Los datos que se aventuran de cara a las próximas elecciones Europeas son altamente preocupantes. Por un lado, los sondeos vaticinan un empate entre las dos principales fuerzas de este país. Y la abstención no es la solución, ni tampoco el alto índice de abstención.
Ya anticipábamos en nuestro artículo titulado “El drama de las Europeas”, que ninguno de los dos partidos mayoritarios querían la llegada de estas elecciones.
El partido popular por mentir y engañar a todo el país con un programa electoral del cual no ha cumplido nada, sino más bien todo lo contrario, subiendo los impuestos y emprendiendo una serie de reformas que lo único que han conseguido es ahogar más a los ciudadanos (subiendo los impuestos que dijeron que nunca subirían y recortando a diestro y siniestro en gasto social) y el PSOE que después de su nefasta actuación en el gobierno que ya le llevó a perder las elecciones generales, no ha sabido después ejercer su función de oposición, con un equipo dirigente que ya se encontraba en el anterior gobierno, facilitando así el discurso del partido en el poder con aquello de “la culpa es tuya”, falto de ideas y cansado, y sin ser capaz de aportar nada con lo que justificar su lugar en la oposición.
Es alarmante que el nivel de participación en unas elecciones, sean del tipo que sean, y con la situación actual en la que vivimos, se estime en un 43%. La abstención no es la solución
Ambos partidos desconfían de estas elecciones, y tienen pavor a que se ejerza el voto de castigo que los deje a los dos en evidencia. Carecen de ideas, e intentan agarrarse a sendos flotadores, basados en palabras vanas que ya nadie cree, y buscando en el caso del PP unas ilusiones y esperanzas que cada día algún organismo pone en entredicho con datos objetivos (los datos del paro, la recuperación Española según la Comisión Europea hoy), y el PSOE en hacer unas críticas, que lejos de ser constructivas, son un intento de captar algún que otro votante basándose en la delicada situación que se encuentra el país, y sin aportar nada como ya hicieron cuando estaban en el poder.
Por otro lado el alto índice de abstención. Es alarmante que el nivel de participación en unas elecciones, sean del tipo que sean, y con la situación actual en la que vivimos, se estime en un 43%. Ni siquiera la mitad de la población iría a votar si se cumplieran las predicciones de los sondeos. La abstención no es la solución.
Ni siquiera la mitad de la población ejercería un derecho adquirido hace poco más de tres décadas, el principal derecho por el cual se rige una sociedad democrática, y el derecho que te da la opción de elegir quien quieres que sean las personas que te representen, que te gobiernen, que manejen todos los asuntos del país, en definitiva, las personas que hagan que nuestra vida sea un poco mejor en conjunto, y que sean capaces de solucionar todos los problemas (y no son pocos) que ahora mismo abundan en nuestros país.
Es la oportunidad que tenemos de escoger.
Buscar las causas de este alto grado de abstención es complejo, ya que son múltiples. La falta de ideología de los principales partidos, la desconfianza, la sensación de inutilidad de quien conforma dichas organizaciones, la corrupción, las mentiras, los abusos, la decepción y un sinfín de razones. Pero es precisamente por ello, por lo que hay que luchar, dejar de lado el escepticismo e ir el día 25 de Mayo a hablar, a mostrar la disconformidad con todo lo que está pasando.
Es el momento de salir a la calle a demostrar que estamos vivos, que pensamos por nosotros mismos, y que no estamos dispuestos a tolerar más tomaduras de pelo, más pasividad por parte de quien nos gobierna, mas sumisión.
Estas elecciones son determinantes.
Es la oportunidad que tenemos de escoger.
De escoger si queremos que sigan en esta línea de hacer lo que les da la gana con total inmunidad, o si queremos dar un golpe en la mesa y hablar. De acabar de una vez con el bipartidismo, con esta repartición del pastel que solo se da en España, en la cual, por mucho que cambie el color o las caras todo sigue igual.
para el partido en la oposición que es el momento de espabilar, sino obtendrán el mismo resultado.
Es el momento de mirar las opciones que tenemos, buscar aquella organización que defienda nuestros intereses, buscar caras jóvenes y con ganas y energías de encarar la situación actual.
Ha llegado el momento de coger el toro por los cuernos. Frente a casi dos años por delante de legislatura, es imperativo votar en estas elecciones. Cuantos más votos, mayor sera el toque de atención al partido gobernante, ya que se les pondrá claro que el pueblo está decidido a hablar en las urnas, y que lo que hagan de ahora en adelante marcará su resultado en las próximas elecciones.
Y para el partido en la oposición que es el momento de espabilar, sino obtendrán el mismo resultado. Cuanto más voto, menor incidencia tendrán sus resultados. Es el momento. Hay que votar. La abstención no es la solución.
El autoritarismo electoral nos impulsa a preguntarnos sí la democracia aún vale la pena