¿Nunca os ha pasado que habéis entrado en una tienda, os habéis probado una prenda, supuestamente, de vuestra talla y ha resultado que, al final, os quedaba pequeña? Y yo me pregunto, ¿por qué nos queda pequeña si es de nuestra talla? ¿Acaso hemos engordado en el espacio de tiempo, en el cual, no hemos comprado ropa? ¿Qué es lo que está sucediendo? Yo he sido víctima de este suceso que, para mí, solo tiene una explicación. No, no somos nosotros/as los que engordamos, es la ropa la que adelgaza. Sí, es un fenómeno al que me gusta llamar: “El curioso caso de la ropa que encoge”.
Por mucho que nos cueste creerlo, la delgadez está de moda en nuestra sociedad. Las diferentes marcas de ropa nos muestran, día sí y día también, a modelos delgadas, por no decir con graves trastornos alimenticios, que, tal y como dice mi madre: “Les hace falta un buen cocido en el cuerpo”. ¿Qué es lo que está sucediendo en nuestra sociedad, para que los cánones de belleza hayan cambiado tanto? Entre las modelos ya no se ven las denominadas “curvas femeninas”. Al contrario, se ve de todo menos eso. ¿Acaso es que consideramos que la delgadez, en ocasiones extrema, es síntoma de buena salud?
Desde mi punto de vista, tengo que decir que no estoy de acuerdo con este pensamiento generalizado. No estoy de acuerdo, me niego a que las marcas decidan por mí. No quiero que decidan cuál es el peso ideal que debería tener. Pero, ¿por qué la mayoría de la sociedad sigue las directrices de las grandes marcas, las cuáles abogan por este estilo de vida? No tengo respuesta a esta pregunta, no consigo entender qué es lo que lleva a la sociedad a creer que esto está bien.
A pesar de todo esto, cada vez más, están surgiendo nuevas voces en este panorama. Nuevas voces que rechazan todo lo que las grandes marcas nos dicen que está bien, que rechazan estos cánones de belleza y abogan, a su vez, por un nuevo canon, aquel que no tiene nada que ver con la delgadez extrema, sino que, por el contrario, está relacionado con las curvas femeninas. Esta tendencia, actualmente en auge, es, en cierto modo, criticado por ciertos sectores, que siguen aferrándose al modelo anterior. ¿A qué tienen miedo? ¿Tienen miedo, a caso, de que las pasarelas se llenen de mujeres reales? Pues es lo que pasaría. Las pasarelas siempre han estado llenas de mujeres inalcanzables, mujeres “perfectas”, con medidas que no toda mujer posee. Sin embargo, el cambio que se está produciendo, marcaría un nuevo comienzo, pues las pasarelas, antaño gobernadas por estas mujeres inalcanzables, estarían, ahora, repletas de mujeres reales, mujeres que poseen curvas y que están orgullosas de ellas, mujeres que se sienten a gusto consigo mismas, con su peso y con su cuerpo. Mujeres que son bellas tanto por dentro como por fuera.