Este ser humano que suscribe las próximas palabras que vas a leer tiene días de todo, y hoy es uno en los que está un poco harto de estar harto.
Tras leerme sin anestesia y a pelo un artículo de opinión de Arturo Pérez-Reverte y luego una conversación del mismo escritor con Joaquín Sabina, muchas de mis neuronas han terminado por encender la mecha de mi quemazón, que por cierto, andaba ya muy corta.
Lo que pasa cuando lees a gente que, te guste más su opinión o no, habla con meridiana claridad, es que tú, por muy educado que seas, muy conciliador y muy medido en tus palabras más allá de tus círculos íntimos, a veces estás harto de estar harto. Y en un país como este no es difícil que esto te pase. Demasiado queroseno en el ambiente y mucho tonto suelto por ahí con cerillas sin saber qué hacer con ellas.
Por eso hoy estoy harto de estar harto de trolls maleducados, escritores iletrados, tertulianos de tengo un cuñado que dice, “opinadores” sin opinión, negativistas demagogos, atolondrados sin personalidad, nacionalistas de banderita, agoreros del apocalipsis, criticones incultos, bocazas de pistón, bocachanclas de postín, gobernantes incapaces, habladores sin discurso, tuiteros sin criterio, “escribidores” sin ideas, políticos de media onza, redactores pelotas y pelotas sin cerebro, santos inmaculados, religiosos con y sin mácula, piratas sin parche, vendedores de humo, sinvergüenzas sin vergüenza, equilibristas de la estulticia, prometedores sin palabra, ayatolás del rock’n roll, modernos trasnochados, profetas de la superficialidad, lameculos ponzoñosos, mierdas de medio pelo y estúpidos varios de toda clase, calaña y condición.
Siento usar esta tribuna para hacer algo que detesto, que es caer en el insulto fácil. Pero viviendo en España y, en general, en este mundo, es demasiado sencillo estar harto de estar harto, porque no conozco país y planeta con más bocazas por metro cuadrado que este. Antes sólo tenían los bares, pero ahora tienen todo un arsenal a su disposición en forma de blogs, foros, medios de comunicación y redes sociales. Quiero mudarme a Tatooine, pero de momento solo es un sueño. Allí creo que hace calor en esta época. Quizás algún día…
Por eso vomito este artículo y me libero de esta ponzoña que me rodea para seguir adelante con una sonrisa imperturbable durante los próximos días. Aquí me despido agradecido a esta buena gente que me deja su púlpito para mi verborrea. Vayan en paz.