En busca del tiempo recobrado (para acabar con Marcel Proust)

El deseo es el conocimiento verdadero, detallado, profundo, de la cosa deseada.

Marcel Proust. La Fugitiva.

He empleado muchos años en leer siete novelas (*). Muchos más, innecesariamente, que lo que ese número representa. Siete, número mágico, tan mágico como para comprender, cuando se llega a las últimas páginas, que ese número es falso, que no hay siete novelas sino un único relato dividido en siete capítulos enormes. Un único relato, al igual que solo hay una vida, cuyo motor se revela al final de la narración, en el último capítulo, como en la muerte. Un final que consiste en el desvelamiento de que lo recordado vive en el presente, que el presente solo es novela leída o escrita, según las aptitudes de cada cual, pero exigente con uno mismo, tan exigente como para tener que abandonar la razón en favor del instinto, sea para leerla o sea para escribirla. La razón es buena cosa para sobrevivir entre los demás, el instinto es necesario para sobrevivirse a uno mismo, para vivir la única vida posible, la que cada uno maneja o le maneja a uno.

Una novela sin Dios, la novela de un huérfano de Dios que tiene la obligación de apelar a la vida presente o, lo que es lo mismo, al recuerdo vivo del pasado; un suelo sobre el que caminar que es el techo del subsuelo donde enterramos lo que fuimos, supimos y desconocimos. Pero el mero recuerdo es la parálisis, la muerte. El recuerdo solo es vida si se representa presente, si es capaz de renacer en el hoy con el instinto del ayer.

Recordar para vivir, vivir para recordar.

Escribir para que el instinto sea capaz de superar a la razón.

Comenzar a saber aquello que nos prohibieron aprender y que aprendemos envejeciendo.

Se hace necesario intuir el tiempo perdido y recobrado.

La gloria del arte es la bruñida cloaca del recuerdo.

(*) En Busca del Tiempo Perdido: Por el Camino de Swann, A la Sombra de las Muchachas en Flor, El Mundo de Guermantes, Sodoma y Gomorra, La Prisionera, La Fugitiva, El Tiempo Recobrado.

No hay comentarios

Dejar respuesta