Leo en LA VANGUARDIA del viernes, 9 de enero, una noticia cuyo titular es el siguiente: “La Audiencia Nacional imputa al humorista que comparó al PP con ETA”.
En efecto, cuenta la noticia que la Audiencia ha imputado al citado humorista por el video emitido en La Tuerka que podéis ver el este enlace que encarecidamente os recomiendo que veáis (jeje, de verdad) que encabeza este artículo .
Leo esta noticia justo cuando se celebran manifestaciones en toda Europa -incluido nuestro país- a favor de la libertad de expresión debidas al salvaje atentado sufrido por la revista de humor francesa Chalie Hebdo, en el que unos fanáticos han asesinado a doce periodistas y humoristas de la citada revista.
Parece que el don de la oportunidad ha desertado de la Audiencia Nacional y parece que la sensatez también (supongo que al no encontrar acomodo entre las neuronas de los togados). Tras leer tan paradójica crónica, raudo escribo el siguiente comentario en el medio digital de LA VANGUARDIA (del que soy forero con el mismo nombre que acá uso: Severo Diletante, desde hace tiempo, junto con otros medios):
“Es triste, en estos momentos, tras el atentado contra la revista francesa, ver como tenemos incrustados en la magistratura a unos talibanes del fanatismo pepero (nacionalcatolichista) poco amables con quienes cuenten chistes de nacionales catolichistas metidos a receptores de sobres (que se suponen rellenitos de cilicios y estampitas de monseñor josemari)Un talibán con toga no deja de ser un fanático o un asalariado de los ayatolás del poder fáctico, e igualmente despectivo con cualquier cosa que huela a libertad de expresión (cuando afecta a sus jefes: los que nombran a los componentes del órgano superior de la magistratura: ese Consejo del (sumiso) Poder Judicial o al fiscalillo general del estado (hasta que dimite por pura vergüenza, como hizo el último) Sus nalgas están agradecidas y siempre dispuestas a sentarse sobre jueces como Garzón o Elpidio, a asfixiar a tipos rigurosos como Castro o a reconvertir a Ruz en el botones del juez que le pondrán como jefe en marzo, si antes no dimite por dignidad (¡ya veréis, ya, qué pájaro vendrá al Juzgado nº 5 de la Audiencia Nasional!); las mismas nalgas que bambolean obscenamente y sin vergüenza por las escalinatas de los palacios de injusticia, los restaurantes de lujo y los clubes exclusivos que comparten con los receptores de sobres (y repartidores de cargos)
.En fin, dan grima, vergüenza y -hoy- verdadera tristeza. (por su culpa, alguno pensará viendo las manifestaciones de estos días en apoyo a la libertad de expresión aquello de “dime de qué presumes y te diré de qué careces”)Triste, muy triste.”
(los “errores “ortográficos son adrede, obviamente, con la intención de esquivar al robotito detector de términos del particular Índice de los mass media)
Pues bien, cuando le doy a la tecla para subir el comentario, va y no me deja. Como les conozco -a estos de La Vanguardia y a otros de tal calaña- cambio o disimulo la expresión nacional catolicista, fanático y otras que tengo comprobado hace tiempo que un duendecillo censurador elimina; sobre todo, las que hacen referencia a la monarquía: eso ni tocarlo. La libertad de expresión se termina, en estos periódicos, cuando uno menta que a Juan Carlos y , por extensión, a todo el régimen monárquico (incluido y más, eso que calza corona, hoy) los nombró Franco en una extensión de su ley de Sucesión (aprobada en un referéndum incluso más butifarrero que el de hace poco en mi tierra y con una “mayoría” similar).
Hay intocables en nuestra prensa ¿qué os habíais creído? Haced la prueba: no uséis ningún “taco” o expresión malsonante al escribir vuestra opinión sobre uno de estos asuntos (eso sí: no os cortéis en mencionar a Franco, el nacional catolicismo, a Hitler etc…). Opinión sin insultos explícitos (no le mentéis la madre a nadie, por ejemplo), comprobaréis que según cuál sea vuestra opinión será censurada de inmediato. La monarquía -y la “secta”- son intocables o casi (más, este año en el que nos han colado la sucesión por la jeta: a la coronación fueron cuatro gatos y la faena que tuvieron los cámaras de TV para que pareciera que se hacía en loor de multitudes -repasad los videos- al mismo tiempo que se exiliaba del plasma a tanta manifestación republicana como hubo esos infames días de la “sucesión”).
Esas “censuras” son la muestra evidente e incontestable de la servidumbre a la que se somete la “información” en los principales mass media. Esos medios “ocupan” el 95% de la audiencia y del espacio informativo; y escribo “ocupan” entre comillas para que quede claro lo que hacen realmente: ocupar algo que es de todos, el espacio informativo, expropiado por un oligopolio protegido, a su vez, por un Estado tomado y ocupado por los mismos propietarios. Si la democracia está secuestrada -comprada, si se prefiere esa expresión, más clara- por el capital; los medios de comunicación directamente son suyos. El desprecio a los ciudadanos y a la libertad de expresión que refleja este estado de cosas ignora soberanamente -nunca mejor dicho- que la información, como el aire, nos pertenece a todos.
De agradecer, entonces, iniciativas como ésta de LIVERDADES que aprovecha un ínfimo resquicio de aire puro en el sistema. Y previsto por el sistema, desgraciadamente, para auto justificarse: que ello no sea así, dependerá de todos nosotros y del esfuerzo que hagamos en difundirla. Nuestras fuerzas son exiguas, nuestros enemigos enormes; pero si renunciamos a lo poco que nos queda, si tiramos la toalla, los muertos de Charlie Hebdo y las manifestaciones por la libertad de expresión habrán sido en vano.
Un triste saludo a todos, hoy.
Severo Diletante.
- (pdta: desde aquí quiero rendir homenaje a las victimas en 1977 en el atentado a la revista El Papus. Sus autores fueron fanáticos nacional catolicistas de la triple A. La intolerancia no es exclusiva de ninguna religión.)