La problemática en sectores de la población con necesidades específicas nos preocupan cada vez más, si no fuera bastante con las dificultades con las que pueden contar, por ejemplo, las personas con sillas de ruedas a nivel arquitectónico cuando van por la calle, además, hay que sumarle que han sido un objetivo de recortes claro en esta época de crisis y tijeretazos.
Si bien, la política social en este país brilla un poco por su ausencia, es cierto que tenemos que luchar porque todos los sectores de población con problemas de exclusión tengan derecho a vivir con las mismas condiciones y las mismas facilidades que el resto de personas.
El dispositivo LG Kizon es una pulsera inteligente para niños con función de teléfono para que padres e hijos puedan estar comunicados fácilmente sin que los niños manipulen dispositivos tecnológicos de gran valor económico
Hoy queremos compartir con vosotros uno de esos avances tecnológicos que nos alegran y que nos devuelven la ilusión de que aún hay gente que piensa en seguir avanzando y estudiando para mejorar la calidad de vida de todas las personas que, de base, no la han tenido tan fácil.
En este caso, el dispositivo del que vamos a hablar, LG lo comercializa para niños de entre 6 y 12 años pero desde LG aseguran que pronto podrán lanzar un producto similar para la tercera edad.
El dispositivo LG Kizon es una pulsera inteligente para niños con función de teléfono para que padres e hijos puedan estar comunicados fácilmente sin que los niños manipulen dispositivos tecnológicos de gran valor económico y que deberían estar fuera de un rango de edad tan pequeño como tablets, iPads o Smartphone.
Un dispositivo específico para ellos, cómodo para que puedan llevarlo a todas partes, resistente al agua y con GPS.
¿puede ser excesivo que un padre pueda llegar a forzar el teléfono de un niño de entre 6 y 12 años?
Una de las funciones más llamativas es que si los padres quieren localizar al peque y este no atiende la llamada, pueden forzar la llamada de forma que automáticamente se activa el altavoz y los padres pueden escuchar el sonido ambiente del sitio donde el peque se encuentre.
En este caso, entendemos que, en cuanto a medidas de seguridad, el LG Kizon no tiene carencia alguna pero queremos centrarnos en un punto polémico, en el cual, las personas que rodean al niño que lleva el dispositivo, pierden totalmente la privacidad, puesto que uno de sus progenitores podrá activar el altavoz y escuchar lo que pasa en el lugar si el crio no atiende la llamada y conocer en todo momento donde se encuentran debido a su función de geolocalizador.
Entramos en una encrucijada entre seguridad y tecnología, privacidad y control excesivo.
Pensamos que un dispositivo así de radical podría ser perfecto para personas con problemas de movilidad o personas mayores que viven solos de forma que, si no te atienden la llamada, puedas forzarla y saber si la persona ha tenido, por ejemplo, un accidente doméstico y poder entrar en acción.
¿dónde empieza la preocupación obvia de todo padre por el cuidado de su hijo y donde comienza la seguridad extrema y el control excesivo?
Ahora bien, este dispositivo, que realmente se lanza al mercado para niños y que en ningún caso se hace referencia a que sean niños con algún tipo de necesidad específica, para el resto
¿puede ser excesivo que un padre pueda llegar a forzar el teléfono de un niño de entre 6 y 12 años?
¿puede ser un avance de la tecnología realmente positivo y con unas posibilidades realmente buenas pero usado para un colectivo poco adecuado?
¿dónde empieza la preocupación obvia de todo padre por el cuidado de su hijo y donde comienza la seguridad extrema y el control excesivo?
Es cierto que, si bien la tecnología nos brinda un sinfín de posibilidades que pueden mejorar muy mucho nuestra calidad de vida, en algunos casos la usamos de una manera negativa.
Desde nuestra opinión agradecemos el trabajo y el estudio dedicado a que dispositivos como este salgan al mercado porque, como decíamos antes, dan un poco de luz a mucha gente que la necesita pero creemos que debemos ser nosotros los que al avance de la tecnología le pongamos cordura y sepamos cómo y cuándo usar los recursos que nos ofrece.