Un problema, por definición, es un desajuste. Una desviación entre lo que ocurrió y lo que debió ocurrir. La gestión empresaria se centra en el diseño y elección apropiada de medios para corregir esas desviaciones.
No somos esclavos de las acciones negativas que sobre nosotros se ciernen, sino seres libres al elegir nuestras conductas. Los estímulos que provienen del entorno deben afrontarse de modo apropiado. Evitando negar los indicios. Ello puede permitir organizar respuestas apropiadas a dificultades nuevas. Pero, siempre, es recomendable analizar los indicadores para anticipar todo lo posible las acciones oportunas.
Eso es, en resumen, una conducta que podría calificarse de proactiva. Lo opuesto es un comportamiento de gestión reactivo, lo que supone siempre mayores costes y esfuerzos en procurar el ajuste. Lo importante que deben comprender los gestores, en especial en las micropymes, es que la decisión es suya ya que son los responsables directos de la conducta a practicar.
En cualquier caso, también debe entenderse que las conductas no deben regirse por el impulso ni el azar. Deben tenerse objetivos precisos a los cuales acercar las posibles soluciones. En cada ocasión que se tome una decisión debe evaluarse si ésta nos acerca o nos aleja de nuestros objetivos.
También, porque ni los recursos ni las energías sobran, se debe organizar el uso y la oportunidad para organizar el tiempo disponible sobre la base de prioridades. Hay expertos que sugieren distribuir las actividades en urgentes, no urgentes, importantes y no importantes. Procura optimizar el único recurso que no podemos almacenar: el tiempo. Tenga conductas que no lo pierdan improductivamente.
Otra conducta importante es la empatía hacia su entorno. Se podría resumir en que procure primero comprender y después ser comprendido. Ponerse primero en el lugar del “otro”, da la perspectiva de ver las cosas desde su punto de vista. Aunque sea el más difícil de practicar, porque casi siempre pasamos más tiempo hablando que escuchando y creemos que las cosas sólo pueden ser de la manera en que nosotros las vemos, una conducta de este tipo puede tener, y generalmente tiene, resultados beneficiosos para el negocio.
Por último, una conducta recomendable es la generación de sinérgias. Ese concepto nos dice que el resultado sinérgico es aquel en el que el resultado es superior a la suma de las partes. Una persona que se quiera convertir en exitosa debe trabajar sus conductas para llegar a construir todas las sinérgias posibles entre todas las actividades en las que esté involucrada.
A la suerte hay que ayudarla con las conductas apropiadas!