¿Humanos?
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Nunca pude imaginar que una persona  tendida en el suelo durante  9 horas, muriera de hipotermia ante los ojos de las personas  que pasaban a su lado sin socorrerlo, sin preguntar qué le pasaba.

René  Robert, fotógrafo de 85 años, murió  sólo, en una acera de París  sin que nadie le prestara la menor atención. 

Qué  vergüenza  de Sociedad,  en qué  nos hemos convertido?

Los animales se ayudan en situaciones de peligro, acompañan a sus amigos en su muerte y jamás  les abandonan.

Algo terrible está  pasando en ésta  Sociedad  dónde  cada vez nos importan menos nuestros semejantes, cada día  que pasa somos más  individualistas, cada vez hay más  personas  que prefieren vivir solas, que no quieren comprometerse , que prefieren tener la compañía de un animal antes que una pareja o unos hijos.

¿Hasta dónde  llegaremos?

Estamos acostumbrando a los niños a vivir con un amigo virtual que se llama «consola», con la que pasan horas  en su cuarto o les acostumbramos a jugar con sus amigos a través  de una pantalla, en lugar de reunirse en un parque  o un polideportivo. 

Qué  amigos  van a tener cuando sean mayores si no saben relacionarse ni saben qué es la verdadera amistad?

Buscarán  relaciones a través  de internet, parejas o amigos  virtuales.

No han pasado tantos años, cuando convivían en la misma casa tres generaciones, abuelos, padres  e hijos; el cariño, el respeto, los valores se iban transmitiendo de mayores a pequeños, nadie vivía en soledad, nadie se encontraba desamparado o con falta de cariño.

Actualmente  los pisos cada vez son más  pequeños, apenas cabe una pareja con uno o dos niños, los mayores, les guste o no, van a Residencias, los niños con pocos meses, todo el día  en la guardería,  allí  desayunan, comen,  duermen y los padres les recogen para cenar y dormir, claro que te dicen, «así  son más  sociables» y el cariño, la ternura…quién  se lo da?

No me gusta la sociedad que vamos buscando, no me gusta la soledad,  no me gusta la indiferencia, ni la intolerancia ni la falta de afecto.

No me avergüenzo  al decir que necesito cariño, afecto, abrazos, consejos…darlos y recibirlos.

Lo que me avergüenza  cómo  humano es pasar al lado de un hombre tendido en el suelo durante nueve largas horas y pensar que ni una sola persona se pare  un instante a su lado.

Y nos llamamos  humanos?

Creo que de seguir por éste  camino, la palabra  «HUMANIDAD», tendrá  poco recorrido.

Ana García Díaz

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