Sin duda, la mejor comedia francesa del verano, divertida, graciosa y con un estilo muy particular. La ganadora de diferentes Premios César, a mejor ópera prima, actriz (Haenel) y mejor actor revelación (Azais), nos muestra una perspectiva diferente de la realidad. Acostumbrados a ver que son mayoritariamente los hombres los que quieren formar parte del ejercito, aquí descubrimos que Adèle Haenel, es una chica dispuesta a todo por entrar en el cuerpo militar, y para ello, se formará fisicamente de una manera un tanto peculiar.
El papel de Kèvin Azaïs le da un toque dulce a la película, ya que no le quedará más remedio que intentar comprender la actitud de ella. Con unos diálogos bastante interesantes nos sorprende ese equilibrio que existe entre el pesimismo y el optimismo de ambos protagonistas. Enfocándola en profundidad, podemos disfrutar de la dificultad que tiene sobrevivir sin a penas tener nada, simplemente “con lo puesto”.
Una comedia apta para todos los públicos y actual, con un humor muy físico, ya que los personajes permanecen en todo momento en movimiento, una idea teórica planteada por el director Thomas Cailley, que llevada a la práctica es todavía más interesante.
Spoiler:
A veces deseamos tanto una cosa que creemos que es lo que realmente nos dará la felicidad y que así, de ese modo, se cumplirá nuestro sueño. Sin embargo, cuando logramos adentrarnos en ella y la conseguimos pueden ocurrir diferentes cosas, entre ellas, una sensación agridulce que nos haga sentirnos feliz por el éxito conseguido y una sensación negativa ya que te das cuenta de que no era lo que esperabas. Algo así ocurre con la protagonista de la película.
