Las víctimas colaterales de las decisiones de la UE
Atentado en el aeropuerto de Bruselas. Fuente: http://www.infobae.com/

Las muertes producidas en Bruselas son inaceptables. La solución militar o represiva nunca ha resultado efectiva a lo largo de la historia. Tampoco lo fue en este caso. Europa es cautiva del terror.

Bueno es mencionar que la corrupción, dentro y fuera de las organizaciones gubernamentales y no gubernamentales, no ha contribuido precisamente a resolver el fenómeno de las muertes por daños colaterales. La industria armamentística y petrolera no son actores ingenuos de esta situación. Tampoco los países que controlan regiones bajo la influencia británica, francesa, estadounidense o rusa.

Pero estas víctimas ya hace tiempo se produjeron en las ciudades bombardeadas. Me recuerdan a las del inútil ataque a Dresde en las postrimerías de la Segunda Guerra Mundial. En las de Belgrado, Bagdad, Damasco. Como actos de guerra. Estas en la actualidad, sin mencionar a todas las producidas en el marco de los actos terroristas, Nueva York, Madrid, París, Tokio, Bruselas, Yakarta, entre otras, muestran contundentemente que el conflicto se ha generalizado.

Pero no limitemos la respuesta violenta de los grupos terroristas en el centro de la Europa comunitaria a estos actos. Hay mucha violencia cotidiana desde África a Medio Oriente. Violencia que al parecer ha llegado a Europa para quedarse. Esta Europa no puede sorprenderse por las consecuencias de los actos de sus grupos dirigentes, tanto políticos como económicos.

¿Quién se responsabiliza de esas víctimas en Europa y en otros continentes? ¿Dónde está la fuente del odio que alimenta la acción de estos grupos violentos?

Parece sorprender que los actos terroristas también produzcan víctimas en calles y medios de transporte europeos. Ellas, entre todas las etnias y religiones posibles, árabe e islámica incluida. Estamos en presencia de un conflicto que no tiene resolución posible desde lo militar. Sólo desde lo político y económico tiene visos de atenuarse. También podríamos decir que lo religioso es un pretexto para mantener el nivel de tensión del conflicto.

España se ha eximido prácticamente de la ayuda internacional a países en desarrollo. Otros países han actuado en esa línea. El último acto irracional se ha consumado con el acuerdo UE-Turquía.

¿Se valoraron las muertes producidas y por producirse ante tal desatención? ¿Se podía considerar la UE inmune a la respuesta de estos grupos terroristas?

Las víctimas colaterales de las decisiones de la UE
Reunión del pacto antiyihadista. Fuente: http://cincodias.com/ Chema Moya (EFE)

Esta política está en la línea tanto del cierre de fronteras, como el de los comedores infantiles para paliar la desnutrición que sufren muchos grupos excluidos o la desatención social. Las víctimas de los recortes promovidos por Bruselas y Berlín son fuente de violencia. Daños colaterales.

Cuando se producen movilizaciones de opinión y de manifestación, en repulsa por los episodios que producen víctimas inocentes, bueno sería recordar que no debe tratarse en actuaciones puntuales. Debería ser una constante en todos los tiempos y en todos los foros. No simplemente lavarse de responsabilidades con actos fúnebres.

Si persisten estas políticas, las víctimas seguirán produciéndose. La muerte no descansará el fin de semana. Ni en vacaciones. Las crisis humanitarias están en pleno desarrollo en este momento en que escribo estas letras a nivel global. Pueden ser el semillero de los futuros cuadros de estas organizaciones terroristas.

Esa exigencia de humanidad y solidaridad, como medio preventivo, deberá obligarse a los que resulten elegidos. Ello, para que estén en condiciones de soportar la presión de los lobbies armamentísticos y económicos. Ellos sólo aprecian oportunidades cuando surgen conflictos bélicos.

Pienso en los gobernantes que profesan devotamente religiones basadas en los actos de contrición mientras adoptan decisiones de represalia que, casi con seguridad, solamente incrementará la virulencia de las respuestas.

La acción coordinada de los centros de inteligencia y la sensatez en la intervención exterior, probablemente sean las vías adecuadas para afrontar y cortar la financiación que permiten las actuaciones terroristas. El cierre de fronteras no será efectivo. El terror ya está en el interior. Los centros de inteligencia seguramente lo saben. La dirigencia política ha dejado en evidencia su miopía para afrontar este riesgo para los ciudadanos.

El terrorismo es oportunista. Conoce su capacidad. Conoce las debilidades del sistema. Las acciones políticas, las policiales y las de inteligencia, deben mejorar la eficiencia de sus diagnósticos y actuaciones.

Pienso en el dolor de las familias de las víctimas e imagino el peso de la conciencia de los dirigentes… y siento pena por ellos. Recuerdo a Tolstoi:

“Vivir en contradicción con la razón propia es el estado moral más intolerable.”

Fuente: Publicoscopia

No hay comentarios

Dejar respuesta