Los elegidos y la apología de la burla
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“La burla significa en muchos casos falta de ingenio.” Jean de La Bruyere

Cuando revisamos el concepto de “burla” nos encontramos con que el contexto, el escenario, en el que se desarrolla permite su calificación precisa. Los acontecimientos y los actores principales que tiene nuestra realidad política, lo deja a las claras. España está en franco deterioro porque los privilegiados no desean colaborar al esfuerzo que la cercana recesión mundial nos obligará. La formación de gobierno no puede esperar. Las urnas ya han hablado y esa voluntad debe respetarse. Lo contrario es una burla. Una apología de la burla que viene de lejos.

Etimológicamente, según la RAE, Burla procede del vocablo latino “burrula”, que es un diminutivo de “burra”, lana barata que se usaba para rellenar muñecos, que a su vez, en el latín vulgar se derivó a “burrae” con el significado de “necedades” o “tonterías”. Se dice que Burla se refiere a aquella “Acción, ademán o palabras con que se procura poner en ridículo a alguien o algo”.​ En este sentido, es un concepto ambiguo, abierto a muchas interpretaciones. Por resumir, en la interacción humana la burla se presenta de dos formas: como algo divertido o como dañino. Así, cuando las burlas se realizan en un contexto lúdico, y cuando éste forma parte de una interacción compensada, las burlas pueden ser consideradas como una forma de relación afectiva positiva. Esto sería el compartir un “buen ambiente de risas”. Por el contrario, la otra opción es “reírse de los demás”. En este último caso, la burla también puede ser empleada contra personas o grupos, con objeto de ridiculizar cualquiera de sus aspectos. Toda la abrumadora campaña mediática se dirige al menosprecio de una significativa parte de los ciudadanos.

Desde el punto de vista de la víctima de la burla, esta forma de actuar es, en general, hiriente, irrespetuosa, y desconsiderada. Cuando la broma no es bien aceptada por parte de quien la recibe, o cuando interpreta que está siendo víctima de un ataque personal, la burla se considera como una humillación que busca la destrucción del objeto de ese ataque. Encuentren similitudes en la actualidad cotidiana.

Hoy en la política española hay burladores, los menos, y burlados, los más. Frente a un Estado, sí Estado, cada vez más injusto por lo inequitativo de su Justicia, por la indebida recompensa de los esfuerzos de sus meritorios talentosos en beneficio de los privilegios aristocráticos, en donde un citado a declarar tiene el atrevimiento de indicar al magistrado que se le hacen preguntas incorrectas, y se le permite. 

Si ocurre eso, es que se burlan de la mayoría de españoles. De aquellos que, con sus esfuerzos e impuestos, alimentan y sostienen esos inaceptables privilegios. La concesión de la Grandeza de España a la nieta del genocida es un ejemplo. Luego se preguntan la razón por la que los ciudadanos se sienten burlados.

Más allá de las tácticas políticas, los defensores del statu quo postfranquista se manifiestan con la esperanza de que la impotencia se apropie de la voluntad de los votantes. Según algunas fuentes cercanas, el nombramiento de Iván Redondo no se originó desde el PSOE. Ni mucho menos por la voluntad de Pedro Sánchez. Los centros de poder gestionados por los elegidos lo impusieron. La satisfacción por el fracaso de las negociaciones es una burla.

De ese modo confían en que el fenómeno Podemos, que resulta inquietante tanto para una parte de un socialismo cómplice con ese statu quo, cuanto para una derecha cuya corrupción deja en evidencia la impunidad moral de las minorías, se termine diluyendo y desaparezca para que el estado de las cosas regrese a las paz de las sacristías y al anonimato de las cunetas. Todos los medios están al alcance de las operaciones dirigidas al deterioro de la opción mayoritariamente votada por los ciudadanos: un gobierno progresista que transforme las estructuras que dejó “atado y bien atado” el sistema neodemocrático de la Transición. Se burlan de los ciudadanos cuando les hacen creer que el enemigo es uno, cuando en realidad ese enemigo les acecha en sus pensiones en el Pacto de Toledo, en los recortes a la Dependencia, a la privatización sanitaria, educativa. Por no mencionar el expolio que llevan a cabo las corporaciones financieras y energéticas sobre la economía doméstica de los sufridos españoles. 

Se burlan y lo seguirán haciendo si se lo permites. Mucho más, si dejas de votar.

“Los privilegiados arriesgarán siempre su completa destrucción antes que ceder una mínima parte de sus privilegios.”  Antonio Gala

El pacto es democracia en estado puro

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