Miedo a evolucionar

A veces, nos sorprende la capacidad que tiene el ser humano para resistirse a evolucionar. Que sí, que el miedo a lo desconocido es algo inherente a la especie humana, pero sólo aquellos que han conseguido apartar el miedo han sido capaces de reconstruir su propia existencia de una manera más cómoda, pegándole una patada a ese absurdo refrán que dice “más vale malo conocido que bueno por conocer”.


Uno de los gastos más brutales que sufre la economía familiar con la vuelta a las aulas es la inversión en libros de texto


¿Qué por qué decimos esto?, porque cuando trabajas en el lado de la tecnología se te hace mucho más patente cómo algo que podría facilitar nuestra vida es rechazado o cuesta mucho más trabajo de llevar a cabo porque hay colectivos de gente que, o bien por intereses económicos o, simplemente, por el propio desconocimiento, retrasan la evolución.

Este artículo viene a colación con el tema de “la vuelta al cole” y los gastos que esto conlleva a las familias españolas.

Uno de los gastos más brutales que sufre la economía familiar con la vuelta a las aulas es la inversión en libros de texto, un negocio que está muy bien montado porque de un año para otro, los libros ya no sirven por cosas tan absurdas como que les han cambiado la portada del mismo o, sencillamente, han añadido cinco imágenes más en su interior.

La conclusión es que todos los años tienes que comprar libros para todos tus hijos y ya no vale heredar de unos a otros como se hacía antaño, esto sin contar, material escolar o uniforme, aunque para este último caso no entraremos a debatir ya que es decisión de cada uno si sus niños van o no a un colegio de pago y por ello tienen que pasar por el aro del uniforme.


¿por qué no hacer que los libros de texto dejen de ser lo que son para convertirlos en libros digitales?


Es en este punto donde entra en juego lo que hablábamos al principio con respecto a la evolución y a negarnos a aceptarla por motivos tan absurdos como “es que esto siempre ha sido así”.

En una era en la que todo o casi todo es digital, en la que poca gente queda ya, que viajando en el metro, se entretenga con un libro de papel, ¿por qué no hacer que los libros de texto dejen de ser lo que son para convertirlos en libros digitales?.

Y es aquí donde se escucharán voces de fondo de los más acérrimos gritando: “¡¡Sacrilegio!! ¡¡Vamos a deshumanizar a los niños con esos aparatos del demonio!!”. Señores, despertad de una vez, la vida sigue, interactuar con máquinas no nos convierte en humanos sin alma, simplemente, nos adaptamos al medio, cambiamos nuestras rutinas y conectamos con el mundo de otra forma, ni mejor ni peor, simplemente, de otra forma.


Definitivamente, vivimos en un mundo en constante cambio y cambiar con él puede ser o muy positivo o muy negativo


Si nos dejáramos guiar por estas voces que no hacen más que atrasarnos, hoy día, seguiríamos escribiendo con un cincel sobre tablas de barro, eso sí, seriamos mucho más humanos porque nuestras manos estarían en contacto con la naturaleza constantemente.

Hace años, no se permitía el uso de ordenadores en los colegios, hoy día y gracias al que le toque, no solo se utilizan, sino que hay asignaturas específicas para ello, los niños evolucionan al ritmo que lo hace la tecnología en este sentido y, gracias a ello, el día de mañana, el primer día de trabajo en el que le coloquen un pc delante no le pasará como a más de uno de generaciones anteriores les ha pasado, que no lograban adivinar ni donde estaba el botón de encendido.

Definitivamente, vivimos en un mundo en constante cambio y cambiar con él puede ser o muy positivo o muy negativo, lo que está claro es que nunca lo sabremos si no conseguimos romper las barreras del miedo y el conservacionismo extremo que no nos deja seguir hacia delante.

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