Las abstenciones y la gobernabilidad
Fuente: http://www.elconfidencial.com/ EFE

Cuando estos días se somete a la población española a una revisión de los significados de términos cuyo sentido se derivó de los usos y consensos de décadas, y hasta cientos de años, para configurar la base de todo lenguaje, como es la necesaria coherencia. Cuando los apóstoles del fracaso están empeñados a empujarnos al abismo que se acerca por su impericia. Cuando eso ocurre, es que se avecinan tiempos mucho peores de lo que pudiésemos imaginar hace sólo unos pocos años. Porque no contaremos con capitanes que nos hagan transitar con certeza por la tormenta perfecta que se cierne.

Entonces, resignificar tratando de ocultar sus vergüenzas tras el desconcierto de las almas cándidas, es la tarea. Para ello, necesitan de amplificadores y escenarios, cual si de un espectáculo se tratase. La sonoridad de sus palabras en un recinto como el Congreso, pretende maquillar la triste intención de su procura. Aquí se agazapa la traición a los principios, circunstancia que no es ni nueva ni infrecuente, pero, aún así, duele. Porque estamos en presencia de una de las mayores operaciones de acción coordinada e impúdica, de cierta política y de la clase económica más selecta, para que una minoría le aplique a la mayoría la carga de sus errores y dispendios. Han utilizado todos los recursos disponibles para lograr su cometido.

Así, pasando desde el “putsch” de Ferraz, hasta la necesaria convalidación de los legítimos representantes de los votos socialistas, su grupo parlamentario, se ha llegado en un tiempo record del “no es no”… a acordar la abstención para que gobierne Mariano Rajoy. Personaje este que tuvo destacada participación en la organización de los fondos del PP desde hace décadas ¿O no era así?

Veamos. Abstención significa carencia o privación de hacer, ejercer o consumir algo, aplicándose a los ámbitos más diversos. Es un “No hacer voluntario“, no es inintencionado, todo lo opuesto. La pasiva acción que nos quieren vender es un fraude a la inteligencia. El término deriva de la voz latina “Abstentio“. Es un “no hacer” o “no obrar” que, normalmente, repito, normalmente,  no produce efecto jurídico alguno, aunque en ocasiones puede ser considerada como la exteriorización de una determinada voluntad y, en tal sentido, es tenida en cuenta por el Derecho. Tal es este caso. Hubo voluntad de torcer el sentido del resultado electoral. Sin más.

En ciencia política, la abstención es el acto por el cual un potencial votante en unas elecciones decide no ejercer su derecho al voto, ya sea en unas elecciones generales o si, en un procedimiento parlamentario, el representante está presente en la votación pero no vota, pero permitiendo con ello la reconfiguración de las minorías presentes.

La actual dirigencia del PSOE, una vez más, incumplirá con el contrato pactado con sus votantes. Lo hará a sabiendas, con la clara intención de consolidar políticas que nos han llevado a una precariedad que comprobaremos en poco tiempo. Aunque lo peor, lo más penoso, será la indignidad de haber fracasado en todos los frentes.

Le atribuyen a George Clemenceau la siguiente frase: “Un traidor es un hombre que dejó su partido para inscribirse en otro. Un convertido es un traidor que abandonó su partido para inscribirse en el nuestro”. No me creo que los verdaderos socialistas concreten este acto. Serán otros, que se valieron de sus esencias para beneficio propio. Me pregunto si esta gente es consciente del acto que se proponen perpetrar en nombre de la “gobernabilidad”.

En cualquier caso, ¡pobre España!

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