Entrevista con el amigo invisible

Estudios genéticos con avispas demuestran que los virus están en la Tierra desde hace 300 millones de años. Ahora mismo en la era de la posmodernidad, la tecnología, la globalización y el progreso científico  uno de estos entes, el COVID-19 nos obliga a permanecer en nuestras casas para frenar el avance de la Pandemia decretada  por la OMS. Las calles desiertas de gente y los comercios cerrados  son la metáfora del estado de sitio a la que nos obliga a estar un ente que es 100 veces más pequeño que una célula.  Es el enemigo más pequeño que tenemos y también uno de los más dañinos. Este nuevo virus que apareció en China se ha propagado como la pólvora gracias a la globalización, los flujos de personas entre fronteras y la densidad de población. Se está evitando el contagio masivo para no colapsar un sistema sanitario que no está preparado para hacer frente a esta Pandemia. Los virus necesitan huéspedes para  colonizar sus células y secuestrarlas para que trabajen en su beneficio, para su supervivencia. Un grandísimo microscópico Hijo de Putero.

Con el tiempo nuestro sistema inmunológico tendrá que adaptarse y prepararse para combatir este nuevo virus, puesto que  el Coronavirus ha llegado para quedarse entre nosotros, o mejor dicho dentro de nosotros. Nos ha pillado desprevenidos así que hasta que decaiga la curva del contagio y podamos vacunarnos, debemos parar de “vivir”, como antes lo hacíamos, y ralentizar la maquinaria capitalista a mínimos para evitar el contacto entre sus huéspedes y su subsiguiente propagación. Mientras estoy aislada y confinada me dispongo a conocer al enemigo, no sólo al  mediático COVID-19, sino a los virus en general. El género elegido para hacerlo es la entrevista imaginaria a un representante de los Virus. 

¿Quiénes sois?

Somos la entidad más común y abundante del planeta. Los humanos nos habéis puesto muchos nombres: Ébola, VIH, Sarampión, Gripe A, Viruela, SARS. El último que nos habéis puesto es el de Coronavirus o COVID-19 por los ganchos o ventosas que rodean nuestra superficie.

Algunos científicos muy interesados en nuestra “vida” dicen que no podemos ser organismos vivos porque carecemos de células, no tenemos ni citoplasmas ni ribosomas. Estamos compuestos por una cadena de ADN o ARN, es decir material genético y una capa que de proteínas y grasa. Ya está. Somos la estructura más simple que existe, por eso nos niegan el título de Seres Vivos. A ver,  algo vivos estamos si no, digo yo, que no podríamos reproducirnos. Algunos dicen que somos como Zombis, muertos vivientes.  Lo único que sabemos hacer, y muy bien además, es reproducirnos, copiarnos a nosotros mismos en miles de millones de diminutas réplicas.

Por qué sois tan dañinos?

Tenemos muy mala fama porque colonizamos las células. El caso es que  para poder reproducirnos tenemos que entrar en una célula donde encontramos los medios necesarios y la estructura  para poder obtener energía con el fin de poder cumplir nuestra función que es la de reproducirnos. Una vez dentro secuestramos las fábricas de la célula para producir virus en lugar de nuevas células.

Entrevista con el amigo invisible¿Por qué os mutáis?

Simplemente es un mecanismo que tenemos de adaptación para no desaparecer por la irritante selección natural. En nuestro caso son los mejores virus mutantes los que sobreviven. Es decir los que mejor sobreviven en vuestras células y los que más eficientemente se contagien entre vosotros. Por ejemplo durante mucho tiempo muchos de nosotros hemos estado habitando en células de animales, pero siempre estamos buscando nuevos huéspedes para perpetuar nuestra especie. Los virus emergentes, como el caso del COVID-19, no somos nuevos sino que hemos estado ocultos en animales hasta que pasamos al ser humano por un capricho del azar. Recuerda que el Ébola pasó del mono al hombre, el VIH del simio, la Fiebre Amarilla del mosquito y COVID 19 del murciélago. Te sonarán también la gripe porcina o la aviar. Estamos constantemente mutando para colonizar nuevos huéspedes, animales, seres humanos o plantas.

Pues vaya, sois unos parásitos inmundos!

No nos ofende que nos llamen parásitos, porque es lo que somos. No nos interesa eliminar a nuestros huéspedes porque si no nos sobreviviríamos. Estamos diseñados para entrar a usar la maquinaria ajena. Sí, puede parecer de aprovechados. No tenemos la culpa de ser tan simples, sólo tenemos una secuencia genética y una capa de proteínas. No podemos hacer otra cosa. Lo sentimos mucho.

La buena noticia es que los virus más mortales no son los que más nos interesan o los más resistentes. A ver, es muy sencillo. Los virus que dificultan nuestra propagación tienden a perderse por selección natural. Me explico, si el huésped muere por un virus mortal, si mata al huésped antes de que éste infecte a otros, el linaje del virus muere con él. Estos virus letales desaparecen antes porque no aseguran nuestra continuidad. El COVID-19 no es letal como el Ébola aunque puede causar la muerte del huésped si se encuentra con un Sistema innato e inmune de defensa en horas bajas. Repito no nos interesa eliminar al huésped pero hay población de riesgo que no nos impiden hacer lo que hacemos de manera automática.              

Tenemos mecanismos de defensa contra vosotros. Os vamos a vencer

Cierto. En muchas ocasiones vuestra barrera de seguridad o Sistema Inmune Innato (Primera Línea de Defensa) es muy efectiva, no me cabe la menor duda. Empezando por la piel que es una barrera impenetrable porque sólo hay células muertas a menos que se abra una ventana de entrada en forma de herida o picada de mosquito. Después tenéis otra buena barrera que solemos atacar y en la cual muchos morimos, ésta es la mucosa del sistema respiratorio o reproductivo. Algunos compañeros quedan  atrapados en esa masa viscosa. Si logramos pasar la saliva nos espera un baño de ácidos y enzimas digestivas para desintegrarnos. Por no mencionar los dichosos fagocitos, las proteínas producidas por el hígado o los interferones. Estos últimos alertan a la célula de que ha sido infectada por nosotros y se suicida para no infectar al resto. Estas células solidarias son un auténtico fastidio. Los Interferones también avisan a otras células asesinas de defensa como fagocitos o macrófagos (grandes comedores de bacterias y células dañadas) para que destruyan a las que ya hemos colonizado.

Por no hablar del Sistema Inmune Adaptativo, que viene a ser como la retaguardia que se pone en marcha cuando falla la primera línea de defensa. Los astutos Linfocitos que activan a los macrófagos y a los Linfocitos C que destruyen las células infectadas por virus y encima también son los responsables de activar a los anticuerpos. Estos últimos nos bloquean la entrada a la célula.

Entonces con este Sistema de Defensa tan potente, ¿cómo lográis enfermarnos?

Tenemos nuestros métodos de espionaje, tácticas bélicas, escaramuzas para evadir vuestras defensas y burlar los Sistemas de Seguridad. El más útil es sin duda la mutación, porque de esta manera el sistema inmune no nos reconoce como enemigo. A veces hay compatriotas, los Rotavirus, que usan una triple capa proteica para que las dichosas enzimas sólo eliminen la capa superficial del virus. Otros, como  La hepatitis A que entra por vía Oral pero  toma atajos para llegar al hígado para evitar los controles policiales. La Hepatitis B, por ejemplo,  usa señuelos para distraer al sistema inmune. Produce estructuras virales sin carga genética, como si fueran cajas vacías. Esto permite  que muchos virus escapen.

Dentro de tu cuerpo se libran batallas épicas cada día y la mayoría de veces ganáis vosotros. El Sistema de Defensa Innato no nos deja entrar. Cuando por fin logramos pasar la primera barrera de seguridad, os enfermáis por  el virus de la Influenza o Gripe Común, pero con agua, descanso y Paracetamol tu sistema  inmune nos vence. En realidad, lo de la Gripe española del 1918 fue nuestro último gran triunfo en Europa. Ahora es verdad que contra el Coronavirus no tenéis todavía memoria inmune porque es un virus nuevo para vosotros o mejor dicho un virus emergente. Siempre ha existido aunque dentro de algunos animales como los murciélagos. Pronto los científicos, es decir el cuerpo de Inteligencia de vuestro bando en la Guerra Virus contra Humanos, sacarán  vacunas y  antivirales para neutralizarnos. Para colmo de males para los Coronavirus, estáis aislados, confinados y eso nos dificulta mucho encontrar vías de entrada en otro huésped. El jabón en las manos también nos dificulta el abordaje de un nuevo cuerpo porque las moléculas del jabón nos quitan la capa de grasa y nos desprendemos de la superficie.

Si sólo hacéis daño, ¿Por qué tenéis que existir? No cumplís ninguna misión en el Ciclo de la Vida!

Bueno en principio muchos científicos dicen que no estamos vivos. Si eso es cierto no le debemos nada al ciclo de la vida. Igualmente responderé a tu impertinente pregunta.

La infección por virus ocurre continuamente y en todos los seres vivos, desde una bacteria a la forma de vida más compleja o pluricelular. Debemos tener una función positiva para la vida, me preguntas, y la tenemos.

El genoma humano contiene unas secuencias de ADN viral cuyo origen están en los virus que infectaron al hombre hace tiempo. Se llaman retrovirus endógenos y perdieron su capacidad infecciosa hace millones de años durante la evolución de nuestros ancestros. Que sepáis que vuestro Sistema Inmune Innato (primera Línea de Defensa)  evoluciona gracias a este ADN saltarín o lo que es lo mismo a estos fragmentos de virus antiguos insertados en posiciones clave de vuestro genoma. Estos virus no patógenos o fosilizados de virus lejanos os protegen de otros virus.  Y esto también tiene que ver con cosas tan importantes como el desarrollo embrionario o la producción de enzima clave para el sistema inmune. Aún te diré más, este material genético heredado de los virus contribuye a la diversidad genética de vuestra especie, clave para vuestra supervivencia. Es así porque estos retrovirus afectan de manera diferente a las personas, os hacemos diferentes en la manera en cómo cada uno de vosotros os enfrentáis a los virus. Recordad que como especie habéis sobrevivido a la despiadada selección Natural gracias a la diversidad genética.  Quizás vuestra capacidad de adaptación genética sea heredada de nosotros que somos puro material genético formado por  trocitos de genomas de todas las especies. Es absurdo intentar acabar con nosotros. Todos estáis hechos de virus.

¿Os importa un bledo hacernos sufrir?

Soy un virus, no entiendo lo que es “sufrir”. Yo estoy cerca de los vivos para poder existir. Fuimos diseñados incompletos y os necesitamos para nuestra supervivencia. Allí donde hay vida estamos los virus.  Quizás somos células discapacidades o incompletas en busca de una casa donde existir, y por eso siempre queremos entrar en organismos vivos completos. No tenemos alternativa.

EPÍLOGO

Lo que sí sabemos es que todos unidos con sentido común, mucha solidaridad y civismo lograremos volver a reunirnos, a tocarnos, a besarnos y a abrazarnos sin miedo al contagio. Este nuevo virus, de momento, se ha llevado muchas vidas por delante, ésta es la peor parte. Estamos librando una guerra en la cual  tenemos demasiadas bajas, pero vamos a ganarla. La Historia nos ha demostrado que podemos vencerlos otra vez y nos ha enseñado que aprenderemos a coexistir con el nuevo Coronavirus, como hemos controlado a otros virus anteriormente (VIH, Viruela, SARS, Polio) sin que sean una amenaza para nuestra vida. Por eso es importante invertir en investigación científica, y en Sanidad Pública. Investigadores, virólogos, epidemólogos, enfermeras, enfermeros, médicos; ellos son los que nos pueden salvar de estos enemigos invisibles y los que libran ahora mismo una lucha sin cuartel contra el enemigo invisible desde diferentes líneas de defensa.

Los niños y niñas volverán a tomar las calles y a llenar los colegios,  los abuelos a llenar los parques y los jóvenes, las bibliotecas, y  las calles de noche. Volverán a abrirme el bar de la esquina y los cines, los teatros… Volveremos a salir a la calle sin mascarilla, sin guardar la distancia de seguridad. Alguna noche no muy lejana de verano nos apretujaremos en un concierto de Rock, gritaremos, sudaremos y volveremos a ser felices a ratitos. Como antes.

Casadas con su imaginación

No hay comentarios

Dejar respuesta