Personas que canten hay muchas, cantantes que logren “pellizcar” el alma hay muy pocos. Esa esencia mágica que tiene el flamenco invade la voz de un joven onubense que ha logrado alzarse con el primer premio en el Concurso de Fandangos de Huelva, así como en el concurso nacional de La Orden, y el de mejor letra en San Silvestre de Guzmán. ¿Su nombre? Rafael Jiménez Ponce, estudiante que bebe desde la cuna el cante más hondo pero que no se ha cerrado a otros estilos como la copla o el pop.
Es, además, un apasionado de la pintura motivo por el que se encuentra realizando el Bachillerato especializado en Artes. Con tan sólo 17 años, tiene muy claro que su futuro está sobre el escenario, “soy un chico con ganas de aprender y luchar por la música y por el arte con el fin de hacerme un hueco en este gran mundo. Con espíritu se llega muy lejos”.
Humilde y educado, quédense con su nombre porque si la estrella de la suerte le acompaña, será un grande del flamenco, o quién sabe si de la pintura.
Como suele decirse, suerte y al toro, Rafael.
