El Affaire “Ceprili”

Crónicas de una “Historia sin fin”

 

(Parte I)

No es ningún descubrimiento, para casi nadie, la alta exposición de la sociedad contemporánea al desordenado torrente de novedades, noticias e imágenes de todo tipo, en virtud de la relativa facilidad para acceder a las tecnologías de la información en estos días. Sin embargo la objetividad, seriedad y veracidad de los contenidos son bastante desiguales o provienen de fuentes poco confiables en unos casos y en otros son productos inacabados de la precipitación por llegar primero en una carrera sin meta clara a la vista. Cuyo efímero premio hipoteca varios de los principios fundamentales que la propiciaron. No podemos saber a ciencia cierta si estas connotaciones se dan de forma intencional, fortuita o derivada, pues resulta imposible salvar un terreno tan abstracto sin caer en la misma subjetividad inconsistente que intentamos dejar en evidencia. Lo que sí puede demostrarse es la miríada de imágenes, comentarios y editoriales efectistas y confusos al ser confrontados con la verificación empírica. [1]

Por mucho tiempo los medios han sido llamados “agentes formadores de opinión”, consideramos que erróneamente en una buena muestra de casos, sobre todo en aquellos donde no se practica un periodismo con un mínimo de investigación, porque se debe cumplir indefectiblemente con un tiempo determinado y un espacio lleno. Considero sería más acertado denominar, a este tipo de medios, que son mayoría por molesto que resulte aceptarlo, “direccionadores de la opinión”, buscadores persistentes de exacerbar reacciones pasionales para generar filiación posicional y auditorio proclive, confundiéndolo con la construcción de carácter editorial.  A diario podemos comprobar con relativa facilidad lo confusas, apresuradas y tendenciosas que resultan una infinita cantidad de publicaciones en diferentes soportes. En una gran cantidad de casos parecen más fruto del apasionamiento liviano sobre el tratamiento de los hechos, en lugar de una búsqueda de la profundidad; no se repara en la sólida fundamentación sino en llegar con una maqueta más o menos elegante al potencial interlocutor: el público. [2]

Y el público absorbe y magnifica lo recibido en forma de “falsos positivos” o “falsos negativos”, conjugándolos en aseveraciones tomadas en forma ad hoc, opiniones y prejuicios, una serie de mitos y falacias lógicas. Creencias asumidas sin argumentos sólidos para el debate e impresiones distorsionadas por la percepción personal, que se repiten cual eco hasta lograr un status de verdad revelada  incuestionable. Sin tener, la mayoría de las veces, verdadera conciencia de los contenidos, inferencias o potenciales riesgos que implican ese tipo de asunciones hipotéticas aceptadas por axiomáticas y generalizadas en la repetición a coro. Habría mucho para agregar en este sentido, pero no es la finalidad del presente artículo profundizar más de lo ya expresado en un tema tan intrincado, por no ser el móvil de la publicación. De todas formas, siendo conscientes de las inductancias recíprocas en las sociedades, ya expresadas en las teorías sociológicas y psicológicas más aceptadas en la actualidad, parece un dato relevante a tener en cuenta las derivaciones de las diferentes relaciones y efectos de las mismas en todas sus manifestaciones. Por sobre todas las cosas deberíamos saber separar la oratoria convincente y bien estructurada de la argumentación lógica fundamentada en la evidencia, pues es conocido el retruécano de que: “los medios proveen lo que el público demanda”. [3]

Hecha esta breve introducción, abordaremos de lleno el verdadero motivo de nuestro trabajo, que si bien comenzó con una crítica a ciertos métodos informativos, parece obvio ese aspecto no puede agotarse en tan breves palabras. Simplemente, hemos anotado las puntualizaciones que consideramos oportunas para internarnos en una noticia acaecida recientemente en Uruguay. En el tratamiento de la cual pudimos observar todas las patologías derivadas del anterior análisis en cuanto a su comunicación a la opinión pública, lo cual ha generado como podremos ir apreciando, cierta radicalización de algunas posiciones y fuertes cuestionamientos en ocasiones incluso, dirigidos contra los mismos medios informativos. Dejando al descubierto un ambiente de ánimos soliviantados por la sensación de inseguridad absoluta que esos mismos medios alentaron repetidas veces. Convirtiendo la sección policial en una suerte de accionista mayoritario frente al resto de la información difundida, agudizado esto por el uso irresponsable de la terminología empleada en la titulación y narrativa de los eventos.

Decíamos, recientemente se produjo un hecho en Uruguay que generó importantes debates a nivel social y político en el país. El pasado miércoles cinco de agosto fue difundida por varios canales de comunicación, una grabación de las cámaras de seguridad del centro de detención de menores “Ceprili” dependiente del SIRPA (Sistema de Responsabilidad Penal Adolescente) el cual a su vez pertenece al INAU (Instituto del Niño y el Adolescente del Uruguay). No es algo nuevo en la dinámica de estas instituciones la filtración de inquietantes rumores de prensa relacionados con su funcionamiento interno, o la intervención de la justicia para aclarar algunas denuncias sobre determinadas prácticas habituales en el trato a los internos, radicadas por sus familiares. Esto es moneda más o menos corriente y siempre – o casi siempre- todo se pierde en la vaguedad de versiones encontradas y la falta de pruebas físicas para sustentarlas o desestimarlas. Lo mismo ocurre con el trabajo de la  recientemente creada Institución Nacional de Derechos Humanos (II.NN.DD.HH) creado en el año 2012, pero que comenzó a desempeñar sus tareas efectivamente a partir de 2013. El cual junto con otras organizaciones vinculadas al tema ha venido alertando a las comisiones correspondientes del Poder Legislativo, sobre situaciones de distinta gravedad que necesitan ser prontamente solucionadas para evitar el desborde de los centros. [4] [5]

Nada de esto escapa a lo corriente. En tal sentido y antes de ver las imágenes que luego se difundieron masivamente, la tendencia a la que podíamos sentirnos tentados a afiliarnos, era la de tomarlo como una nuevo capítulo de las dos o tres “Historias sin fin” que arrastramos como sociedad hace tantos años. Concretamente aquí, desde las viejas épocas del INAME (como se llamaba antes al ahora INAU). Una nueva profecía auto-cumplida de un desmán ocasionado por unos chicos inadaptados y radicalizados en el uso de la violencia para lograr sus objetivos inmediatos. Sin embargo, este caso presenta peculiaridades muy diferentes a otros. Quizás la más sobresaliente de ellas sea la existencia de una prueba física, un documento digital público, donde se puede ver en detalle el desarrollo de los acontecimientos con mayor relevancia… [6] [7] [8] [9]

En nuestra próxima publicación estaremos compartiendo la segunda parte de esta investigación periodística. Hasta entonces.

Fuentes de referencia o citadas:

 

 

[1]-«La teoría del establecimiento periodístico de temas de discusión». Wikipedia.org (2015).

https://es.wikipedia.org/wiki/Teor%C3%ADa_del_establecimiento_period%C3%ADstico_de_temas

[2]-«Ética en los medios de comunicación». ObservaTel A.C (México, 2015).

http://www.observatel.org/telecomunicaciones/Etica_de_contenidos.php

[3]-«Código de Ética Periodística». Sudestada.com.uy (Agosto, 2015).

http://www.sudestada.com.uy/10921/Codigo-de-etica

[4]-«Ley 18.446». Creación de la Institución Nacional de Derechos Humanos (Enero 27, 2009)

http://www.parlamento.gub.uy/leyes/AccesoTextoLey.asp?Ley=18446&Anchor=

[5]-«Instalación de la Institución Nacional de Derechos Humanos». Dossier de prensa del Parlamento Uruguayo. (Junio-Diciembre, 2012).

http://www.diputados.gub.uy/inddhh/i2012a6.pdf

[6]-«Denuncia conjunta de Inau y Sirpa al Crimen Organizado”. Radio Uruguay (8 de mayo, 2014).

http://www.mec.gub.uy/innovaportal/v/50719/61/mecweb/inau-y-sirpa-haran-denuncia-en-crimen-organizado-por-supuestos-malos-tratos-en-hogar-de-menores?parentid=11305

[7]-«Denuncian golpizas a menores en INAU». El Pais.com.

http://www.elpais.com.uy/informacion/denuncian-golpizas-menores-inau.html

[8]-«Juez responsabilizó a INAU por abuso de dos menores». Sitio web de A.FU.SEC (2014)

https://afusec.wordpress.com/tag/inau/

[9]- “Corrupción + soberbia = INAU”. Artículo de prensa en el «Correo de los Viernes” (2014).

http://www.correodelosviernes.com.uy/Corrupcion-soberbia-INAU.asp

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