De qué se trata vivir en el Instante

El instante es una palabra muy utilizada en el mundo actual, está relacionada con los hábitos de la vida moderna, se puede observar en la comida rápida y la infinidad de cadenas de alimentos que existen en las ferias de comida de los centros comerciales. Aparece en productos para el consumo humano, como los té listos, sopas, entre otros.

Se observa en las redes sociales, es como la información misma que muta a cada segundo, en los medios informativos, en radio, en televisión, en los medios digitales, y en un sin número de formas, en los cuales se aprecia este fenómeno del instante, asociado a la rapidez.

Pero, también existe el instante que se denomina en el campo cuántico, ese momento interno en el que un ser humano, accede  a su consciencia.

Esto sucede muchas veces en automático, aunque generalmente suele pasar desapercibido, por no estar consciente. Sucede en el darse cuenta; lo han denominado con distintas palabras, algunos lo han llamado estar en el tiempo presente, otros estar en el aquí y en el ahora.

Otros han creado distintas formas de pensamientos, protocolos, métodos, tanto de corrientes espirituales como de ramas del saber.

Con todo, resulta que el individuo no necesita de ningún medio externo, tales como: asistir a grupos, seguir metodologías, directrices, centros de meditación, entre otros. Debido a que el instante está en ese momento en el que cada quien se encuentra  centrado en su Ser, anclado en su propia referencia.

Conseguir este proceso, es tan fácil, como complejo, depende de la visión, del sistema de creencias, de valores, y de hábitos que cada ser tenga codificado en su cerebro, en sus procesos mentales.

En el caso de que sea complejo, existen alternativas, técnicas a las que se puede recurrir como forma de ir experimentando lo que se siente. Sin embargo, existe la vía rápida que consiste en acallar todo ruido externo y comenzar a sentir su propio ser, tan simple como el latido del corazón, observando, revisando, cuestionando todo cuanto sucede dentro de sí mismo, y lo que se refleja en el exterior, todo aquello que nos sucede, no está hablando permanentemente.

Lo primero, es reconocer en donde estás parado, cuál es tu situación, cuánto tiempo le dedicas a escucharte, a sentirte. Y luego de saber en qué posición te encuentras, es mucho más fácil, saber por dónde empezar.

Si eres, de los que dice «no tengo tiempo», de los que vive conectado a las redes sociales, a los medios informativos, a la radio, a la televisión, a los aparatos reproductores de música; esta tarea puede resultar un tanto ardua. Pero, si es esta tu situación, entonces una idea práctica es comenzar a desconectarte de los mismos.

En el arte siempre se puede encontrar un medio de interacción propia, en la meditación, en la respiración consciente, en la escritura, en el silencio total, en la soledad de tu espacio, en una ducha sin apuros, en desconectar el teléfono, entre otros, aunque sea de a poco, comenzarás a acceder a esa fuente que yace dentro de ti, y podrás desarrollar una visión hacia adentro que te conducirá a estar en el instante.

Una vez en el instante, podrías descubrir que la vida es una consecución de instantes, que está compuesta por muchos instantes.

Imagina cómo sería disfrutar del momento, de las relaciones, de una deliciosa comida, de una melodía maravillosa, de una película, de cualquier situación, si tan solo estuvieses libre de las referencias del pasado, de las cosas que ya sucedieron. Imagina cómo sería mirar a una persona con la que llevas tiempo conectado sin ninguna referencia anterior, si pudieras mirarla como si fuese la primera vez.

Podrías incluso aplicar esto a ti, te estarías abriendo a conocerte  y explorar más de ti como de las personas con las cuáles te relacionas.

Sin duda, disfrutarías tanto de tu presencia como de la compañía de otros, captarías más elementos que solo se dan en el instante; el sonido de un pájaro, el brillo de los ojos de tu interlocutor, su respiración, sus palabras, lo que dice, cómo lo dice, su piel, sus manos y todo ese lenguaje oculto que guarda el lenguaje corporal.

Existiría una comunicación más profunda, más allá de las palabras, de la educación, de la política, de la cortesía, podrías sentir cómo se siente el otro, como te sientes tú, que te produce, tal o cual cosa. Una bebida o plato predilecto. Tendría un gusto inigualable, el aroma de un perfume, el de un mocachino.

En fin, tendrías a tu disposición todas las posibilidades que ofrecen el campo cuántico y el instante.

2 Comentarios

  1. Me encantó el texto, Muy real y cierto. Despues de todo, la existencia y la vida terminan siendo un único instante de delite eterno… 🙂 Gracias por compartirlo!

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