmenso nivel de DISRUPCION que ello significará. ¿Estamos preparados?

Toda nuestra labor debe orientarse a la adaptación de nuestras infraestructuras de gestión de servicios a este nuevo escenario tecnológico. Ello supone que los microempresarios deben reclamar información y formación para no perder el control ni tampoco la detección de las oportunidades que surgirán de él.

María del Carmen Fuentes Fernández

Directora General del Grupo Fuentes Fernández

La eficacia no es competitiva

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