Los tiempos cambian y las situaciones se van modificando poco a poco con el paso de los años y el olvido de la historia reciente. Hace menos de cien años vivíamos una crisis a nivel europeo, y luego mundial, a causa de la toma de poder por parte de los fascismos de extrema derecha, lo cual ha sido criticado durante décadas y que abocó en una guerra sin precedentes. Sin embargo, parece que eso se ha olvidado por completo en este continente.
La extrema derecha, reforzada con el incipiente aumento de la xenofobia hacia los refugiados sirios, que han repetido como su argumento estrella sin dudar, está de nuevo volviendo a las instituciones y tomando poder. Desde las elecciones de septiembre de 2015 en Grecia, donde Amanecer Dorado, un partido reconocido como neonazi, consiguió ser la tercera fuerza más votada, se han ido sucediendo los grandes resultados de la extrema derecha en muchos otros países de Europa. Comenzando por Francia, donde el Frente Nacional, también de esta ideología, ganó la primera vuelta de las elecciones en diciembre del mismo año, cosa que finalmente no repitió en la segunda; siguiendo con Alemania, país que más debería rechazar este tipo de extremismos, lugar donde Alternativa para Alemania (AfD) pasó de ser sexta fuerza política en las regionales a disputarse los votos de tú a tú con los dos principales partidos ahora en el gobierno; pasando por Austria, cuya primera vuelta también ha sido ganada por un partido de extrema derecha, FPÖ, aunque con más diferencia que en Francia; y terminando con Holanda, donde PVV dobla en las encuestas a la coalición ahora en el gobierno.
Pero, por si fuera poco, todo esto no se circunscribe únicamente a Europa, en EEUU también se da este auge de la derecha más extremista, lo cual se puede ver claramente en el Partido Republicano, cuyas primarias se basan en ver quién es más xenófobo a raíz de la presentación del tan polémico Donald Trump y de Ted Cruz, un cubano de origen con comentarios racistas hacia los cubanos.
La extrema derecha está volviendo a tomar poder, y la ciudadanía debería recordar cómo se ha acabado cuando esto ha ocurrido. Simplemente esto es un llamamiento a la reflexión, nada más.