Luna Roja

Charlie es un joven que cree que las leyendas fueron sucesos reales y que en estos tiempos aún se viven sucesos fantásticos. Le gusta leer temas sobre naturales y le fascinan también los planetas. Mientras más información encuentra por Internet, más cree. Un día, las noticias de la televisión y las redes sociales, hablaban sobre un suceso que iba a ocurrir durante la noche. La luna se convertiría en roja, gracias a un eclipse. Por suerte, encontró por Internet, que hace muchos años atrás se acercó un eclipse, convirtiendo la luna en color rojo. Existía un sin número de fotos de monstruos que aparecieron a raíz de esta luna roja. Por aquel entonces, crearon un grupo para capturar a esa especie que se esperaba que volviera con la luna roja. Realmente no se sabe la cantidad de monstruos, pero Charlie deseaba verlos en persona. El joven se entusiasmó, quería tomar fotos y ver la posibilidad de ser parte de una nueva leyenda. Montó una caseta de campaña en el patio de su casa, tomando un binocular y una cámara para ese gran momento. ¿Este acontecimiento le traería suerte en el amor? ¿Aparecerán lobos parlantes o vampiros chupa sangres?

Así que el deseo de ver la luna roja quedó en un segundo plano. Ahora su interés era poder encontrar un monstruo. Está llegando el momento, la luna se está convirtiendo en roja. Charlie prende su cámara para grabar y documentar su posible aventura. Cuando la luna se convierte en roja, Charlie se queda dormido por 40 minutos aproximadamente. Al despertarse, se ve con la ropa desgarrada y sucia. Por suerte sobrevivió, pensó…… Rápidamente fue a su casa para colocar la tarjeta de su cámara en la computadora para ver la grabación, a pesar que todavía la luna roja seguía allí. Al principio solo se veía durmiendo y de repente su cuerpo comenzó a transformarse, hasta que se convirtió en un monstruo… Se rompió la ropa y siguió caminando.

Muy nervioso, buscó información de mitos y leyendas. Supo que los indios taínos que sentían esa inclinación por la luna, se convertían en monstruos al momento que la luna se volvía roja. Algunos de ellos lograban regresar a su estado normal, cuando el eclipse se marchaba, pero otros no lo lograban. Durante la luna roja tenía la posibilidad de convertirse nuevamente en un monstruo. Solo había una solución antes su posible destino….Besar alguna persona que le guste durante la luna roja, así el monstruo que vive dentro de él, jamás saldrá.

Charlie se comunicó con su mejor amiga, en la cual sentía mucha atracción por ella. Nunca se había atrevido decirle lo mucho que le gustaba. Pero ahora estaba entre la espada y la pared… Confesar su amor y besarle o la posibilidad de convertirse en un monstruo para siempre.

Charlie llega a la casa de su mejor amiga Juliana, con una carpeta llena de información de internet, que imprimió. A pesar de ser de madrugada, Juliana lo recibe ya que verdaderamente su amigo se escuchaba muy mal por teléfono.

Charlie le agarró las manos y la miró directamente a sus ojos.

– Te amo. – Le confesó Charlie a Juliana, el más oculto de sus sentimientos.- Me gustas mucho.

Juliana quedó sin palabras, no sabía que contestar.

– Tranquila.- Dijo Charlie con voz de frustración. -No me tienes que contestar.

Charlie, de pronto, comenzó agitarse, su corazón comenzó a brincar bruscamente. Empezó a  romper todas las cosas del cuarto de Juliana.

Ella sabía que lo que estaba ocurriendo no era normal. Pero no tenía ninguna explicación lógica.

– Yo te amo también Charlie, pero necesitas ayuda de un profesional. No estás actuando de forma normal.

De repente su cuerpo comenzó a cambiar y Juliana no podía creer lo que sus ojos estaban viendo. Charlie se convirtió en un monstruo.

Juliana intentó acercarse a Charlie, pero este sintió miedo y se marchó corriendo. En el suelo Juliana ve la carpeta que su amigo había traído, estaba llena de información y allí descubrió que debía besar a su mejor amigo para salvarlo.

El eclipse se marchó, la luna ya no era roja. Juliana no volvió a ver a Charlie de forma humana. Solamente de lejos lo veía correr en el monte. Muchas personas lo observaban y le llamaban el Chupacabras. Más ella no perdía la esperanza que alguna noche volviera la luna roja, para besarle, salvarlo y decirle que también ella lo amaba.

 

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