Soy el tipo de hacker que es amado por todo.
Un estilo parecido a Robin Hood.
Creo que la información debe ser gratis, así que desde cualquier lugar que pueda entrar, accedo y lo regalo para todos los usuarios.
La información no debería medir estatus económico ni lugar de residencia.
Un día recibí una llamada que me dejó sin aliento.
Mi mejor amigo, consiguió a una persona muy influyente económicamente y me quería contratar para que le sirviera de hacker asesino.
Yo no quería aceptar ese trabajo, pero soy un padre soltero y mi hija recientemente la habían diagnosticado una enfermedad y mi salario no alcanzaba para pagar sus medicamentos.
Buscaba un segundo trabajo y no conseguía.
Así que con dolor en mi alma e ignorando los valores que algún momento me ensañaron, me atreví aceptar el empleo.
Ahora me dedico a hackear a las victimas, en sus redes sociales, correo electrónicos.
La rastreo con sus celulares que siempre tienen prendida la parte de ubicación y cuando están solos, con la tecnología del GPS le envió al sicario, para que pueda realizar su trabajo, eliminar el objetivo.
Mi conciencia no me dejaba tranquilo, mis valores no me permiten seguir en este trabajo, a pesar que gracias a este empleo mi hija tenia todos sus medicamentos.
Un día me cansé y renuncié.
El que me contrató me dijo que terminara con un trabajo y me dejaba renunciar sin ningún problema.
Cuando me enviaron la foto y el nombre me doy cuenta que es mi mejor amigo.
– Termina este trabajo y te dejo libre.
– Al parecer, jamás seré libre.
¿Sigo matando a personas que no conozco o asesino a mi hija por no tener dinero para sus medicamentos?
¿Mato a mi mejor amigo por tener una supuesta libertad que siempre va a estar atada a mis recuerdos y a mi corazón?