La correcta lectura de la diversidad política de Pepe Pueblo y María Plaza
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La configuración de estas Cortes deja el manifiesto en su composición, de que los ciudadanos españoles desean ser “bien” gobernados. Con sus matices. Con los antecedentes propios de cada grupo. De cada acta en la Cámara de Diputados. Del Senado ya si tal. Su origen se viene gestando en la miopía de los grupos dirigenciales de los partidos más antiguos en entender las causas por las que el bipartidismo se ha acabado. También sus prácticas.

En cada manifestación que llena las calles
y plazas queda plasmada la diversidad. Aunque los objetivos y reivindicaciones
los aglutinan. Es paradójico que salgan
a las calles a reivindicar sus luchas gentes tan diferentes. Aunque si nos
detenemos a percibir el conjunto, resulta que lo que está uniendo a los
diferentes es la lucha por los principios democráticos de los que las minorías
hacen caso omiso. De allí la impunidad en convertir al sistema en un mero
mecanismo de mantenimiento del su statu quo. Pero el luchar por combatir la
corrupción trasciende a los colores partidarios. Sus consecuencias lo abarcan
todo. Del mismo modo su eliminación debe ejercerse desde la energía y
perseverancia del “buen” gobierno. Del “buen” hacer.

Tal vez, a ese 30% en el que se refugian
los que habitan ese concepto de controlar al conjunto, tanto bajo la amenaza
del castigo divino como del de las armas, poco le importa la democracia. Poco
le importan las personas. Sólo preservar unos privilegios que provienen de
fuentes definitivamente antidemocráticas. No se resisten a ceder poder. Tampoco
a compartir los beneficios del esfuerzo conjunto. Sólo se sientan a jugar con
las cartas marcadas por una legalidad impúdica. Por una legalidad derivada de
las lealtades a grupos o de las compensaciones a favores inconfesables.
Pesebrismo anidado en las tramas crecidas en el vientre de las dictaduras.

En ese escenario resulta más comprensible
leer adecuadamente que el cumplimiento de las normas, aún las que hacen algunos
magistrados del Reglamento de Tráfico. Las normas, sugiere la impunidad que se
respira, están pensadas para Pepe Pueblo o para María Plaza. Pero no parece que sea así el cálculo de
las pensiones para esos grupos privilegiados. Veamos entonces la i
ndemnización millonaria para la jefa de prensa de
Rajoy que insultó a los pensionistas. C
armen
Martínez de Castro cobrará durante los próximos 18 meses 6.549,33 euros, tres
veces más que la pensión mensual máxima que existe en España.

Según el medio digital El Plural, Fernando
Suárez,
 el rector de la Rey Juan Carlos
que plagió una decena larga de autores
 en sus trabajos universitarios fue nombrado consejero
del Instituto Atlántico de Gobierno (IADG), la institución académica que fundó
José María Aznar
 para “fomentar el estudio” y presentar “una
oferta académica de excelencia”.

Todo queda en la gran familia de estos grupos. Pepe Pueblo y María Plaza están
cabreados.

Según
nos dice Ignacio Escolar en eldiario.es: A Pablo Casado le regalaron un título oficial sin merecerlo. Obtuvo un máster en una universidad pública  sin cumplir con los mínimos requisitos que sí se exigió a otros estudiantes de esa
misma promoción. No fue a clase. No fue a los exámenes. Le convalidaron 18 asignaturas de 22, algo que la universidad no hizo con otros alumnos
que tenían exactamente la misma licenciatura que él. Supuestamente solo realizó
cuatro trabajos. Supuestamente, porque ni siquiera ese mínimo esfuerzo está
probado porque Casado no los quiere enseñar.”

Cuando el Fiscal del TS
da a conocer que debe archivarse este caso, Pepe Pueblo y María Plaza están
cabreados.
Como
cabreados están los que tienen que hacer grandes esfuerzos en su formación para
obtener trabajos pobremente remunerados para sus acreditados estudios. El
talento no cuenta para los que se mantienen en el statu quo que acumuló para
sí, la riqueza generada por los españoles de bien.

Las personas de bien están hartas. Eso se irá
sintiendo de manera creciente. Será un otoño caliente. El Gobierno de Pedro
Sánchez debe tomar nota. Por el bien de todas las personas de este país. Ya lo
dijo Casado a Juncker: “España es un desastre”. Lo sabe bien, es uno de los
responsables.

Toman su posible exculpación como una victoria.
Torpes.  Es, a lo sumo, una victoria pírrica. Dicho nombre
proviene de Pirro, rey de Epiro, quien logró una victoria sobre los romanos con el costo de miles de sus hombres.
Se dice que Pirro, al contemplar el resultado de la batalla, dijo: “Otra victoria como esta y volveré solo
a casa”.

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