La política mexicana vive momentos peligrosos y complejos. El voto, protagonista supremo de la democracia, amenaza con entregar el país en manos de la actual amenaza histórica; esto es nuestro testarudo «salvador nacional».
Votar contra el robo estatal, la impericia, la mentira ostensible y la impopularidad es un presagio que se inflama de posibilidades para el peje; ganador supremo de nuestra inmoralidad política.
El escenario de los últimos tiempos perfecciona y propicia el voto precipitado de aquellos del pueblo que no iluminan sus preferencias políticas con criterio histórico.
Diez y ocho años de peregrinar reclaman el trono de Moctezuma, con enorme cúmulo de campaña y en verdad enormes motivos para rechazar el sistema.
Votar contra el robo estatal, la impericia, la mentira ostensible y la impopularidad es un presagio que se inflama de posibilidades para el peje; ganador supremo de nuestra inmoralidad política.
Esto me inquieta y temo verme pronto en el peor escenario para México.
Acuérdense de Santa Ana. ¿Qué más perderemos con el peje?
Cuando Fox yo voté contra el PRI y sufrí, con resignación, mis desiciones: en consecuencias de gobierno; pero salimos adelante… Lo mismo me sucedió con Calderon contra el peje: preferí a Calderon y aún pago las consecuencias. Con Peña era el agradable sin pulir contra el peje. De nuevo me equivoqué por falta de opciones.
Ahora me enfrento nuevamente al peje sin contraposición visible. Esto alarma mis temores a punto de histeria. ¿Quién va a parar al peje en el 2018?
Acuérdense de Santa Ana. ¿Qué más perderemos con el peje?
Lo que nos salva de Peña es su excelente gabinete
¿Cual será el gabinete del peje?
Amigos mexicanos votemos con lucidez por nuestro futuro. ¿Quién será el presidente de nuestro estado nacional?; ¿el peje?