Imagino que todos habéis escuchado eso de que el turismo está aumentando en España, se repite constantemente en los medios de comunicación como un síntoma de recuperación económica del país. En parte es cierto y en parte es erróneo, como todo en la vida tiene dos caras y en la televisión sólo nos dicen una, la positiva. Efectivamente el turismo en España aumenta, pero por otra parte, y lo que no se suele hablar, es que el gasto medio por turista se está frenando.
Según EGATUR, la encuesta de gasto turístico de la subdirección de Conocimiento y Estudios Turísticos, el número de turistas extranjeros que visitaron España el pasado mes de abril aumentaron su gasto en torno al 4,3% con respecto al mes de abril de año pasado, generando un gasto medio tan sólo del 1,7% superior así como descendió la duración de los días de estancia en un 7,8% con una media de 7,2 días. ¿Qué significa esto? Que los turistas gastan menos y están menos tiempo.
España es un país de parranda, ¿quién lo podría negar? Tenemos más fiestas que cualquier otro lugar del mundo. Hay catalogadas 5.000 fiestas de interés turístico provincial y unas 15.000 celebraciones de interés nacional. La Semana Santa, los Moros y Cristianos, los Sanfermines, etc. Pero no hay que olvidar que estamos en verano, y en agosto para más inri, así que todas estas fiestas llegan a solaparse entre si en un jolgorio sinfín.
De aquí a septiembre seremos bombardeados por verbenas, “guiris” y vomitonas en un no parar de celebraciones con mucho alcohol y animales en algunos casos, que serán la representación del milagro económico que nos anuncian en televisión. Por supuesto, a todo esto hay que decir que el gasto medio de los turistas va en declive así como el tiempo que pasan aquí y, para colmo, se les permite todo cuando hacen el salvaje, como en el caso del escándalo de los turistas de la “flashmob” de Platja D’Aro que fueron puestos en libertad con cargos.
Cualquiera diría que España está viviendo del turismo de fiestas y borracheras después de que el ladrillo quebrara para siempre. ¿Somos el recreo de Europa, y del mundo dicho sea de paso, el lugar al que ir unos días a emborracharse y hacer el cabra por un precio de lo más low cost?
Como dijo Joan Gou, el concejal de Lloret de Mar que dimitió por este tipo de turismo, “No podemos vivir de emborrachar a niños de 14 años”. Recordad esas duras palabras cada vez que escuchéis a alguien en la televisión hablando de cómo el turismo remonta en nuestro, cada vez más descapitalizado, país.
Ai España, tú que fuiste el país de Europa con más cultura, y con más culturas diferentes conviviendo, te has convertido en un gran botellódromo.