Dentro de la operación promovida desde las entrañas del gobierno. Desde las profundidades de los servicios de informaciones. Concebidos en las alturas de los despachos corporativos que se han venido lucrando sin control desde los acuerdos diseñados por la inteligencia franquista. Ese modelo gatopardista quedó atado y bien atado. La perversión de aquel sistema tiene su consecuencia en la irrupción del franquismo más radical. Todo ese aparato trabaja constantemente para mantener el statu quo preconstitucional. Sus medios le han hecho la campaña a Vox.
Esta ultraderecha que ha sido promovida por la máquina del fango que está y estuvo inquieta cuando se preocupó de difundir la creencia de que los números “no daban”, cuando en 2015 se quebró el bipartidismo. Ese mantra funcionó hasta que el candidato Pedro Sánchez se atrevió a considerar la posibilidad de un acuerdo diferente a la directiva de que debía hacerlo con Ciudadanos. Le costó la defenestración promovida por la antigua guardia, toda bien posicionada, gracias a sus méritos por el sostenimiento que el IBEX deseaba del modelo bipartidista. Los que me lean también deben tener en cuenta el episodio reivindicativo que se vivió durante las primarias con la movilización de la militancia. Los mítines de Sánchez cerrándose con el puño en alto y cantando la constitución.
Recuerdo escuchar la entrevista grabada a Felipe González en el programa de Pepa Bueno. Fue la señal para que el “susanismo” tomara el poder. Esa operación fue hecha a espaldas de la militancia. También tengo presente el programa de Salvados y las confesiones de Sánchez y su relato. Una prueba fue cuando la entonces diputada y exportavoz del PSOE en el Congreso, Soraya Rodríguez, abandonase el 16 de enero de 2017 una reunión de los socialistas de Valladolid después de que fuera increpada por un militante, que la acusó de traidora, por la defensa que hizo de la actual gestora nacional de este partido.
Según lo visto y lo oído, los centros de poder en España alteran los resultados democráticos de un modo u otro. El 27/06/2016 los medios del sistema afirmaban que “los españoles han preferido al Partido Popular”. Estos medios anunciaban, con un parlamento que luego permitió la moción de censura, que había ganado las elecciones con un resultado muy superior en votos y escaños al que había logrado en diciembre anterior. Según estos medios, según su fabricación de fake news, sostenía que como había aglutinado el 33% del voto con casi 7,9 millones de papeletas y con 137 diputados, fruto de una abstención elevada, tenía derecho a gobernar. Tanto el PSOE como Podemos sumaban en torno a once millones. Los números daban. Los números dieron en la moción de censura.
La negación del peso electoral de representantes elegidos democráticamente, bajo el calificativo “independentista”, contrasta con la previsible coalición de las derechas con Vox, un partido anticonstitucional y, por tanto, antidemocrático. El coro mediático sigue repitiendo ese discurso de rechazo de la constitucionalidad del republicanismo catalán en las Cortes, aunque, como contrapartida vergonzosa, blanquea como natural el acuerdo de las más radicales derechas de este país.
Con tus votos los números dieron. Con tus votos los números darán. Piénsalo.