Estamos en precampaña postelectoral y los partidos políticos revisan el calendario y la agenda cada mañana, cada tarde y cada noche. En Galicia es posible que se adelanten las elecciones autonómicas previstas para el otoño con el fin de hacerlas coincidir con las generales que se repetirán el 26 de junio.
Hay que presentar candidatos. De los cuatro opciones con posible representación en el Parlamento solo el Partido Popular lo tiene designado, y será Alberto Núñez Feijóo, aunque forzado esta tercera vez porque es el que mejor puede dejar situado al PP gane o no las elecciones. Después de la cita electoral, ya se verá lo que hace el designado.
De Ciudadanos no sabemos todavía. El Partido de los Socialistas de Galicia – PSOE ha perdido en el peor momento el suyo, José Ramón Gómez Besteiro, y se barajan segundos candidatos con pocas posibilidades de forjar desde esta convocatoria un liderazgo de futuro.
En el BNG ha tenido que ocurrir la hecatombe para situar al frente del bloque de partidos nacionalistas a una mujer, Ana Pontón. Posiblemente sea la candidata a presidenta.
Pero tal como están las cosas de revueltas, lo novedoso y lo impredecible, lo que despierta gran expectación, es saber qué cartel presentará Podemos y sus asociados. Andan a vueltas con Xosé Manuel Beiras, de Anova, pero parece que no sería el gancho ideal y que tampoco encuentra acomodo entre los grupos que conforman la coalición.
Luego la gran opción de Podemos en Galicia es Carolina Bescanca. Por varias razones. Una, porque sería una cara conocida con el marketing trabajado en los medios de comunicación. Dos, representa una opción segura porque pertenece al núcleo duro de los emergentes, y tres, es gallega y de Santiago de Compostela.
Si al Partido Popular le aparece algún desgaste y las fuerzas de la oposición tienen la ocasión de sumar votos, aunque sea por un disputado escaño, los partidos con la alternativa tienen que ofrecer al electorado algo nuevo e ilusionante, y en Podemos sería la figura femenina de Bencansa la que representaría un gran revulsivo en la coyuntura política actual.
