Mientras el país entero está en un “impasse”, es decir, transitamos una suspensión de la gestión efectiva del gobierno del Estado. Porque tal término denomina a la “situación en la que se encuentra un asunto o problema que no progresa o al que no se le encuentra solución”. Lo cual no deja de sorprendernos, porque pese a la gravedad de muchas “situaciones” particulares de los ciudadanos españoles, aún no han recibido satisfacción para verse en el camino de alguna solución.
Esto me ha llevado a revisar el término “situación”, para lo que apelo a la paciencia del lector. Por tal, suele entenderse al “conjunto de circunstancias que rodean a alguien o algo y determinan su estado”. En este punto, y luego de los últimos acontecimientos en materia de indicadores de pobreza, desigualdad y desarrollo humano, podríamos afirmar que hay tres “situaciones”, al menos, según quién las describa.
Una, la del partido al frente del gobierno en funciones. Todo está mejor, según su diagnóstico de la situación. Otra, la de una parte significativa del parlamento recién constituido, que no tiene ese diagnóstico.
La tercera, es que, pese a ese “impasse”, las condiciones de vida no se han alterado. Los corruptos, corrompidos y corruptores, campan a sus anchas. Los excluidos siguen incrementándose. La Justicia sin medios. La Fiscalía General del Estado ni se la nota en su defensa del interés general. La UE se deshumaniza cada vez más. Es decir, el desconcierto cunde. La prueba, es la candidez demostrada para contactar desde un programa de humor catalán, con el presidente en funciones. Patético.
Otra, la probable operación de acción psicológica a la que se prestó Antena 3, denunciando la supuesta evidencia de las relaciones entre la CUP, PODEMOS, Maduro y ETA. Los propios presentadores del informativo de la cadena evidenciaron lo disparatado de la emisión al emitir imágenes de un viaje de hace más de un año.
Según informa el periódico Público: “el 10 de diciembre de 2014 Nicolás Maduro fletó un avión presidencial al aeropuerto de Barajas para que viajaran a Venezuela la (hoy) portavoz de la CUP en el Parlament, Anna Gabriel; la dirigente de Podemos en Castilla La Mancha, María José Aguilar, e Ignacio Gil de San Vicente, suegro del entonces número 1 de la banda terrorista ETA.”
“El motivo del viaje a Caracas era acudir al Encuentro de la red de intelectuales, artistas y movimientos sociales en defensa de la humanidad (La Red), al que también acudieron Tomás Nativí, militante del UPR (Unión Revolucionaria del Pueblo, Honduras) que recibió del gobierno de Holanda el premio Tulipán de los Derechos Humanos; la escritora y profesora de Filología de la Universidad de Santiago de Compostela Teresa Moure y el politólogo Carles Badenes. El encuentro fue público y salieron declaraciones y artículos de los asistentes tanto en agencias de noticias españolas como en diferentes revistas y medios digitales. No había nada secreto, el avión del presidente de Venezuela estaba autorizado a aterrizar en España y sus ocupantes a embarcar en el mismo.”
Al día siguiente, de la emisión de ese video, desde las cocinas del PP se emitió una información para desincentivar el posible pacto PSOE-PODEMOS, por esas supuestas evidencias. El ministro del interior nos tiene acostumbrados a estas extrañezas. Él afirma hablar con un ángel que le pertenece. Las cloacas de los servicios de inteligencia no son una fuente adecuada para los tiempos que requiere la política española.
Según se acaba de dar a conocer, una persona de confianza de la vicepresidenta del gobierno, estaría involucrado en el escándalo de Acuamed. Quizá eso debería ser motivo de esclarecimiento presto. Se trata del Secretario de Estado, José Luis Ayllón, que es mano derecha de la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, a la que acompaña como sombra desde que entre los dos dirigían el Grupo Parlamentario Popular en el Congreso durante la última legislatura de Zapatero, según se ha publicado.
Una parte de la Justicia no se siente en “impasse”. Mariano Rajoy parece que sí.
Debe de haber incurrido en el error de creer que este término significa “un compás de espera”, lo que induce a que se entienda que es una “detención temporal de un asunto”. España no puede admitir una “situación” de este tipo. La indolencia debe dejar paso a la gestión de los difíciles problemas por los que atravesamos.
Luego de cuatro años de absolutismo parlamentario fruto de una mayoría pésimamente gestionada, traigo a colación una frase de José Luis Rodríguez Jiménez, que resume de manera precisa la situación por la que atraviesa Mariano Rajoy Brey al no poder formar gobierno:
“Cuando no hay adversarios no existe la competencia, pero aumenta la ineptitud y la indolencia.”
Fuente: Publicoscopia
Foto: EFE